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Ruta clásica a Guadalupe, prevista para el día de hoy 17 de
marzo.
Después de programar la salida a las 7:00 h de la mañana,
empiezan los wasas durante la semana que si a las 7:30 que si a las 8:00, unos
que sí, otros que no. Al final se queda a las 8:00, como estaba previsto.
Salida puntual desde la plaza, con una mañana que apunta, más
bien a fresco, con temperaturas típicas de último de invierno, con aire del
Sur, que nos ayudará durante toda la ruta ya que nos va empujando a favor.
Ruta de 100 Km, realizada en 4:25 h. y me atrevería a decir,
que hemos batido el record haciendo una media de 23,2 Km/h por la vía verde.
Como bien digo, se decide hacerla por dicha vía, pero en vez
de cogerla en Rena la cogeremos pasando Palazuelo.
Nos damos cita veinte perrigalgos y nos acompaña esta vez una
chica, la hermana de Moisés e Ismael, Azucena, con un merecido chapó, como la
copa de un pino.
Salimos dirección
Valdehornillos, donde está esperando “El pana” y David Cobos. Con buen paso y
el aire a favor dejamos a un lado a Vivares y más adelante Casar de Miajadas.
Con una media de más de 26 Km/h llegamos a la Puebla de Alcollarín, donde la
bici de Ismael dice basta. Después de más de un cuarto de hora liados con la
avería decidimos llamar a su padre para que se haga cargo, porque el buge de la
rueda delantera ha gripado y es imposible continuar.
Seguimos con un número menos hacia Palazuelo, donde cogemos
la vía verde, que nos conducirá hasta Logrosán.
Dirección Madrigalejos, que será la próxima parada que
haremos. David nota que tiene poca presión en una rueda y echa aire para ver si
lo aguanta. Continuamos con una buena media hasta que un atajo de vacas nos hace
detenernos. Cruzan hacia su destino y seguimos hasta llegar a la estación de
Madrigalejos, donde llegamos juntos con Ismael que le trae su padre con la bici
preparada para incorporarse de nuevo al grupo.
Aprovechamos una parada para comer algo y reponer fuerzas,
mientras David aprovecha y prepara el pinchazo de la rueda. Reanudamos la
marcha y la próxima parada será Logrosán que nos quedan unos treinta y tanto
kilómetros.
Ruta por la vía verde muy monótona de no ser por la rueda de
la bici de Noca que nos llevó muy entretenidos. Comenzó con una rajita
disparando a dispersión el líquido que llevan las cubiertas tubeless hasta que
selló. Continuamos y a los pocos kilómetros nos volvemos a detener para echar
aire. Petete saca la mecha para tapar la rajita y seguidamente le ofrece una
cápsula de CO2 para hinchar el neumático sin necesidad de usar la
bomba de toda la vida dando un resultado rápido y eficaz. Hay que
ver lo que evoluciona el Mundo, Petete con esto de comprar por internet, entre
teta y teta, una bicicleta.
Sin dejar de hacer mención que igual que se infla sin bomba
se lava las manos sin agua, ¿verdad Javi? No hay un domingo que no aprenda algo
nuevo de vosotros, seguimos devorando kilómetro y al poco tiempo pega el
reventón y Noca a sacar la cubierta y poner la cámara, Mientras se prepara el
entuerto, el personal coge sus monturas y pa´lante. Ya no esperamos ni a que se
arreglen las averías pero bueno, serán dados a la caza por la locomotora.
Próxima parada Logrosán donde volvemos a parar para reponer fuerzas. Nos está
esperando la mujer del Pana, que lleva a su hijo Carlos, que se incorpora con
nosotros para hacer lo que queda de ruta.
Continuamos ya sin vía verde por una pista de tierra, que con
sus toboganes y arroyos casi sin agua nos conduce hasta el polígono de
Cañamero, con una gran cuesta que nos exprime las pocas fuerzas que van
quedando. Reagrupamos arriba y seguimos
por la carretera hasta Cañamero.
Atravesamos el pueblo ya con las terrazas llenas de gente
tomando las cervezas, ¡si es que ya es hora!
Bajada de unos cuantos kilómetros, paralela al río Ruecas
hasta que topamos con la rampa que cada uno a
su aire nos conduce hasta el cruce de Puertollano. Volvemos a reagrupar
y otra bestial bajada hasta que volvemos a coger otra vez la antigua vía
atravesando túneles y un enorme viaducto, desde el cual divisamos la Villa de
Guadalupe.
Pasamos éste y giro a la izquierda para coger una cuesta de
unos trescientos metros y plantarnos en las afueras del pueblo. Volvemos a
reagrupar para entrar todos juntos a la plaza del Monasterio donde están
esperando las cluecas con aplausos al vernos llegar.
Toca bautizar en la fuente a los que han hecho la ruta por
primera vez, que son: Ismael, su hermana Azucena, El Pana y su hijo Carlos. Con
las fotografías en las escalinatas del Monasterio y con visita a la morenita,
culmina la XI ruta a Guadalupe.
Nos retiramos a los chozos de El Prado, a las duchas y a
comer. Eso sí, decir, que hemos pasado un gran día con la familia perrigalga,
con buen rollo y muchas risas.
…y apraga la luz. Hasta la próxima.
Crónica Paco Cidoncha |
Muy bien Demontre, te querías escapar de hacer crónica antes de abandonarnos en la época de la siembra. Ruta clásica y por primera vez que yo recuerde aire de culo que hizo que la disfrutaramos mejor, buen número de Perrigalgos no se la querían perder y eso hace que sea mejor aún. Sobre los de las segundas marcas mejor no comentar nada
ResponderEliminarTe querías escaquear pero estaba cantado que no nos abandonabas sin dedicarnos una crónica y que mejor que la Clásica de Guadalupe. Si lo sabes hacer muy bien…
ResponderEliminarDisfrute total. Cómo va la peña, y con el poquito de aire a favor (por fin), vuela. Gran afluencia, gratas incorporaciones, continúan los bautizos, gran ambiente en definitiva. Merece muy mucho la pena seguir pedaleando a vuestro lado.