viernes, 12 de noviembre de 2010

UN PERRIGALGO EN TENERIFE


DOMINGO DIA 7 DE NOVIEMBRE
Por Pedro Carrasco
Me encuentro de vacaciones en Tenerife y como buen aficionado, lo primero que meto en la maleta al salir de casa es una equipación de ciclista.

Ayer alquilé por teléfono una bici de montaña y me trajeron al hotel una “changarria” con la que no pude hacer más de 60 kilómetros. Pero hoy, enmendando mi error a la hora de elegir máquina, he cogido una de carretera.

Mi intención es subir en dirección al Teide hasta los 2200 metros, donde se coge el teleférico. Pero enseguida me percato de que no tengo desarrollo (¿o fuerzas?) para tal empresa. En su lugar decido ir a ver el drago milenario que se encuentra en la costa norte, en Idoc de los Vinos, una localidad situada a unos 65 kilómetros de Los Cristianos, lugar donde me encuentro.

Los primeros 25 kilómetros, aunque siempre en subida (aquí la gente no va o viene, sino que suben o bajan), no son excesivamente duros. Pero a partir de la población de Guía de Isora, la carretera se empina entre pinares por unos parajes volcánicos y unas admirables vistas, tanto hacia la costa como hacia el majestuoso Teide.

Al poco de pasar por Santiago del Telde, hago cumbre en el llamado Puerto de Erjos (1117 metros). A partir del pueblo El Tanque, inicio una vertiginosa bajada hasta casi el nivel del mar. En Idoc de los Vinos visito el famoso drago milenario, un árbol casi tan mayestático como nuestra encina Terrona.


Ya de vuelta, la segunda subida al puerto de 20 kilómetros de ascenso y un porcentaje medio del 8 %, se me hace excesivamente duro, ya con el depósito de gasolina en reserva.

Aunque llevo acopio suficiente de plátanos y los voy engullendo a cada rato, los últimos 5 kilómetros de subida los hago con calambres y al borde mismo de la extenuación. Cuando por fin logro hacer cumbre, mi felicidad es indescriptible: he logrado “doblegar” el puerto de Erjos por las dos caras.


A partir de ahí todo se vuelve gozoso: la bajada en sí, la satisfacción de haber logrado un objetivo tan exigente, el disfrute de las vistas…

Cuando llego al hotel son las 3 de la tarde. Llevo 8 horas de pedaleo y estoy tan cansado que no puedo ni con unas alforjas de humo, tras recorrer 130 kilómetros durísimos. Pero ha merecido la pena darme un palizón luciendo con orgullo el maillot de los Perrigalgos por estas islas de Dios que, dicho sea de paso, son casi tan afortunadas como yo.

Un saludo a mis compañeros Perrigalgos. Ah, cuando queráis os llevo un domingo a que conozcais una bonita ruta que he descubierto recientemente… y cartografiado.

Pedro Carrasco Cuesta.

2 comentarios:

  1. Pedro, admirable, yo he subido y bajado en coche ese puerto hasta Idocd de los Vinos, con un opel corsa alquilado, las vistas muy bonitas, impresionantes, pero los repechos dan miedo.

    Un abrazo.

    Juan Carlos

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  2. Pedro eres la caña de España (concretamente de Extremadura) mira que ir de vacaciones y meterte ese palizón. Pero bueno como se dice por aquí sarna con gusto no pica. Un abrazo Javi Parejo.

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