jueves, 7 de abril de 2016

TRAJE COMPRADO, TRAJE ESTRENADO…O ESO CREÍA YO






ASISTENTES
José Antonio Puerto “Noca”
Diego Nieto
Paco Cidoncha
José Luis Barroso “Petete”
Juan Luis Capilla
Pablo Carrascosa
Alfonso Merino
Juan Nieto
Antonio Indias
Km: 47
Domingo, 3 de diciembre de 2016

La semana ha venido marcada por la recepción de los nuevos trajes de verano de la Peña, posterior entrega, pero sobre todo, por la probatura de los mismos. Los “wasas” echaban humo con los comentarios sobre el resultado que el ajustado tallaje de la  equipación marcaba sobre los cuerpos serranos del personal, acompañados de variopintas imágenes que daban fe de lo manifestado. Vamos a ver, que esto es un traje de ciclista pero para cuerpos de cicloturistas (domingueros) y no la dieta de la alcachofa. No, si alguno todavía pensaría que el milagro se iba a obrar.
El hombre, la mujer del tiempo, internet, auguraban agua para el domingo con seguridad plena, pero no hay que ser Mariano Medina para saber que en la Feria de Santa Amalia algún día llueve, sí o sí. Pues por algo la llamaban los gitanos que acudían al rodeo, la “Feria Meona”. Sin embargo, cuando me levanto no cae agua, a pesar de lo encapotado del cielo, lo cual justifica que me preste a colocarme la flamante equipación y comprobar que voy a estar más guapo que un San Luis. Pensé que mi reflexión iba a ser extensiva en la mayoría de perrigalgos, pero cuando llego al paseo, sólo ocho se han dado cita y no todos llevaban el nuevo traje. Sorpresón del grande, sobre todo cuando compruebo la ausencia de algunos de los asiduos. La Feria y el tiempo parece ser han  podido al deseo del estreno de nuestra nueva indumentaria. Ummm, nos estamos volviendo algo delicaditos. Simplemente, como dato, un tercio de los asistentes éramos de la quinta del 69 y uno del 70. ¡¡¡Qué pasa con esa juventud!!!
Como soy nuevamente el último en llegar y teniendo en cuenta lo anteriormente manifestado, es cuestión de ponerse a decidir itinerario y salir pitando para no llegar muy tarde. Paco propone ir al embalse de Las Muelas y la opción es bien acogida por el resto. El recorrido por la carretera del Sajonia, siempre tranquilo, da para charlar básicamente sobre el nuevo traje y las probaturas, el microrelato de Petete y, cómo no, del Clásico. Alguno ha bajado ya de las nubes para pisar la tierra. En esta ocasión, tiraremos por El Borril y su subida que hace tiempo no realizamos. Cuando llegamos arriba, comprobamos que por el oeste el cielo está hecho uno y por el este se atisba algún claro. Como nuestro destino se encuentra en dirección al poniente, tenemos todas las papeletas para que nos toque “calaúra”. Bajamos hacia Las Mequitas, cruzamos el arroyo que no supone ningún inconveniente para atravesarlo (dónde se encuentran aquellos días en los que nos subíamos a las ramas para cruzarlo) y nos dirigimos a El Rugidero. Es en este punto donde comienzan a caer las primeras gotas que provocan que hagamos una parada para sacar chubasqueros. Para llegar al embalse seguiremos por la vereda que transcurre paralela al arroyo de Las Muelas. La fina lluvia que cae no hace sino acrecentar la belleza de este paraje del que se disfruta de lo lindo recorriéndolo en bicicleta.

Las perfectas instalaciones preparadas para la observación de aves que paran en las aguas del embalse, nos permites resguardarnos de la lluvia y es el momento que aprovechamos para tomar alimentos. Esperamos un buen rato con el fin de que escampe. En este ínterin, Diego nos sorprende con zapateados y variados movimientos de calentamiento que realiza con mucho ímpeto, pero poco agraciados, todo sea dicho. En vistas de que no parece que vaya a dejar de llover, decidimos reanudar la marcha tras la foto, que en esta ocasión se encarga de ejecutar la mujer de una pareja entrada en edad que habían venido al rebusco de criadillas.
Nos ponemos a cruzar en fila india por la presa del embalse y es el momento en el que me percato de lo cagueta que es Alfonso, y además sin afanarse en disimularlo. En el trayecto hasta el cortijo de Las Mezquitas deja de llover.

 Ganado el camino, nos dirigimos dirección Valdelayegua, hasta la vieja casona, y en este lugar iniciar precioso descenso que nos conducirá a la Caña Real de Santa María de Araya, justo al comienzo del Parque de Cornalvo. En nuestro trayecto hasta el Entalle, cruzado el arroyo, están colocados ya los postes para alambrar la finca de los Castillejos, lo que en el futuro supondrá otra puerta más al campo para aquellos que nos gusta disfrutar de nuestro entorno. Tras cruzar Cuadradillo, nos reagrupamos en la pista del canal, justo en el momento que vemos acercarse por esa misma pista a Javi Camacho, quien ha salido más tardes y ha hecho una ruta a Cornalvo en solitario. Todos juntos nos dirigimos tranquilamente hasta el pueblo y posteriormente unos cuantos a tomar un refrigerio en la sede.
Durante el trayecto, se ha propuesto a Petete la realización del relato de la ruta en previsión de que la redactada la semana pasada fuera una primera parte de siguientes a realizar en las próximas, con el fin de que de esta forma pudiera confeccionar, en conjunto, una crónica como manda los cánones, pero declina con rotundidad a verse otra vez en una de estas. Como llevo largo tiempo mirando para otro lado en cuanto a crónicas se refiere, decido, tomando las cervezas y una alitas de pollo, ser yo quien se encargue de este menester. Javi, no te enfades porque me asigne las crónicas cuando tú no estás.
Sinceramente, quien se haya quedado remoloneando en casa por cagalera al agua, se ha perdido una preciosa jornada de cicloturismo. A ver si el próximo domingo es posible el estreno masivo de nuestra nueva equpación.
Sin más tela que cortar, hasta la próxima.
Crónica Juan Luis Capilla


1 comentario:

  1. La verdad Juan Luis es que tienes razón, me peso el no salir, pero mi ojo con el tiempo me engaño, pero bueno me alegro que disfrutarais de un buen día, yo salí virtualmente para intentar preparar la Ruta de La Mochila pero visto lo visto creo que este fin de semana al menos no podremos realizarla, es que este año se ha propuesto el tiempo que no hagamos ninguna especial.

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