viernes, 10 de mayo de 2019

LA MORRA DEL PAJAR: MÁS CHUTES NO



Track:

ASISTENTES
Javi Parejo
José Antonio Puerto “Noca”
Juan Luis Capilla
Diego Nieto
José Luis “Petete”
José Luis Jiménez
Tomás David Casado
Juan Nieto
Alfonso Merino
Diego Parejo
Toni Nieto


Km: 58
Domingo, 5 de mayo de 2019
Vamos al tajo, que anda la cosa escasa. Si en jornadas anteriores, la climatología generaba dudas en cuanto a la indumentaria, que si de largo, de corto, térmica o manguitos, traje semi o de riguroso invierno, lo que viene ocurriendo en el llamado “tiempo de los tontos”, el día de hoy no ofrece dudas, con previsiones de 30º C hay poco que pensar.
Como casi siempre, sonándome las nueve por el camino, llego a la Plaza y me encuentro un reducido, aunque aceptable número de Perrigalgos, teniendo en cuenta  que nos encontramos en pleno periodo de Comuniones. Me sorprende la ausencia del Javi. ¿Habrá sufrido nuevo arresto domiciliario?. No, se presenta al límite del tiempo de cortesía acompañado del hermanísimo, que no trae buena cara. Se desatranca con que ha tenido servicio de Comuniones y para rematar, no pudo faltar a la ineludible cita con Los Calis, en Valdehornillos. Casi na.
Entre pitos y flautas, parece ser que queda fijada la ruta a la Morra del Pajar, pero por la parte chunga. Para variar, toca una vez más Cuadradillo, espera en el alto, rumbo al Entalle y nueva espera, ya que a Diego se le han caído los achiperres para arreglos, que digo yo los lleva de adorno, pues si le pilla algún día sólo, ni sabe para qué sirven.  Subida la cuesta de los Castillejos y llegados al punto de no retorno, Diego hace amago de retirada por la Infernal, pero es fácilmente convencido para que continúe por el itinerario previsto. En cuántas perores no te habrás visto. Giramos a la derecha dirección a nuestro destino. Para lo cual hay que saltar la consabida verja, insinuando alguien que estamos en terreno privado con lo que ello puede conllevar. Vamos a ver, que tenemos ya el colmillo retorcido como para andar con estas pamplinas. 


Como ya dije, el itinerario por esta sierra no se realizará por el habitual que va a parar a la finca de los Velarde, sino por un trazado con el que accidentalmente dio Javi  con su maquinita en la pasada temporada y que va “faldeando” la sierra por su vertiente norte y este. Continuos tramos de sube y baja pronunciados, prácticamente cerrados en parte de su recorrido, siendo posiblemente el Perrigalgo el único ser humano que los haya transitado en mucho tiempo.





 Así hasta que llegamos a una pronunciada subida que será el preludio de otra de mayor enjundia que discurre paralela a la cuesta del Quinto Pino, y que en su día la bautizamos como la Prima del Quinto Pino. Es su versión en tierra, pero con porcentajes del 20%. Una vez llego arriba, Alfonso, que me precede, comenta que Toni tiene avería. Teniendo en cuanta nuestros escasos conocimientos mecánicos, que Javi y Tomás David se encuentran con él, y que hay que guardar balas para lo que queda, resulta prudente esperar en el alto a que se resuelva el entuerto.



 Como no podía ser de otra forma, nuestros mecánicos solventan el inconveniente y nos prestamos a ascender otro cuestón hasta llegar al camino principal que nos conducirá a la cima más alta de esta jornada, por lo que vamos servidos. Como no hay sombra y el calor aprieta, se decide descender hasta un lugar más apropiado para almorzar. 



Parada de las  recolgonas y remolonas, que cuesta un mundo volver a ponerse en marcha. Sólo faltaban la tortilla y las cervezas para que no nos moviera de allí ni él de la moto. Pero no queda otra que ponerse en marcha. Pensando que regresaríamos por el mismo sitio o por la pista de la Parrilla, Javi se desatranca en realizar la vuelta por la Sierra del Saltillo dirección hacia el camino Travieso, con la justificación de pegar el rodeón para evitar el Quinto Pino. Javi, cuando estábamos más tiernos, nos engatusabas, pero a estas alturas, ya no engañas a nadie. Nada, dirección Dehesa Vera y a transitar por dicho tramo que últimamente hemos realizado en varias ocasiones pero en dirección contraria. Diego va  dando muestras de flaqueza, por lo que cuando llegamos al camino Travieso, viendo ya próxima la luz, se arranca entonando uno de los hits de Los Calis, ese que decía: “Más chutes, no. Ni cucharas impregnadas de heroína…”. En estas que el compadre, que ha venido parte del camino a su compás, nos pone a todos en fila de  a uno, pasando el susodicho del cante al llanto. Ríete de la amistad. 




Ya en la pista de Malmedra, nuevamente Diego se arranca por los Calis y esto, no sé por qué razón, provoca otro arreón que le corta y con el aire en contra. Otro chute y definitivamente pierde el pellejo. Todo queda en nada cuando llegamos felizmente a nuestro destino y allí es donde el menda se reanima pero con buenos chutes de cerveza, que es la que entra bien y merece la pena.
Sin más tela que cortar, hasta la próxima.
 
Crónica Juan Luis Capilla