lunes, 31 de octubre de 2011

Los Cinco Lobitos






LOS CINCO CAPERUCITOS SE COMIERON A LOS 5 LOBITOS

Crónica Juan Carlos Muñoz:
Erase una vez cinco caperucitos, que vivían felizmente en Santa Amalia, eran miembros de una famosa peña ciclo turista, la Amaliense para más señas. Un buen día decidieron apuntarse en busca de nuevos caminos por recorrer, a una ruta ciclo turista conocida como los cinco lobitos por discurrir por cinco altos con nombre y casi con apellidos. Como siempre viene siendo costumbre, quedaron a las 8 menos cuarto de la mañana en la Plaza de España, una hora antes de la habitual partida para las salidas de su grupo.


Utilizando una furgoneta cedida por Carpintería el Molino, y un vehículo de uno de los caperucitos, pusieron rumbo al Velódromo de la capital extremeña, donde toda una manda de 102 participantes esperaba la salida. Todo estuvo muy bien organizado, la entrega de dorsales, los puntos de avituallamiento, los vehículos de asistencia tanto sanitaria como de guía, todo el mundo estuvo perfectamente coordinado en todo momento.


Comenzó el recorrido puntualmente a la hora prevista, como digo hay que felicitar a los organizadores del evento pues acertaron hasta en la hora de llegada. En manada y escoltados por la policía Local de Mérida el grupo abandonó la ciudad por su parte norte poniendo rumbo a la cercana localidad de Mirandilla. Siguiendo la calzada romana y el señalizado camino de Santiago que en su variante de la Ruta de la Plata pasa por Mérida. Una vez fue atravesada esta localidad se hizo una de las numerosas paradas para reagrupar el pelotón de participantes que se aproximaba a la primera subida.


Nada más entrar en el Parque Natural de Cornalvo se encara la cuesta de Sierra Bermeja, conocida por nuestro grupo de las numerosas ocasiones que hemos visitado estos parajes. Abuelita, abuelita ¿por qué pita el pulso-metro? Es porque palpita el corazón. El grupo se estiró para subir esta primera cuesta y seguidamente abordar la segunda que era casi seguida llamada del Terrero, tras la bajada paramos en el lugar denominado como cuatro caños, que por su nombre da la sensación de tener una fuente de agua con la que calmar la sed, pero no, se trata de un cruce de caminos. Tras esperar al resto de compañeros de ruta nos comimos unos cuantos plátanos troceados y unas latas de bebidas isotónicas.


A continuación se subió al pico conocido como La Vieja y casi sin tiempo para coger aire el conocido como El Remacho. Abuelita, abuelita ¿Por qué le llaman el remacho? Es una pared de piedra que algunos llamaban el “Meteoro”, tiene muy mal firme lleno de piedras sueltas, era casi imposible adelantar y poner pie a tierra dependía en gran medida de la velocidad y habilidad de tu compañero delantero, si se caía uno se caía el resto.

Tras superar el alto, comienza una bajada complicada donde lo importante es no bloquear las ruedas, se hicieron dos carriles uno para los más prudentes y otro para los valientes. Justo delante de mí uno de estos valientes perdía el control de su montura y daba dos vueltas de campana, no exagero lo más mínimo, dos vueltas de campana entre las jaras que bordeaban el empinado camino. Abuelita, abuelita ¿Cómo es tan duro el chaval? Después de la aparatosa caída, el tío se levantó, movió la cabeza, decía que le dolía el cuello, se limpió la sangre de los arañazos de la cara y brazos, provocados por el jaral, se montó en su bici y como si no hubiera pasado nada siguió su camino, los hay duros, de ahí vendrá lo de ¿Remacho?

Tras haber comido ya cuatro, de los cinco lobitos, el grupo atacó el quinto, no sin antes volver al punto de los cuatro caños, donde nuevamente nos dieron de comer, manzanas o dulces a elegir. El quinto lobito conocido como la Zarzuela, más que otra cosa supuso una dura prueba para los neumáticos, pues los laterales del camino estaban jalonados de ciclistas con la bomba en la mano. Nuestro compañero Javi, subió parte de este camino con la rueda delantera pinchada y una vez arriba paró para la reparación. Allí parados nos adelantó buena parte del pelotón, y pudimos ver que en otros grupos el compañerismo no es igualmente practicado ni cultivado por todas las peñas, nos sorprendió como miembros de una misma agrupación, con los mismos colores, no paraban para asistir a sus compañeros dejándoles completamente solos reparando su neumáticos, hombre no hace falta que paren todos pero, un par de ellos para dar un poco de ayuda no viene mal.

