martes, 16 de febrero de 2016

SOLO CINCO PERRIGALGOS CONTRA VIENTO, LLUVIA Y BARRO.






RUTA 14/02/2016


Tomas David Casado
David Liviano
Antonio Indias
Jose A. Blanco
Javier Foz


Ruta: Santa Amalia – Sajonia – Canal de Orellana – Pino de Alico -  Mesa del Capitán -  Castillejos de Abajo- Charca Castillejos – Cuesta la Pluma – Infernal – Cortijo La Parrilla –– Canal de Orellana – La Monjas – Santa Amalia.


Hoy es San Valentín, día de los enamorados y muy enamorado de la bici hay que estar para realizar una ruta como estaba la marea. Se anunciaban rachas de viento de 60-80 km/h y chubascos fuertes e intermitentes, pero aun así, después del buen chaparrón de las 7 de la mañana, uno se levanta a las 8, ve el cielo medio despejado y dado que La Covatilla está a la vuelta de la esquina, decide armarse de valor y enfundarse el traje.

A las nueve menos cinco llego a la plaza y solo está Blanco. Miro el reloj del ayuntamiento para ver si hemos llegado demasiado pronto. Pero no, entre cenas de enamorados, bautizos, otras rutas alternativas y, sobre todo, el mal tiempo que hace, solo cinco nos vamos a disponer a realizar la ruta.

Emprendemos la marcha y nada mas dejar el pueblo hacia el Sajonia, empieza el viento a dar de cara de lo lindo. La previsión del tiempo se cumple, y al llegar al Sajonia, provoca que aminoremos el ritmo ya que el pequeño grupo se ha roto. Sin llegar a darnos caza los rezagados, vamos buscando la pista alquitranada de Alico y justo a la altura del camino Real empieza a llover, lo que nos obliga a aligerar el paso, sin estar reagrupados, para intentar guarecernos en alguna de las casas de este paraje. Pero cuando alcanzamos la primera, deja de llover, lo que aprovechamos para esperar a los descolgados. Fueron 5 minutos de agua que, de momento, no calaron.

Una vez recompuesto de nuevo el grupo de los cinco, caigo en la cuenta de que los papeles para esta función no estaban asignados. Viendo lo poco que se prodigan mis acompañantes con la pluma, la crónica tiene tufillo y, en efecto, ninguno “sabe escribir”, así que no me queda más remedio que asignármela. Tomas se encargará del reportaje gráfico.

Subimos hasta el pino por la cuesta de las casas de Alico, descendimos hasta la mesa del Capitán y, antes de llegar a la cuesta de novia, giramos a la izquierda para descender la cuesta que nos lleva a las cochineras de Gragera. El cielo estaba despejado e incluso hacia sol, pero el viento no cesaba ni un momento.

Tomamos el camino de Castillejos de Abajo, justo después del Entalle, y nos dirigimos al cortijo. Tuvimos suerte, porque, al llegar, el patrón de la finca salió con su Patrol en nuestra misma dirección 100 metros antes y llegó a la puerta que era nuestro destino. Seguimos al todoterreno con la idea de que nos iba a invitar a dar media vuelta pero nos encontramos con la puerta abierta y el hombre paseando 100 metros adelante, así que, con sigilo, nada mas pasar la puerta giramos a la derecha para iniciar la escalada de esta buena cuestecita, todavía mas dura si cabe por el barro que había.

Tras la subida, pasamos la cancela e iniciamos el camino hacia las charcas de los Castillejos, casi siempre con pendiente negativa. Una vez llegados al charco, paramos y nos pusimos al socuello para refrigéranos y alimentarnos un poquito.


La parada fue rápida ya que el frío entraba más rápido todavía en el cuerpo, así que nos dirigimos a la cuesta de la Pluma que la culminamos y pusimos dirección al camino de los Castillejos con los continuos repechos que sorteamos hasta llegar a él. En este punto se debatió de si volver ya a casa o seguir hacia la infernal para coger luego la pista de la Parrilla. Dado que eran las 11 de la mañana y no llovía, decidimos alargar la ruta.

El camino hasta la Infernal esta estupendo ya que era un autentico riachuelo durante todo el tramo con el agua corriendo y con numerosos charcos. Justo al iniciar el ascenso a la Infernal, se pone a llover. La cuesta está subible y la coronamos bien. Reagrupados arriba se comentó si nos cobijásemos en la casa de Chuster o tirar para adelante con todas las consecuencias. Como buenos Perrigalgos, ni parada ni nada, para adelante, así que, desde la Infernal hasta el Cortijo de la Parrilla nos cayó un buen, buen, chaparrón. Como alma que lleva el diablo, corrimos y corrimos hasta el cortijo para guarecernos, pero como pasó al inicio de la ruta,  cuando llegamos ya no llovía así que, al reagruparnos, para evitar coger frío por la caladura y el viento que hacía, pusimos un buen ritmo hasta el canal de Orellana, hasta la finca de las Monjas y hasta Santa Amalia.

Dadas las pintas que llevábamos, no era plan de visitar la sede. Lo ideal era una ducha caliente cuanto antes, así que cada mochuelo a su olivo a las 12:15 después de 50,50 km bastantes completos.



Crónica David Liviano.

1 comentario:

  1. Conociendo la cuadrilla que habías salido, me daba en la nariz que esta semana no había crónica, pero está claro que te quieres redimir de tu prolongada desidia en cuanto a la escritura se refiere. Te veo lanzado. Enhorabuena. En cuanto a los valientes o inconscientes que tuvisteis el arrojo de salir el domingo, como ya dije por “wasa”: Pasión o locura por la bicicleta.

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