martes, 28 de octubre de 2014

El algodón no engaña.




Participantes:
-          Andrés Nieto
-          Antoñito
-          Julio Parejo
-          José Andrés
-          Antonio Indias
-          Santi
-          Pedro
-          Manuel Cordero
-          José Mari
-          Miguel Andrade
48 Km.


Aprovechando que las hachas más afiladas de la peña tienen programada para el día de hoy una rutita especial por Las Villuercas, creo que es una gran oportunidad para retomar mis salidas domingueras.
Por tanto y como de costumbre, a las 9 de la mañana me planto en la plaza para observar cuantos perrigalgos han optado por quedarse aquí y realizar una ruta más tranquila por nuestros entornos, a las 9:10 hago recuento y somos 10, previamente ya he avisado que mi intención es hacer una ruta cortita y prudente para irme rodando, a lo que todos acceden y asienten, además hoy se incorpora a esta peña Pedro Porro, apadrinado por Santi, incluso lucen la misma equipación  negrirroja de Carlos Cuadrado. La decisión es tomada de inmediato, vamos a Cornalvo, a falta de buenos guías y exploradores es lo más seguro,  estimamos unos 50 km y a todos nos conviene, a mí el primero.
Nos ponemos en marcha, aún no hemos decidido por donde vamos a ir, hay varias propuestas pero ninguna tajante;  la mañana está perfecta para rodar y en un santiamén nos plantamos en el Sajonia, con las habituales charlas de fútbol, el estado de Andrés que padece un problema intestinal el cual le ha impedido realizar las ruta de Las Villuercas, etc… Llegamos al canal y cogemos dirección El cuadradillo, justo en el cruce con las antigua carretera de Madrid avistamos un pelotón de 12 o 13 cicloturistas que resultan ser los compañeros de Miajadas, se dirigen al confesionario y Andrés nos propone acompañarlos  hasta allí y luego subir el Borril para continuar con nuestro objetivo de Cornalvo; todos accedemos y nos ponemos en marcha, en pocos minutos nos plantamos en el confesionario y Andrés les explica sucitamente el origen de dicho enclave, nos hacemos la foto de rigor y continuamos por caminos separados, ellos parten hacia San Pedro para volver por Cornalvo y nosotros encaramos el Borril; como es habitual, cada uno a su ritmo vamos coronándolo, Jose Mari tiene problemas con su cadena y se queda un pelín rezagado, nada de importancia, continuamos con alegre pedaleo para girar a la izquierda por Las Mezquitas, donde Julio se despide de nosotros, ya que entra a trabajar a las 14:00 y se da la vuelta para volver por el cuadradillo, le deseamos buen retorno y nos lanzamos a tumba abierta por esta preciosa bajada que a todos nos atrae tanto, más si cabe con las recientes lluvias que han pintado las praderas de un color verde inmenso. 


En seguida estamos rodando tranquilamente por la pista del rugidero, todos apiñados y disfrutando de la espléndida mañana que nos está brindando este octubre que ya pronto llega a su fín. Justo antes de llegar a la altura del rugidero, Andrés le recomienda a Pedro, neófito en esta peña,  que no se debe poner calzoncillos junto con el culotte, Pedro le repica con un espontáneo: ¿Entonces que venimos a” berga limpia”? entre risas todos comentamos el tema y es cierto que el 90% de los presentes  los habíamos utilizado al empezar a salir en bici…
Justo antes de llegar al mentidero, se me viene a la mente el párrafo del libro del gran Pedro Carrasco “Solo ante el pedal” que me estoy leyendo actualmente y en el que describe brevemente  a Andrés, y sus recomendaciones de no usar calzoncillos junto con el culotte, no cruzar nunca la cadena y  llevar siempre las palomillas alineadas con la horquilla, cierto es que Andrés no le comenté nada del libro, no caí, pero si le dije que tenía dos manías con el ciclismo, la del culotte y la de la cadena cruzada, se queda callado unos segundos y me dice… “pues tengo un tercero, pero le sabe muy poca gente” ante mi curiosidad le digo que me le cuente, al principio desiste pero al final canta diciendo: “para que no se manche el culotte con los típicos frenazos de los residuos que salen del llamémoslo agujero negro que está  en carne viva rozando con el culotte, siempre que monto en bici llevo un algondón como tapón que resulta muy eficaz”, argumenta también que en el sector profesional de la bicicleta es archiconocido este método. Todos los presentes nos quedamos muy sorprendidos y como no podía ser de otra manera charlamos entre risas y pedaleamos en dirección a la presa por la orilla derecha del embalse. A pocos metros de llegar a la presa, y en la calma habitual de tan bello entorno oímos una gran explosión que los rezagados asimilamos con un tiro, a lo que comentamos: ¡¡coño¡¡ si cazar por aquí debe estar prohibido ¡¡, avanzamos unos metros y vemos parados a Jose Mari y Pedro con la rueda delantera del primero en la mano y es que el estruendo que habíamos escuchado había sido el reventón de su cámara tubeless, no queda más remedio que realizar una larga parada y solventar entre todos el entuerto. Como era de esperar el tema de conversación del algodón sigue latente y Andrés harto de escuchar tonterías sobre el tema, ni corto ni perezoso dice: joder¡¡ que me tenéis hasta los huevos¡¡ se ahueca el culotte y se mete la mano por debajo de sus turmas sacando la dichosa bolita  de algodón y exhibiéndola al personal, a lo que Pedro contesta con verbigracia: “el algodón no engaña” para descojone del personal. Vaya mañana de pedaleo que estamos teniendo, momentos únicos rodeado de personas únicas, echaba en falta estos ratos. 

