martes, 26 de febrero de 2019

COMO PLUMAS DE ABURTARDA….OTRA VEZ NOS ECHÓ EL GUARDA

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 Fotos:
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PARTICIPANTES: JOSE NOCA, CAPILLA, PACO , JESUS, JOSE LUIS,JAVI,DIEGUI,JOSE LUIS (PETETE),OSCAR Y TITE.
KMS: 47
Mañana bastante buena la que disfrutamos el domingo , con una temperatura que conlleva a las indecisiones de que ropa ponernos van  llegando a la plaza los perrigalgos a son de un cuentagotas, con notables ausencias ,cada una con su motivo correspondiente ,ya sea lúdico, personal o de trasnoche como el de los compadres.
Ya se presagiaba que el número de bicicleteros iba a ser corto y al ver que las posibilidades de juntar algún miembro más eran  remotas decidimos dar el pistoletazo de salida , eso si , sin tener muy claro la ruta que íbamos a hacer. A la altura del rio Búrdalo suena la flauta , al parecer nos dirigimos a la cuesta del “ padel”, eso escuché yo, a lo que PACO me dijo….anda cachondo!! …a la cuesta  “padre”. Mama mia ..la fama que tiene “la madre”…ya veremos como se nos pone el cuerpo en la del “padre”.



En el rio a la derecha, pasando por Malmedra , Don Rodrigo y la puerta de Las Monjas para coger dirección a La Parrilla . A la altura del canal Oscar nos abandona para hacer una ruta ligera de una hora y media que era lo que tenia estipulado. Primera subidita al cortijo de la parrilla , aperitivo pequeño para abrir boca de lo que vendría después. Después de rodar sobre un kilometro abandonamos la pista de la parrilla por el arroyo  de conquista para llegar hasta arriba de la casa. Una vez   en la subida, la cual parecía que iba a ser recta, se decide girar a la izquierda para enfilar una pendiente algo exigente . Cada uno a su ritmo vamos coronando la cuestecita hasta llegar a un cruce de caminos. Allí nos despojamos de algunas prendas de ropaje para enfilar cuesta abajo a toda maquina.es en este punto donde surgen pequeñas dudas que el garminero soluciona en un pis pas. 





Vuelta para atrás y enfilar hacia la cuesta  padre para llegar hasta la sierra del saltillo, una subida algo mas tendida pero que tampoco tiene desperdicio alguno. En ese trayecto Diegui.  José Luis y yo nos quedamos algo más retrasados ya que justamente a la derecha del camino Diegui observa un monumento algo extraño, se trata de un pequeño mausoleo dedicado expresamente a un montero que perdió la vida por aquellos parajes. 


Volvemos a retomar las bicicletas para unirnos en poco tiempo al resto del grupo. Una vez reagrupados decidimos de subir unos metros más para tomar allí las variadas viandas que cada uno lleva. Vistas espectaculares y buen rollo como siempre durante la comida, haciendo un poco de recopilación en las fechas y rutas que se avecinan.  Foto de rigor y arranque de nuevo para comenzar la tremenda bajada de la cuesta madre.





 Dicho y hecho, perrigalgo para abajo hasta llegar a la cancela. Por ahora todo correcto, pero en unos segundos  Javi advierte “ YA NOS HA VISTO EL GUARDA”, por allí viene…. montado en su moto y con la compañía de sus perros ladrando .La historia se volvía a repetir…..otra vez en 7 días, comienza el repertorio ……donde vais por aquí? …..estamos perdidos….esto es privado…..no lo sabíamos, BLA,BLA BLA…..total…. A LA PUTA CALLE. En un minuto “amablemente” nos puso de patitas en el camino. Agachamos las orejas y enfilamos rápidamente hasta llegar al camino travieso y salir a la pista del canal. El pelotón pedalea a buen ritmo bromeando con el tema del pódium que ha adquirido PETETE por un km. de diferencia. 




