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Domingo 26 de abril, 8:15 hora “zulú” suena el
despertador, salgo al corral y parece
que hoy el día esta un poco revuelto, veo en el grupo de whatsApp que David (San
Pedro) viene de camino, así que me armo
de valentía y me enfundo mi equipación de los perrigalgos, por que es
domingo y toca lucirla. Salgo hacia la plaza sin olvidar el chubasquero, había
que prepararse para el combate, contra mas miraba el cielo más seguro tenía que
íbamos directos a una cruzada, pero en fin. Llego a la plaza y, tres sorpresas,
una es ver que hay perris valientes para combatir contra la lluvia, otra es ver
a Esther, mujer de Diego que también se armaba de valentía alistándose a las
tropas perrigalgas, y la más grata para mí, ver a mi gran e incondicional
amiguete Miguelito que me hace recordar con nostalgia tiempos pasados en los que
el grupo “bobillos” pedaleábamos juntos. Bueno, uñas al guarro, 15 perrigalgos,
una perrigalga, un perrigalguillo y un “tee-coffe” salimos a la batalla, la
expedición del alférez Diego Parejo la configuran, él mismo, Esther la valiente
y David (Valdehornillos) tienen su ataque fijado, El Rugidero. Nosotros
decidimos ir a batallar a la Morra del Pajar, y hacer una circular por dicha
sierra. Dicho esto, vuelta a la plaza, salimos dirección a la calle de los
muertos y ponemos rumbo hacia la carretera de San Isidro.
Entre conversación y
conversación nos espetamos en el Sajonia, cruzamos la autovía y tomamos
dirección a cuadraillo, ya en el camino de la citada finca se podía observar por
las lluvias caídas el sábado que la pista presentaba numerosos charcos.
Encaramos la cuesta y cada uno a su pellica, en lo alto de cuadraillo
reagrupamiento del escuadrón perrigalgo y a ponerse el chubasquero, comenzaba la
batalla.
Nos lanzamos dirección al entalle, sin
miedo, pero con cautela por que comenzaba a chispear y las gotas
dificultaban la visión. Llegados a este punto cae una trompa de agua que nos
hace presagiar que el combate de hoy va a ser mojado y cruel, el sargento
Pancho, después de pensárselo dos veces se atreve a ponerse el chubasquero para
no mojarse. Aquí la brigada del alférez
Diego, llevándose en sus filas al combatiente Miguelito se separan,
nosotros giramos en el entalle a la derecha en busca de nuestro adversario y
cada vez se dejaba de caer más el jodio, hacemos la subida y llegamos a los
castillejos, seguimos recto para ir a la infernal, y llega el primer incidente
Pablo jr. le resbala la rueda de adelante, se le cruza el manillar y da con los
tocinos en el barro, caída sin incidencia y a seguir en la escaramuza.
Reanudamos la marcha, hacemos la bajada y reagrupamiento en la infernal, para ir
todos en masa, sigue lloviendo a cántaros, continuamos, y en el cruce de caminos
giramos a la derecha, proseguimos por el camino y a la derecha topamos con una
cancela, reagrupamiento del pelotón y a tirar los carros de combate por encima
de la puerta y saltar, la cancela está con el candado puesto.
El aguacero que
esta cayendo es mayúsculo. Continuamos por la pista hasta que aparecemos casi en
la entrada del cuartel de los “schuster”, reagrupamiento del destacamento “los
patas-calá”.
Reanudamos la marcha, iniciamos la subida que hay que emplearse a
fondo por el barro, agua, y jaramagos, la fatiga va mermando las piernas, pero
el honor y el corazón puede más que el agotamiento. Giramos a la izquierda,
sufrimos una emboscada, una fuerte pendiente ayudada por los juncos y las
trincheras echas por el agua nos obliga a poner el pie a tierra pero este
escuadrón se formó en infantería, así que, vencimos pronto a la encerrona que
nos preparó la pendiente y logramos encaramarnos en nuestras monturas para
seguir con la batalla. Sigue diluviando.
Continuamos la subida contemplando
vistas espectaculares creados por nuestro enemigo hoy, La Lluvia. Seguimos
ascendiendo por el empedregado y dificultoso camino y por fin conseguimos
abordar nuestro destino, Sierra Morra del Pajar. La circular se a anulado por la
gran oposición de nuestro adversario. Mientras nos comemos la merienda podemos
observar en el horizonte que nuestro enemigo parece que empieza a dispersarse,
nos hacemos la foto el escuadrón al completo y zumbando para abajo para seguir
con la brega. Hacemos la bajada y el subteniente Javi Parejo sufre un
sobresalto, se le engancha el manillar en una retama y a punto esta de
derribarle, pero éste, a combatido en muchos campos de batalla y se hace con su
carruaje con mucha pericia. Volvemos a pasar por la base de los “schuster” nos
topamos con la verja y toca saltar la valla para continuar por el camino que
viene de la infernal.
En este punto parece que nuestro enemigo empieza a mostrar
sintomas de debilidad y empieza a retirase. Llegamos a la pista de La Parrilla y
la patrulla perrigalga empieza a rodar como jabatos hasta llegar a la altura de
la mina, leve pausa para el reagrupamiento del escuadrón y parece ser que la
montura del sargento Pancho sufre heridas de guerra que son subsanadas por el
subteniente Javi.
Continuamos la marcha para cruzar la autovía, llegamos a las
mojas y aquí parece que vuelve a
manifestarse tímidamente el contrario,
pero parece que por fin logramos vencerle. Seguimos la pista hasta el
camino de malmedra, continuamos por éste, hasta llegar al puente del búrdalo y
seguimos por la carretera hasta llegar al pueblo. Al entrar algunos vecinos nos
miran como diciéndose, “quien serán estos sujetos”. Subimos la cuesta del
cuartel y en la esquina de la carretera con la calle groizard comienza el
pelotón a dispersarse, hoy parece que no hay ganas de aperitivo en la sede.
La
batalla a acabado y el escuadrón perrigalgo a vencido con solvencia en un día
duro quedando exhausto y sobre todo calado hasta las patas.
P.D. Lo de hoy a sido una locura, pero hay que romper la
monotonía y de vez en cuando hacer cosas como esta para disfrutar de lo que nos
regala la vida
Comentar también que esta abierto el plazo para inscribirse
en la ruta del gran Jose Miguel, 10 de mayo
Crónica Pedro Collado "Rony" |
Pero bueno, Pedro, esto más que una crónica es el guión hollywoodiense de una peli bélica. Si me parecía que éramos los personajes de “Platoon” o la “Chaqueta Metálica”. Nos calamos hasta los huesos, pero disfrutamos como enanos. Enhorabuena, Peter, Sargento de Hierro.
ResponderEliminarBuena crónica pedro se te ha olvidado a Roberto el brasero q decía q no iba a llover q se adelantado el agua ji ji ji ji ji anda q no nos íbamos a mojar
ResponderEliminarPero bueno Pedro que sorpresa la narración me ha gustado, SEÑOR SÍ SEÑOR, la verdad que me lo pase genial y el campo esta impresionante, que buena rutita nos marcamos pero llegamos de barro hasta en sitios inesperados jjj.
ResponderEliminarBuena crónica de la batalla Pedro, al final como en las pelis de pistoleros, siempre ganan los buenos y además yo diría que los atrevidos a no dejarse amedrentar por las condiciones metereológicas o bién los que hicieron caso de las prediciones de Brasero.
ResponderEliminarQue buena crónica te has marcao peinanancis, si es que vales pa tó!!! Hay que ver la que nos calló, están locos, yo los he visto.....
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