Con la bici reparada partimos a la presa donde nos comemos rápidamente el almuerzo y salimos pitando bordeando el embalse por la otra orilla, donde nos cruzamos de nuevo con la peña de Miajadas, un breve saludo en el que nos indican que se han perdido dos o tres veces hasta llegar a la presa y los dejamos degustando sus viandas, pasamos al lado de la casa de Cornalvo, y nos ponemos en dirección al pueblo, no recuerdo el nombre de este paraje, pasamos por un tinado donde un borreguillo recién nacido da vueltas por fuera del redil, Antonio Indias y Andrés le devuelven con su madre, enlazamos preciosas subidas y bajadas a toda velocidad, el grupo va rodando bien, y porque no decirlo, casi siempre soy yo el más rezagado, justo a la altura de una charca Antonio Indias encabeza el pelotón a toda velocidad y no tiene más remedio que pegar un frenazo y un buen grito para evitar que todos nos traguemos una enorme zanja que ha formado el agua de las últimas lluvias, debido al frenazo se entalla sus partes con el sillín y realizamos una pequeña parada para que se recupere de tan doloroso percance. 

Un poco más adelante nos despistamos, cierto es que todos nos olíamos el desenlace de nuestra aventura por estos lares, pues no llevamos guías de nivel como afrontarlo, tras una gran bajada con un cercado a nuestra izquierda nos topamos de frente con otra valla, tanto Santi como yo, decimos los mismo: “este cercado de la izquierda con esta pedazo de cuesta no me suenan de nada”, volvemos sobre nuestros pasos y subimos la cuesta que tan a prisa hemos bajado, a medio camino nos damos de frente con Antonio Indias que viene rezagado debido a su incidente y nos advierte que donde coño íbamos, que nos habíamos pasado el camino, seguimos subiendo por un atroche y encontramos la verja de salida de la finca. Solo nos queda subir de nuevo un buen repechito y  bajar hacia la antigua Nacional V, encaramos hacia Torrefresneda por la alquitranada a buen paso, tomamos la N-430  de la que nos salimos tras cruzar el puente del Búrdalo para evitar riesgos innecesarios debido al alto tráfico que circula por esta carretera y cogemos la pista de la depuradora que discurre paralela a nuestro Búrdalo sin más novedades.
Creo recordar que eran las 12:20 cuando nos plantamos en la sede con 48 km en la mochila, lo justo y necesario para pasar una preciosa mañana de otoño pedaleando por nuestros verbeneantes  entornos en muy buena compañía.
Un saludo.
Crónica: Miguel Andrade (llegó y topó)

6 comentarios:

  1. Bueno que decir de la crónica Miguelito, pues que traerá cola, me he reido, bueno me sigo riendo. La verdad es que este Andrés es muy maniatico, pero al final nos hace poner el algodoncito a todos. Como dice el titulo EL ALGODON NO ENGAÑA

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  2. Miguel. La cronica limpia y pura, me he reido un monton. El algodon no se como acabo. Me lo pase el domingo pm. Un saludo perris.

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  3. jajajaja que buena la crónica Miguel!!! una cosita os digo, si los que fuimos a las villuercas llegamos a hacer lo del algodón mas de dos cascan por falta de aire, jajajaja que cabrón que bueno!!!!

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  4. El anecdotario y la crónica, de las que hacen afición. Muy bueno, Miguelito. Y con tu comentario, Diego, me tengo que volver a partir.
    ¿Os habéis fijado en la foto del algodón?. Lo que se ve en el cielo es...¿un "palomillo"?.
    Andrés, me da el tufillo que vas a tener titulillo.

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  5. Enhorabuena Miguelito, buena "reentre" a la Peña, hay que ver como nos vamos profesionalizando no solamente con las burras tambien con los equipamientos externos e "internos".
    Un buen ratito he pasado leyendo tu crónica y la anécdota va a quedar para el futuro.

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  6. Miguelito, no sabes la polvareda que has levantado con tu crónica. Para tu conocimiento, yo sí conocía lo del algodoncito metido en el "jopo" de Andrés (otras veces se mete un tampón), pero me pareció imprudente, no tanto por ser escatológico como por ser un tema personal, comentarlo en mi libro.

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