Otra vez Monjas, Don Rodrigo, Malmedra  ,etc hasta llegar al Búrdalo. Nada más pasar el puente giramos en dirección chalet de Guantanamo para llegar justamente al paso de Tomalia. Como veníamos bien de tiempo alguien propone  subir a la Sierra Morra que teníamos justo enfrente. Nos allegamos hasta la puerta, la cual estaba cerrada con el candado, que si subimos…que si nos vamos….tios para dentro y pelotón para arriba. Subida dura para terminar la ruta del domingo superada por todos los asistentes con creces. Espectaculares vistas por los cuatro costados , atalaya del amigo Pedro, cuánto tiempo allí pasabas compañero. 



            Encaramados en el punto geodésico nos retratamos varias veces y pitando para la sede  a disfrutar de unas birritas que ya iban apeteciendo.
ASI HAN SIDO LAS COSAS…..CREO….Y ASI SE LAS HE CONTADO.
 
Teodoro Martinez Gallardo “ TITE”



jueves, 21 de febrero de 2019

UN PASEO ENTRE CASTAÑOS…




Fotos:
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Relive:

Ruta marcada en rojo en el calendario, una ruta que después de un montón de años seguidos que venimos haciendo hace que se convierta en clásica, más concretamente la clásica de la covatilla. Esta ruta es especial no sólo por lo que hacemos con las bicis sino también porque nos pegamos un fin de semana increíble rodeados de amigos y de familia. Pero vamos a relatar más o menos lo acontecido en la jornada perrigalguera.
Dan las siete y media de la mañana y poco a poco se van viendo perrigalgos por los pasillos. Después de un tira y afloja con el horario del desayuno se opta, casi por imposición, que la hora sea las ocho y media de la mañana,  en el salón del albergue nos vamos reuniendo hasta que por fin nos juntamos los nueve valientes que vamos a disfrutar de una jornada de pedaleo maravillosa. Este año no subiremos la covatilla, tampoco subiremos las plataformas. Este año mi hermano Javi nos ha preparado una ruta por caminos y pueblos que se antoja dura a la vez que bonita, y es que, con las nuevas tecnologías ya podemos saber lo que nos espera sin haber hecho la ruta antes, nada menos que un desnivel positivo de mil doscientos cincuenta metros y por caminos, ahí es nada, pero bueno si es dura pero merece la pena bienvenida sea.

Sobre las nueve y pico y después de la foto de rigor, como siempre realizada por nuestras señoras e hijas, nos disponemos a bajar del albergue hacia Béjar. La temperatura es más  propia de principios de primavera que de invierno lo que nos hace dudar de la equipación que llevamos pero a la altura que estamos y bajando los primeros tres kilómetros no nos sobra nada. La bajada a Béjar como siempre la hacemos en un pis pas, alternando carretera con caminos. Una vez en Béjar y casi sin apenas dar pedales nos desviamos a la derecha y comenzamos una subida de unos tres kilómetros con pendientes de un 12% que hace que me entre flato y es que, para que os hagáis una idea, si el cuadraillo se nos atraganta con doce kilómetros en las piernas imaginaos esto…



Una vez todos reagrupados y pensando ya en si quitarnos algo de ropa nos disponemos a bajar hasta Palomares, un pequeño pueblo pegado a Béjar en el que llama la atención un gran campo de rugbi. Ya vamos buscando caminos hasta pasar por debajo de la autovía y comenzar a subir  entre castaños y entre muros de piedras de un metro de altura hasta llegar a Valdesangil. Atravesamos el pueblo y continuamos por esos caminos, eso sí, caminos mas generosos en lo que a desnivel se refiere.




 Atravesamos la autovía otras dos veces y nos dirigimos a otro pueblecito llamado La Calzada de Béjar. Los caminos que nos llevan allí son estrechos y repletos de hojas secas de los castaños, nos llamó mucho la atención los caminos y un Renault fuego que nos transportó treinta años atrás en el tiempo. Durante todo ese trayecto nos observaban tranquilas vacas de todos los colores, blancas, marrones, negras y como decía Pancho de chocolate de tres sabores.





Cuando llegamos a La Calzada de Béjar una pareja de ancianitos, a más de uno la viejecita nos recordó a la del anuncio de la fabada, nos ofreció un trago y al decirle que no que estábamos con el deporte nos soltó “ no hombre si yo os decía que ahí tenéis una fuente, que os habíais pensado que os estaba ofreciendo una copa de vino??” que salao el hombre, pues nada mas que por eso foto con nosotros.

