jueves, 22 de noviembre de 2018

¡¡¡¡Qué calauraaaa!!!!!




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Llego a la plaza y me encuentro las vestimentas más variopintas que os podéis imaginar, unos con chubasqueros, otros sin él, con pantalón largo, con corto, pero el premio a zarapastroso se lleva mi primo Pablo, con los pantalones cortos, calcetines largos y las botas del curro jajajaja…
Yo tenía guardado el As en la manga con el modelo de chubasquero tipo matancero o bombero torero. Hasta Obispo me llegaron a decir, será por ésto de que ha estado este fin de semana para confirmar a los chicos jóvenes del pueblo.
Se preveé lluvia, de un momento a otro y decidimos hacer una ruta por los alrededores, vamos lo que es cerca.¡ Vaya tela con las rutas cortas!
Llegamos al puente del río Búrdalo y giramos a la derecha para entrar en la finca de La Parrilla, por la carretera de Las Monjas. En dicha finca giramos a la izquierda por la carretera vieja Madrid-Badajoz. Aquí empieza ya a llover, sin mucha pinta de dejar.
Paramos a ponernos los chubasqueros, los que íbamos sin él, en el cruce que sube para el huerto de Los Castaños. Vemos que está la puerta cerrada y decidimos continuar por la carretera vieja dejando la venta de La Guía a la derecha  o más bien lo que queda de ella.



A la altura de la morera saltamos la primera puerta del día para acceder a la finca. Ya se nos había olvidado un poco esta subida, pero se las trae en lata. Continuamos hasta el huerto de detrás de la casa de Cuadradillo con una charca en un paraje precioso, más bien propio del Norte de España.
…Y lloviendo.



Nos espera otra cuesta hasta coronar con la linde de los Castillejos. Llegamos justo al cortafuego de la ruta que puso en su día Pablo Tato, la cual la catalogó como “fuega de cuguiculum”. Menos mal, que hoy toca para abajo, pero luego toca para arriba y más arriba, hasta llegar a una alambrada, que saltándola nos metemos en la finca de Los Castelló.
…Y lloviendo.


La última vez que pasamos por aquí había un carril más o menos limpio, pero hoy está intransitable, debido a las jaras y las abulagas. Por cierto, dicho día nos encontramos en este punto a los hermanos Lozano y compañía haciendo una ruta a pie, hoy no había ni animales. Andando con las bicis cogidas a cabresto unos cientos de metros, llegamos a un camino que nos conduce a un callejón sin salida, hay que saltar una alambrada y a los treinta metros otra y otros cientos de metros otra vez con las bicis a cabresto, hasta coger el camino que nos conduce al Castillo de la Mina de La Parrilla, que, por cierto, le queda poca vida debido a que el filón principal está justo debajo.
Decidimos parar a comernos el bocadillo debajo de un chaparro, por decir parar a comer, pero la mañana no estaba ni para eso.
“Quien se cobija debajo de hoja dos veces se moja”
En un punto de bajada, que deberíamos ir en silencio nos marcamos una orquesta con los frenos ya que al ir mojados suenan como una trompeta jajaja… menuda escandalera.
…Y lloviendo.



Con la que está cayendo giramos a la izquierda y vamos quedando el pueblo a la espalda. Llegamos a la linde de la finca de Los Castelló, de nuevo, pero en el lado opuesto, volvemos a saltar y vamos hacia el  cortijo de la finca.
Hoy el amigo José Noca va a hacer brazos con tanto saltar alambradas con su bici eléctrica de nada menos de veintidós kilos.
Justo en este punto suena el teléfono de Julio, parece ser su señora  preguntando por su paradero, porque como está el día…. Se supone, que le pregunta que si llueve, a lo que le contesta que no, que por aquí no está el día muy malo jajajaja…no  podía estar peor.
…Y lloviendo.

Llegando a este cortijo solemos pasar en silencio, ya que es una finca privada y nos pueden llamar la atención. Justo en la misma casa pinchazo, sí, sí, nuestro Diego pincha su rueda trasera y decidimos continuar un poco para no parar en el mismo cortijo. Paramos a arreglar el pinchazo, que si la rueda coge aire, que si no, con más frío que un galgo, se marca Pablo un tarzanito, dice “el Yeyín”, que sale el aire envuelto en mierda y ésta va haciendo el tarzán en los pelos del culo, vaya situación, con la calaura que tenemos jajaja… No he visto un pinchazo más largo, se aprecian en estos días.
…Y lloviendo.
Seguimos hasta la puerta que sale al camino de Cuadradillo con la suerte que está  abierta y no hay que saltar. Dirección hacia el pueblo, bajamos la cuesta de Cuadradillo y pinchazo otra vez de Diegui, hay una cosa que se llama tubeless, le dejamos una cámara y bomba, peor que antes. Se monta y ésto no coge aire, ¿pero cómo va a coger aire si está usando la bomba como los de Lepe? Moviendo la mano con la que sujeta la rueda y la bomba y la que tiene la maneta de la bomba quieta, ¡donde quiera los hay!

Entre risas y tiritones se prepara el pinchazo y por fin, para casa. Carretera de Sajonia tranquilitos y hoy no hay cervezas, debido a la calaura, derechos a la ducha calentita y nada más.
Por último, comentar que la mayoría de los treinta y ocho kilómetros, que hemos recorrido han sido por fincas privadas, con quinientos metros de ascenso acumulados, lo que quiere decir, muchas cuestas y muchas alambradas y cancelas que saltar.
Hasta el domingo que viene, que haremos la última especial del año, por tierras de Garciaz.
Crónica Paco Cidoncha

2 comentarios:

  1. Ya se echaban de menos tus crónicas, tras el parón agrícola. Nos calamos y embarramos hasta las cejas, pero...¿y lo que disfrutamos?.

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  2. Muy buena señor Obispo, como nos bautizastes a todos con 20 litros de agua, lo pasamos genial y eso que yo llegue hasta el nabo, jajajajaja

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