Participantes:
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Andrés Nieto
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Antoñito
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Julio Parejo
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José Andrés
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Antonio Indias
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Santi
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Pedro
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Manuel Cordero
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José Mari
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Miguel Andrade
48 Km.
Aprovechando que las hachas más afiladas de la peña tienen
programada para el día de hoy una rutita especial por Las Villuercas, creo que
es una gran oportunidad para retomar mis salidas domingueras.
Por tanto y como de costumbre, a las 9 de la mañana me planto
en la plaza para observar cuantos perrigalgos han optado por quedarse aquí y
realizar una ruta más tranquila por nuestros entornos, a las 9:10 hago recuento
y somos 10, previamente ya he avisado que mi intención es hacer una ruta
cortita y prudente para irme rodando, a lo que todos acceden y asienten, además
hoy se incorpora a esta peña Pedro Porro, apadrinado por Santi, incluso lucen
la misma equipación negrirroja de Carlos
Cuadrado. La decisión es tomada de inmediato, vamos a Cornalvo, a falta de buenos
guías y exploradores es lo más seguro,
estimamos unos 50 km y a todos nos conviene, a mí el primero.
Nos ponemos en marcha, aún no hemos decidido por donde
vamos a ir, hay varias propuestas pero ninguna tajante; la mañana está perfecta para rodar y en un
santiamén nos plantamos en el Sajonia, con las habituales charlas de fútbol, el
estado de Andrés que padece un problema intestinal el cual le ha impedido
realizar las ruta de Las Villuercas, etc… Llegamos al canal y cogemos dirección
El cuadradillo, justo en el cruce con las antigua carretera de Madrid avistamos
un pelotón de 12 o 13 cicloturistas que resultan ser los compañeros de
Miajadas, se dirigen al confesionario y Andrés nos propone acompañarlos hasta allí y luego subir el Borril para
continuar con nuestro objetivo de Cornalvo; todos accedemos y nos ponemos en
marcha, en pocos minutos nos plantamos en el confesionario y Andrés les explica
sucitamente el origen de dicho enclave, nos hacemos la foto de rigor y
continuamos por caminos separados, ellos parten hacia San Pedro para volver por
Cornalvo y nosotros encaramos el Borril; como es habitual, cada uno a su ritmo
vamos coronándolo, Jose Mari tiene problemas con su cadena y se queda un pelín
rezagado, nada de importancia, continuamos con alegre pedaleo para girar a la
izquierda por Las Mezquitas, donde Julio se despide de nosotros, ya que entra a
trabajar a las 14:00 y se da la vuelta para volver por el cuadradillo, le
deseamos buen retorno y nos lanzamos a tumba abierta por esta preciosa bajada
que a todos nos atrae tanto, más si cabe con las recientes lluvias que han
pintado las praderas de un color verde inmenso.
En seguida estamos rodando tranquilamente por la pista del
rugidero, todos apiñados y disfrutando de la espléndida mañana que nos está
brindando este octubre que ya pronto llega a su fín. Justo antes de llegar a la
altura del rugidero, Andrés le recomienda a Pedro, neófito en esta peña, que no se debe poner calzoncillos junto con
el culotte, Pedro le repica con un espontáneo: ¿Entonces que venimos a” berga
limpia”? entre risas todos comentamos el tema y es cierto que el 90% de los
presentes los habíamos utilizado al
empezar a salir en bici…
Justo antes de llegar al mentidero, se me viene a la mente
el párrafo del libro del gran Pedro Carrasco “Solo ante el pedal” que me estoy
leyendo actualmente y en el que describe brevemente a Andrés, y sus recomendaciones de no usar
calzoncillos junto con el culotte, no cruzar nunca la cadena y llevar siempre las palomillas alineadas con
la horquilla, cierto es que Andrés no le comenté nada del libro, no caí, pero
si le dije que tenía dos manías con el ciclismo, la del culotte y la de la
cadena cruzada, se queda callado unos segundos y me dice… “pues tengo un
tercero, pero le sabe muy poca gente” ante mi curiosidad le digo que me le
cuente, al principio desiste pero al final canta diciendo: “para que no se
manche el culotte con los típicos frenazos de los residuos que salen del
llamémoslo agujero negro que está en carne
viva rozando con el culotte, siempre que monto en bici llevo un algondón como
tapón que resulta muy eficaz”, argumenta también que en el sector profesional
de la bicicleta es archiconocido este método. Todos los presentes nos quedamos
muy sorprendidos y como no podía ser de otra manera charlamos entre risas y
pedaleamos en dirección a la presa por la orilla derecha del embalse. A pocos
metros de llegar a la presa, y en la calma habitual de tan bello entorno oímos
una gran explosión que los rezagados asimilamos con un tiro, a lo que comentamos:
¡¡coño¡¡ si cazar por aquí debe estar prohibido ¡¡, avanzamos unos metros y
vemos parados a Jose Mari y Pedro con la rueda delantera del primero en la mano
y es que el estruendo que habíamos escuchado había sido el reventón de su
cámara tubeless, no queda más remedio que realizar una larga parada y solventar
entre todos el entuerto. Como era de esperar el tema de conversación del
algodón sigue latente y Andrés harto de escuchar tonterías sobre el tema, ni
corto ni perezoso dice: joder¡¡ que me tenéis hasta los huevos¡¡ se ahueca el
culotte y se mete la mano por debajo de sus turmas sacando la dichosa bolita de algodón y exhibiéndola al personal, a lo
que Pedro contesta con verbigracia: “el algodón no engaña” para descojone del
personal. Vaya mañana de pedaleo que estamos teniendo, momentos únicos rodeado
de personas únicas, echaba en falta estos ratos.