En este pueblo se respiraba una tranquilidad que hacía pensar que estaban al margen de todo lo que pasa fuera de sus fronteras, sin tanta tecnología y solo con levantarse cada día sus lugareños a buen seguro son muy pero que muy felices. La austeridad de su plaza en la que llamaba la atención la campana del balcón del ayuntamiento o la cortina con el flequillo cortado te hace pensar lo poco que valoran lo material.


Dejamos ya este pequeño pueblo y comenzamos a subir por veredas que nos hacen de ir de a uno, seguimos con el mismo paisaje, castaños pelados, muros de piedra y vacas, muchas vacas.
Una vez arriba y desechando la opción “recorte” vemos un chozo en perfectas condiciones, con lo que decidimos parar a echar unas fotos y ya de paso dar buena cuenta de nuestros desayunos variados, plátanos, barritas, panteras rosas…



Después del merecido desayuno continuamos por lo que parece ser lo mas alto hasta que damos con el campo de futbol mas curioso que mis ojos han visto, un campo de futbol en la mitad de la nada, sin ningún tipo de medidas reglamentarias a excepción de las porterías que si parecían tener sus medidas y con unos futbolistas un poco atípicos aunque no tanto visto lo visto durante la mañana, un montón de vacas ocupando los puestos de portero, defensas y delanteros, que curioso, supongo que esas porterías las pondrían un grupo de pastores para matar el aburrimiento.


De ahí al siguiente pueblo,  que no es otro que Montemayor del Rio, tenemos una bajada peligrosísima como ya nos avisa un cartel al inicio, un kilómetro y medio entre rollos que nos hicieron recordar a los locos suicidas del descenso en el Piornal, y que hizo que llegáramos con unos dolores de manos y de piernas exagerados, eso si, unas vistas del pueblo y de su castillo preciosas. 




Aquí nos llevamos la grata sorpresa de conocer su castillo, un castillo perfectamente conservado y con un restaurante en su interior que hace que merezca mucho la pena visitarlo como hicimos por la tarde con nuestras familias. En este pueblo son los cestos de madera hechos artesanalmente con madera de castaños su especialidad, llenando muchos hogares de España de este típico cesto que utilizamos para el pan o los colines entre otras cosas.



Después de una buena visita y habiendo arreglado el pinchazo de Pancho bajamos hasta el rio Cuerpo de Hombre y seguimos a su vera durante un gran trayecto. El camino es mas bien una vereda en la que vamos de a uno, un tramo espectacular, rodeados de sombra y con un firme muy irregular, haciéndonos bajar de nuestras monturas en más de una ocasión. Es aquí donde nos llevamos el susto del día cuando nuestro Luis no es capaz de chafarse de las calas y se tuerce la rodilla. Ante este inconveniente le decimos a mi hermano que si hay otra alternativa pero estamos justo en un hoyo y solo hay una manera de salir de allí, subiendo…



El susto quedó en eso, un susto, con lo que emprendemos la marcha y con menos ropa ya encima nos disponemos a hacer los quince kilómetros de ascensión que nos quedan hasta Béjar. El cansancio se va haciendo latente en nuestras piernas con lo que decidimos subir por la carretera en vez de hacerlo por el camino, sin duda la opción menos bonita pero si la mas llevadera y sobretodo la mas rápida, y es que se va acercando la hora de comer y ya conocemos el nivel de jedionderia de los responsables del albergue.




Poco a poco vamos llegando Béjar y acometemos los últimos y temidos tres kilómetros y medio que nos separan del albergue, una subida que ya está como de mas pero que no hay mas remedio que hacerla, con lo que todos arropaditos subimos y completamos una ruta maravillosa, sin duda la mas bonita de todas las que hemos hecho por esas tierras. 


Con la hora pegada al culo y sin tiempo ni para echar una cerveza, cosa totalmente imperdonable, nos vamos a comer con nuestras familias y a prepararnos para pasar lo que queda de fin de semana, y sin mas que contar me despido, chao chochines y hasta la próxima!!!
Crónica Diego Parejo