Sierra de Utrera, paraíso Bikers.

Este domingo ha sido algo inusual, ya que había tres rutas programadas. La habitual de las nueve de la mañana que la realizarían la mayoría de los Perrigalgos, y dos especiales una que llevaría a Paco, Juan Luis y Pablo a Guadalupe y la que acudiríamos Pedro Cuesta y yo “Javi” por la Sierra de Utrera.
Después de esta pequeña introducción intentare describir mi ruta.
Me levanto más temprano de lo habitual y me dirijo a la casa de Pedro para cargar las bicicletas en el coche, tenia pensado llevar el furgón por si viniese alguien más pero con todos los que hablamos no tenían pensado venir pero por si acaso nos dirigimos a la Plaza a la hora establecida por si alguien nos quisiera acompañar, y los únicos que estaban allí eran Pablo y Paco que estaban esperando a Juan Luis para dirigirse a Guadalupe, aprovechamos que estamos los cinco que no haríamos la ruta habitual para hacernos una foto y cada uno a los suyo unos para Guadalupe y nosotros hasta la Manchita donde nos esperaba Oscar.


Nuestro anfitrión nos comenta que falta Fran y nos dirigimos hacia su casa para buscarle, se encuentra en el patio inflando su máquina y iniciamos la marcha y enseguida estamos metidos en faena y envueltos entre montes de eucaliptos que alternamos con otros poblados de pinos, dirección el Refugio por un camino recién arreglado que ha creado cierta controversia ya que esta muy bien para los coches pero no tanto para los bikers que preferimos los caminos más estrechos para dejarte envolver por la naturaleza. Sobre el kilómetro 14 de la ruta divisamos el primer ciervo que sube que se las pela sierra arriba.



Llegamos al paraje llamado El Refugio donde se encuentran varios moteros descansando y seguimos subiendo por una del montón de variantes que salen a nuestro paso, voy pensando que me va resultar imposible quedarme con esta ruta mentalmente. Nos seguimos empapando con los paisajes que se muestran a nuestros ojos y como todo no va a ser subir de vez en cuanto tendremos que bajar y las disfrutamos como enanos.


Llegamos a una charca y a nuestra derecha esta totalmente inmóvil un cervatillo mirándonos fijamente, me bajo de bici y la fotografío tranquilamente, reanudamos la marcha. Subimos de nuevo y a la derecha se ve el puesto de vigilancia de los bomberos el cual tiene que tener una buena subidita ya que se encuentra en uno de los puntos más altos. Nuestro próximo objetivo es el Castillo del Conde pero antes se nos cruza en el camino un Vareto o eso al menos es lo que me dice Fran ya que yo que el susto lo único que me ha dado tiempo a ver es su lomo, ya que iba rompiendo jara con una facilidad pasmosa.


Al llegar a la Casa del Melón nos surge el primer improvisto ya que Oscar y yo pinchamos la rueda trasera con lo que nos ponemos manos a la obra para arreglar el entuerto. El freno trasero de Oscar se queda un poco frenado con lo que debera hacer un esfuerzo estra durante toda la etapa. Seguimos disfruntado y entre bajadas y subidas llegamos al Castillo, Fran va dejando claro que es un portento, sube con unos desarrollos descomunales con lo que los demás le vamos aguantando como podemos, Oscar comenta que no tiene piernas sino palancas, debido a que lo hace con mucha facilidad. Al llegar al Castillo se encuentran allí dos Guardas Forestales hablamos con ellos y nos hacen la foto del grupo.


Seguidamente una fuerte bajada que invita a no coger siquiera el freno ya que el camino esta bastante bueno pero yo pego un llantazo y tengo que cambiar de nuevo la cámara, Oscar aprovecha para intentar arreglar el freno pero no lo consigue y Fran da la vuelta para subir de nuevo al Castillo y hacer de nuevo la bajada. Dejamos hacia la izquierda la Casa de las Utreras y en un cruce de caminos Oscar comenta que el otro día bajo por el cortafuegos de la derecha. Fran que solo necesita que le toquen las palmas dice que bajemos por el y eso es lo que hacemos.



Bajamos de uno en uno y el último en hacerlo es precisamente Fran pero no por ello lo iba hacer más despacio ya que me adelanto como una bala por la mitad del cortafuegos, al llegar abajo nos comenta que tiene el corazón en un puño pero viéndole bajar parecería mentira. Pasamos por otro paraje denominado Lagunillas y de hay a la Manchita empapados de Naturaleza en estado puro.


La verdad es que he disfrutado como un enano tanto por la ruta como por la compañía con lo que os puedo asegurar que VOLVERÉ.
Saludos y agradecimientos a nuestros anfitriones Oscar y Fran.