martes, 2 de febrero de 2010

¡¡ Vaya vueltecita !!


Domingo, 10 de Enero de 2010

Asistentes a la ruta:

Emiliano Andrade
Juanma Barroso
Juan Luis Capilla
Pablo Carrascosa
Paco Cidoncha
Jose Carlos Escobar
Pablo Gallego
Antonio Indias
Jose Luis Jiménez
Lalo Muñoz
Alberto López
Domingo Pablos
Diego Parejo
Javi Parejo
Santiago Sanchez
Pancho Velarde

Hora de salida: 9:00 h.
Hora de llegada: 12:50 h.
Tiempo empleado: 3 h y 50 min
Velocidad Máxima: 60,50 Km/h.
Velocidad Media: 17,6 Km/h.
Distancia recorrida: 60,200 Kms.

Recorrido: Plaza de España, Ctra Ex-206, Cruce del Sajonia, camino de Alico, carretera vieja de Madrid, El Confesionario, Subida del Borril, Mesas del Capitán, Camino de las mezquitas, arroyo, via de Cornalvo, El Mentidero, vadeo de la presa de Cornalvo, Presa de Cornalvo, Pista a Trujillanos, Centro de Interpretación de Cornalvo en Trujillanos, pista servicio de la autovia hasta San Pedro de Mérida, San Pedro de Mérida, Via de servicio y camino de desvío hasta la casa de la Condesa, N-430, Pista de Caballeros, Pista del pozo la Bomba, Calle Canseco, Plaza de España.

Videos de la Jornada
primer video:
http://www.youtube.com/watch?v=0ISlFgEZz_g
segundo video:
http://www.youtube.com/watch?v=eRTvGTdY7hY
tercer video:
http://www.youtube.com/watch?v=4c3pMTLqB8I
cuarto video:
http://www.youtube.com/watch?v=LQSw4udh_bc
quinto video:
http://www.youtube.com/watch?v=GSFL3RG_7VI

Comentario:
Reunidos otra vez más, una mañana de domingo, el orden de llegada de los componentes como viene siendo habitual unos antes, y otros, que ya con normalidad llegamos después.

Mañana que se presenta con niebla intensa en el pueblo, difuminándose hasta desaparecer al alejarnos.

Al salir por la carretera y a la altura de la cruz de los caídos, ante la presencia de niebla intensa, los "iluminados" del grupo ponemos en marcha las luces para poder ser visionados a una mayor distancia en carretera abierta.

Me adelanto para poner a prueba el potencial lumínico de mi luz trasera, poniendo a Diego por testigo, el cual finalmente me dio el parabién del aparatejo chino que parece que se ve “algo” y al mismo tiempo también algún cachondo me indica que lo apage, por que la luz que desprende lo “ciega”.


Inicialmente y como temiéndose lo que vendría, el grupo rueda por la carretera del río hasta el Sajonia con una ritmo parsimonial impropio, hasta para mi.


Llegados al camino de Alico nos desviamos por la carretera vieja para ir tomando contacto con el terreno que nos gusta, tierra y agua. Nos ponemos rápidamente en el Confesionario, tirando en dirección al gran escollo de la jornada, la cuesta del Borril. Cada uno la sube como puede, yo para no variar, a duras penas.

En el ascenso de la cuesta nos sobrepasaron con “alegría pasmosa” equipados cual “powerrangers” unos moteros, a lo que Antonio espeto que “llevarían menos alegría en el ascenso si tuvieran que subirla a pedales”.

Ubicados en el alto de las mesas del capitán los potentados del grupo esperan la llegada cansina de los últimos en coronar la ascension de la susodicha “cuestecita del Borril”.

Al reunirnos el grupo al completo, Pablo que se ha vaciado completamente en la subida, decide que por ahora y como preparación es suficiente esfuerzo, y decide que va a realizar un recorrido más corto para ir cogiendo la forma perdida, uniéndosele Antonio como acompañante.

