martes, 2 de febrero de 2016

VEINTITANTOS PERRIGALGOS A LA MORRA DEL PAJAR





Como creo que ya me tocaba relatar una crónica, me he ofrecido voluntario para narraros por donde hemos andado hoy los perrigalgos.
¿Qué es lo malo de estas crónicas? Contar algo cuando no ocurre nada en especial, pero bueno, lo intentaremos.
Como cosa de costumbre, me levanto a las 8:20 h. y observo el móvil para ver la temperatura qué hace, marca 4ºC. Nada mal para la época en la que nos encontramos, Nos abrigamos bien y Jesulete y yo para la plaza que nos vamos.
 Llegamos a la plaza y me dispongo a repartir las fichas de la federación que me dio ayer mi quinto Manuel del Río. Alguno comenta  “bueno, pues ya nos podemos caer”, ¡hombre, mejor no caerse!.
Comenta Alfonso, que Diego, David y sus respectivas van dirección a La Bola, partiendo desde Miajadas. Mujeres de estos dos señores ¿por qué no os venís con nosotros los domingos?. Enhorabuena a las dos por el reto.
Estrenamos bici, Juanito se presenta con una pedazo de bici de estas modernas de las ruedas grandes, que más bien parece un John Deere, que una bici en sí. Una Orbea Occan, doble suspensión, preciosa, ¡a disfrutarla Juan!.
Para la ruta de hoy se barajaban dos opciones, ir al helipuerto del Puerto de La Cabra o volver a visitar la Sierra de la Morra del Pajar, y a ésta que nos vamos.
Bajamos por la calle de los muertos y emprendemos dirección a Sajonia con más frío que un perro chiquinino. ¡Tranquilo que más adelante se nos quitaría el frío!, ¿a ver si averiguáis dónde? Cómo no, en la primera cuesta de la ruta de hoy, nuestra querida cuesta de Cuadradillo.
Dirección al Entalle, a la altura de la Cuesta de la Novia, nos abandona mi cuñado Nico, que va a ver el olivar que tiene en Alico.

Llegamos al Entalle y nos desviamos a la derecha, dirección a Los Castillejos de Abajo o más conocido como El Castillejo de la María Velarde. Tenemos unos cuantos kilómetros que van hacia arriba, hasta llegar al paso canadiense de dicha finca.
Continuamos hacia la bifurcación de La Infernal y Antoñito engancha,  con una retama,  los cuernos de un manillar por rodear un charco y al suelo que se va, dando con los tocinos en  tierra. Por suerte, se ha quedado en el susto.

Llegamos a La Infernal y en este punto se despide el amigo Óscar, que tiene prisa y se va para Sta. Amalia. Continuamos hacia Dehesa Vera y antes de llegar a la carretera de Arroyomolinos, toca girar a la derecha, pero con saltos a estilo libre, de puerta con candado.  En la finca, nos encontramos rodeados de un precioso y espeso encinar, que hace una verdadera delicia pedalear por estos lares.
Tras un par de par de kilómetros llegamos a la altura de la infernal y subimos paralelos a ella hasta llegar a la entrada de la finca de Chuste. Reagrupamos y para arriba, en busca de la sierra Morra del Pajar. Giro a la izquierda y de pronto, cuestón, corona chica, piñón grande y cada uno que cuelgue lo que mate.



Llegamos arriba y allí nos comemos el tentempié, nos hacemos la foto del grupo en un cerro aledaño a La Morra del Pajar con esta de fondo. 




Alguien comenta subir, otros prefieren no hacerlo. Pablo coge a los niños y se los lleva a probar dónde llegan con la bici en tan pronunciada cuesta. Nosotros viendo el espectáculo, como si de hormigas se tratara debido a la distancia de dicha cuesta. El promotor de la azaña nos deleita con una bestial subida, quedándose a tan solo a unos cincuenta metros del final, sin poner pie en tierra.



 Una vez hecho el ascenso nos volvemos a agrupar y nos disponemos a bajar rodeando la sierra por detrás. Un camino, para mí nuevo, con una bajada larga no muy pronunciada, que nos conduce de nuevo, a la puerta, que un rato antes habíamos saltado.






 Ahora no saltaremos, porque estaba el candado desechado. Para adelante, dirección Dehesa Vera, cogemos a la derecha por la carretera de La Parrilla, pero antes hay que subir El Quinto Pino, ya con poca fuerza, como siempre. Cada uno lo sube a su manera.
Bajamos los toboganes de La Parrilla como si el diablo nos fuera escupiendo el culo y por Las Monjas regresamos ya a Sta. Amalia. Reagrupamos en el puente del rio Búrdalo y para ancá la madrina a la cervecita y los aperitivos.
Buena ruta, mañana agradable y una compañía inmejorable.
PD: Desear pronta recuperación a los lisiados para que dentro de poco vuelvan a unirse a este grupo de demontres.

Crónica Paco


3 comentarios:

  1. Madre mía demontre, para lo poco que había que contar te has despachao agusto!! te estás convirtiendo en plumista mayor del reino, buena crónica si señor.
    En cuanto a la iniciativa de Jose Luis, no estaría mal hacer como garbancito, no cuesta trabajo y el grupo para muchas veces...

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  2. Pedazo de crónica, sí señor. Y cuando ya sepas pasarla al ordenador, de CUM LAUDE. De nuevo, ruta en la volvimos a andar alrededor de otro vértice geodésico (si es que ya es ansia), que casi estuvo a punto de tocar el cuñao. Buen intento, cachis!

    En cuanto a la siembra, no estaría mal, aunque ya contamos con buenos plantadores de pinos.

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  3. Amena y divertida el relato de la ruta. Como dice Diego has esprimido bien el limon para la poca chicha que habia. Pero bueno siempre me gustan tus expresiones y comentarios. Los videos de Jesus��. Enhorabuena a los dos.

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