Una vez bajamos nuevamente hasta los cuatro caños y tras esperar a que las últimas unidades se reincorporan al grupo, tiempo que aprovechamos con la caída de baba, mirando las bicis del resto del grupo, vamos que las nuestras eran de la mitad de la tabla para abajo, pero para abajo. Nos llamó mucho la atención una bici de 29”, solo había una en toda la prueba, y además el hombre tuvo el problema de que pinchó las dos ruedas y como nadie tenía una rueda de repuesto de 29” no pudo continuar. Allí pudimos ver bicicletas con doble suspensión, de los más variados modelos, bicicletas de toma pan y moja, como digo se nos iban los ojos detrás de algunas, pero nuestro grupo destacó por los motores que desarrollaron más caballos que algunas de estas máquinas.

Desde Cuatro Caños una vez que nos dieron luz verde, es decir libertad para correr hasta el pueblo de Mirandilla, cogimos una bajada asfaltada en la que hubo una aparatosa caída producida creo que por un descuido del implicado quien al mirar para atrás metió la rueda en el escaloncillo lateral de la calzada cayendo a la cuneta, dando varias vueltas, esta vez hubo que esperar a la llegada de las asistencias sanitarias. El grupo en que íbamos siguió hacia adelante para no entorpecer la evacuación.

Tras pasar por una granja porcina que nos mareó con sus aromas, llegamos hasta la autovía y desde allí, nuevamente escoltados por la Policía Local hasta el punto de partida, donde los cinco caperucitos tomaron una merecida ducha caliente, se tomaron unas cervecitas y un bocadillito.
No eran tan fieros los lobitos como los pintaban, el grupo en general está en forma, estoy seguro que si el resto del compañeros hubiera venido, habría pasado la prueba con éxito, es de una enorme satisfacción personal, estoy seguro que los otros cuatro caperucitos pensarán igual que yo, y que disfrutaron mucho al haber pasado un día así. Os animo para el año que viene.
Y cogiendo la A-5 dirección Santa Amalia, colorín colorado, este cuento se ha acabado.

4 comentarios:

  1. MUY BIEN LA CRÓNICA JUAN CARLOS Y COMO TU ANIMAR DESDE AQUÍ A LOS DEMÁS COMPONENTES DE LA PEÑA PARA QUE NO DEJEN DE PASAR OPORTUNIDADES COMO ESTA PORQUÉ MERECE LA PENA. UN SALUDO A TODOS. LALO.

    ResponderEliminar
  2. muy divertida la cronica .que imaginacion..!!! esta visto que os atreveis con todo. ahora ya tambien con cursas duras de pelar y con mucho gentio.a por la proxima,compañeros..!!!

    ResponderEliminar
  3. ROBERTO LS (A.D. ROQUEÑOS)4 de noviembre de 2011, 13:25

    ENHORABUENA POR ESTA FABULOSA CRÓNICA, TAN BIEN RELATADA DESDE PRINCIPIO AL FIN. UN SERVIDOR FUE QUIÉN PINCHÓ LAS DOS RUEDAS DE LA 29 PULGADAS (EN TOTAL CUATRO PINCHAZOS EN 30 KM Y RETIRADA OBVÍA POR PROBLEMAS TÉCNICOS), ¡¡¡¡ESO SI ES MALA SUERTE!!!!. EL AÑO QUE VIENE NOS VEREMOS POR ALLI DANDO MUCHA GUERRA Y MÁS PREPARADO QUE ESTE POR LO MENOS EN CÁMARAS, JEJEJEJE. OS SALUDA ROBERTO DE LA AD ROQUEÑOS DE MIRANDILLA.
    NOS VEREMOS POR LOS CAMINOS.

    ResponderEliminar
  4. Un saludo a todos y gracias por visitar nuestro blog.
    Juan Carlos

    ResponderEliminar