En este punto, yo que también estaba tocado, tengo que hacer de abogado del diablo y animar a algunos que también querían acompañarles y convencerles de continuar el trayecto hasta Cornalvo.

Cogemos la bajada del camino de las Mezquitas a toda velocidad, con una brisita mañanera húmeda y fresca que acompañada del frío, daba gusto recibirla en los mofletes descubiertos.

Este es un descenso muy atractivo tanto por la velocidad que se alcanza, como por lo espectacular del paraje que lo rodea. Llegamos al arroyo de la Flor, que unos cruzan atrevidos y otros esperan para tener seguridad en el mejor trazado, que vean hacer a los que van cruzando.


El camino prácticamente ha desparecido por la intensidad de la corriente del arroyo. La zona está totalmente embarrada, a la vez que llena de vacas. Algunas de la vacas se atreven a cruzar el “camino” a nuestro paso entre ellas, recordándome Pancho que ellas tienen preferencia porque salen por la derecha, y yo añado, además que también estamos en su territorio.

Una vez conseguimos salir de entre el ganado vacuno y a trochemoche como podíamos tocamos tierra firme y de frente aparecieron un grupo de bicicleteros, que por la indumentaria que vestían eran de los Rockeños, que es un grupo de cicloturismo de Mirandilla.


Rodamos con alegría por terreno encharcado y bastante irregular, con bancos de arena y charcos por doquier, entramos por la puerta de la finca “El Mentidero”, y el grupo enfila compacto hacia la cola de la presa de Cornalvo.





En los alrededores de la cola de la presa, más agua, más barro, más arroyos a cruzar y caminos cortados por el agua, cuyos trazados intentamos inventarnos vadeando la línea de agua de la presa.


Entre la espesura de la vegetación de los márgenes invadidos por el agua, nos encontramos con otro numeroso grupo de bicicleteros, que dicen ser de Mérida capital.

Entre hundimientos, y algún pie a tierra, patinajes, pedaleo pesado, terreno resbaladizo e incluso a través del agua en ocasiones, conseguimos llegar a la presa de Cornalvo propiamente dicha.

Llegados a este punto comienzan a faltar ideas claras sobre como volver, para lo que no había una alternativa definida.


Paco decía que por los Lomos, yo que “más o menos” sabía por San Pedro, otros decían que por donde habíamos venido y al final arrancamos sin saber por donde íbamos a tirar, y fuimos rodando por la pista alquitranada, hasta llegar al centro de interpretación de Cornalvo en Trujillanos.

Una vez llegados a este punto, ya no había vuelta atrás. Tan solo quedaba tirar y cuanto antes mejor por el camino que quedaba, la pista de servicio de la autovía.

En este trayecto, el personal, ya parecía que no hablaba, indicativo del estado de ánimo reinante.
Llegamos a San Pedro de Mérida y de ahí por lo de la Condesa bordeamos Torrefresneda para salir a la N-430 y en cuanto pudimos la abandonamos por la pista de Caballero para entrar en el pueblo por la calle Canseco y de ahí a la sede.

Al llegar “ancá Alejandro” también estaban allí, Andrés y José Joaquín, que por motivos familiares no habían podido acompañarnos en esta entretenida, variada, y sobretodo dura jornada de pedaleo. Mari Carmen que nos tenía preparado una tanda de bocadillitos estaba un poco sorprendida por la tardanza en la llegada del grupo.

Creo que sería conveniente una pequeña reflexión en esta jornada y como dice el chiste, “or ga ni za ci ón, or ga ni za ci ón”. (Antes de salir, hay que saber volver.)

Y después de refresco y bocadillo “cada mochuelo a su olivo”.

Por Emiliano Andrade.

1 comentario:

  1. solo hacer una rectificacion en la lista de participantes.Mi nonbre es ALBERTO LOPEZ y no alberto sanchez. lo digo no por que me moleste sino por si se me contaviliza una salida menos
    sin mas un saludos

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