martes, 2 de marzo de 2010

Las Cruces y Batanejo


Domingo 28 de febrero de 2010

Asistentes a la ruta:

Emiliano Andrade Rodríguez
Florencio Benítez-Cano
Pedro Cuesta Flores
José Luis Jiménez Dorado
Alberto López Fuentes
Andrés Nieto Cortés
Domingo Pablos Bautista
Javi Parejo Jiménez
Diego Parejo Jiménez


Tiempo empleado: 2 h.48 m. 38 sg.
Velocidad Máxima: 38 Km/h.
Velocidad Media: 20,5 Km/h.
Parciales: 57,33 Kms

Recorrido: Plaza de España, El Caribe, Cordel, Carretera de Yelbes, Medellín, Mengabril, Las Cruces, Pistas varias, Mengabril, Medellín, Sierra de Batanejo, Pista del Canal Secundario nº 3, Carretera Nacional 430, Plaza de España.


Videos
primer video:
http://www.youtube.com/watch?v=86uQw3MJfuc
segundo video:
http://www.youtube.com/watch?v=l7uJKPAm8A4
tercer video:
http://www.youtube.com/watch?v=EqxlHDmAGRc

Comentario:

Salió un día bastante bueno, y a pesar de todo, en esta ocasión, el número de participantes ha sido un poquito escaso.

Incertidumbre y divagaciones a la hora de la partida, como viene siendo habitual, cosa que apunto sin ánimo de crítica destructiva, sino como mera observación, y como una cosa normal que debe de ocurrir cuando vamos tanta gente y cuando tenemos ya todos los recorridos trillados. Algunos se inclinaban por las Cruces, pues no habían hecho este recorrido en ocasiones anteriores y otros se inclinaban por ir el Río Aljucén, que pudiera ser que trajera bastante agua, pero al final se impuso la primera opción y salimos pitando camino del Cordel que nos llevara hasta Medellín.



Poco después de Mengabril sufrimos un pinchazo y paramos a arreglarlo, al tiempo que nos juntamos con unas motos de dos y de cuatro ruedas, y aproveché la ocasión para asomarme al espejo retrovisor de una de ellas, la única que lo llevaba, para poder ver y sacarme el mosquito negro que se me había entrado en el ojo. Por cierto que me lo sacó el chaval de la moto, al tiempo que me saludaba de esta guisa:

- Hola, maestro, ¿cómo va la cosa?

Le pregunté si me conocía y me dijo que sí, y como yo no le reconocía con aquel casco tan grande de las motos, me dijo que si le viera con el casco de la bicicleta posiblemente le recordara, y ahí se quedó todo. En la ermita d las Cruces, nos hicimos las fotos de rigor, tomamos el tentempié y saludamos a la amiga María de los Ángeles, que se apresuraba a entrar en dicha ermita.



En realidad, el único que la conocía era Andresnico, pues según entendí era una prima de su mujer.

La salida de regreso también estuvo teñida de incertidumbre, y al final nos decidimos a probar suerte y regresar por unas pistas desconocidas para nosotros que nos habían indicado un par de ciclistas de Don Benito. Nos juntamos con ellos de nuevo y pronto nos separamos. Luego llegamos a una casa de campo de labor y el señor nos indicó el camino a seguir hasta Mengabril. Cruzamos de nuevo el Canal del Zújar, por otro lugar más adelante, luego cruzamos la localidad de Mengabril e igualmente cruzamos por fin la vía del tren y llegamos a Medellín.



Paramos en el puente sobre el río Guadiana, para ver el panorama y nos hicimos algunas fotos más. Una de ellas, con todo el grupo, nos la hizo Alejandro Porras Muñoz, un antiguo compañero del Instituto que vive en Hernán Cortés. Curiosamente es de Almería y se ha casado con una chica de Pontevedra, cerca de Vigo, y se han quedado a vivir por lo pronto en el término intermedio. Así que se me ocurrió contar aquel chiste que hace referencia a esta circunstancia.







“Había, en el campamento de la mili, un teniente que era un malvado. Cuando destinaba a los soldados al cuartel, les preguntaba:

-¿Tú, de dónde eres?
-Yo, mi teniente, soy de Almería?
-Pues destinado a la Coruña.
-¿Tú, de dónde eres?
-Yo, mi teniente, soy de Barcelona?
-Pues destinado a Badajoz.
Y así sucesivamente.
Así que un recluta pensó, “a mi no me engaña éste”.
Y cuando por fin le tocó y le preguntó:
-¿Tú, de dónde eres?
-Yo, mi tenenteiro, eo soy de Jerez de la Fronteira”
-Coño, chaval, tú vas a tener suerte, te vas a quedar destinado en tu pueblo.



No sé como suena contado por escrito, el caso es que contado con palabras en aquel momento, se partieron todos de risa.



Reanudamos el camino y nos fuimos por la Sierra de Batanejo, y por la pista del Canal Secundario, que llega hasta al Nacional. Si ya se había puesto la locomotora en marcha, a partir de aquí no se dio tregua y se pedaleó a mil por hora, como dice Perico Delgado.

¡Qué barbaridad!

¡Qué manera de pedalear!

Menos mal que me esperó Emiliano, que es un buen amigo, que si no me quedo perdido por el Cerro del Guijo.



Luego, eso sí, todos esperaron dando vueltas a la Rotonda de Antonio López, y alguien comentó si estaban tontos dando tantas vueltas.

Recuerdo desde estas páginas que se ha terminado el fondo y hay que recebarlo de nuevo.

Hasta el próximo domingo.

Un saludo

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