Con
la bici reparada partimos a la presa donde nos comemos rápidamente el almuerzo
y salimos pitando bordeando el embalse por la otra orilla, donde nos cruzamos
de nuevo con la peña de Miajadas, un breve saludo en el que nos indican que se
han perdido dos o tres veces hasta llegar a la presa y los dejamos degustando
sus viandas, pasamos al lado de la casa de Cornalvo, y nos ponemos en dirección
al pueblo, no recuerdo el nombre de este paraje, pasamos por un tinado donde un
borreguillo recién nacido da vueltas por fuera del redil, Antonio Indias y
Andrés le devuelven con su madre, enlazamos preciosas subidas y bajadas a toda
velocidad, el grupo va rodando bien, y porque no decirlo, casi siempre soy yo
el más rezagado, justo a la altura de una charca Antonio Indias encabeza el
pelotón a toda velocidad y no tiene más remedio que pegar un frenazo y un buen grito
para evitar que todos nos traguemos una enorme zanja que ha formado el agua de
las últimas lluvias, debido al frenazo se entalla sus partes con el sillín y
realizamos una pequeña parada para que se recupere de tan doloroso percance.
Un
poco más adelante nos despistamos, cierto es que todos nos olíamos el desenlace
de nuestra aventura por estos lares, pues no llevamos guías de nivel como
afrontarlo, tras una gran bajada con un cercado a nuestra izquierda nos topamos
de frente con otra valla, tanto Santi como yo, decimos los mismo: “este cercado
de la izquierda con esta pedazo de cuesta no me suenan de nada”, volvemos sobre
nuestros pasos y subimos la cuesta que tan a prisa hemos bajado, a medio camino
nos damos de frente con Antonio Indias que viene rezagado debido a su incidente
y nos advierte que donde coño íbamos, que nos habíamos pasado el camino,
seguimos subiendo por un atroche y encontramos la verja de salida de la finca.
Solo nos queda subir de nuevo un buen repechito y bajar hacia la antigua Nacional V, encaramos
hacia Torrefresneda por la alquitranada a buen paso, tomamos la N-430 de la que nos salimos tras cruzar el puente
del Búrdalo para evitar riesgos innecesarios debido al alto tráfico que circula
por esta carretera y cogemos la pista de la depuradora que discurre paralela a
nuestro Búrdalo sin más novedades.
Creo recordar que eran las 12:20 cuando nos plantamos en la
sede con 48 km en la mochila, lo justo y necesario para pasar una preciosa
mañana de otoño pedaleando por nuestros verbeneantes entornos en muy buena compañía.
Un saludo.
Crónica: Miguel Andrade (llegó y topó) |
Bueno que decir de la crónica Miguelito, pues que traerá cola, me he reido, bueno me sigo riendo. La verdad es que este Andrés es muy maniatico, pero al final nos hace poner el algodoncito a todos. Como dice el titulo EL ALGODON NO ENGAÑA
ResponderEliminarMiguel. La cronica limpia y pura, me he reido un monton. El algodon no se como acabo. Me lo pase el domingo pm. Un saludo perris.
ResponderEliminarjajajaja que buena la crónica Miguel!!! una cosita os digo, si los que fuimos a las villuercas llegamos a hacer lo del algodón mas de dos cascan por falta de aire, jajajaja que cabrón que bueno!!!!
ResponderEliminarEl anecdotario y la crónica, de las que hacen afición. Muy bueno, Miguelito. Y con tu comentario, Diego, me tengo que volver a partir.
ResponderEliminar¿Os habéis fijado en la foto del algodón?. Lo que se ve en el cielo es...¿un "palomillo"?.
Andrés, me da el tufillo que vas a tener titulillo.
Enhorabuena Miguelito, buena "reentre" a la Peña, hay que ver como nos vamos profesionalizando no solamente con las burras tambien con los equipamientos externos e "internos".
ResponderEliminarUn buen ratito he pasado leyendo tu crónica y la anécdota va a quedar para el futuro.
Miguelito, no sabes la polvareda que has levantado con tu crónica. Para tu conocimiento, yo sí conocía lo del algodoncito metido en el "jopo" de Andrés (otras veces se mete un tampón), pero me pareció imprudente, no tanto por ser escatológico como por ser un tema personal, comentarlo en mi libro.
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