De nuevo por tercera vez este año me vuelvo a ustedes, que por unanimidad del grupo se me designa hacer esta tarea.
Sin salirme más del guión, llegamos a cuadraillo, que cada uno a su ritmo vamos coronando la cuesta. Seguimos a un ritmo tranquilo y entalle giramos a la derecha dirección los castillejos, y así coger el camino que nos lleva la Picorro. Se comenta que esta el encargado de la finca con lo cual determinamos continuar por el camino para coger un nuevo tramo descubierto por Pedro. Continuamos dirección Arroyo Molinos cuando el compañero Javi mete la rueda en un hoyo y cae. Sin consecuencia emprendemos de nuevo, y dejando la cuesta infernal a la derecha giramos a hacia los eucaliptos, que no llevan al rio Aljucen.
Después de hacer una bajada y antes de llegar al rio, giramos a la izquierda para comenzar el nuevo camino (o cuesta) que será bautizado un poco más tarde.
Adentrándonos entre encinas y alcornoques empezamos a subir, y estando en mitad de la cuesta nos topamos con un vaquero que nos avisa educadamente que había una piara de vacas y que si podemos bajar hasta la casa pasada anteriormente, y así no espantar el ganado. De nuevo empezamos a subir y vemos otra piara, pero esta vez de cochinos, que se estaban dando un festín de bellotas.
Ya coronada la cuesta almorzamos, y seguidamente nos hacemos la foto de rigor y con la ayuda de Pedro bautizo este tramos con el nombre “la cuesta las piaras”.
Pasado este rato cogemos la bici y emprendemos la vuelta a casa, bajando nos topamos con una casa extraña, que dicen los más veteranos de esta peña que se llama el “bujio” y es donde se hospedaban los pastores de dicha finca. Continuando la bajada en un salto caigo mal y ropo un pieza del soporte del sillín. Continúo sin sillín en la bici, durante 5km que entre risas y comentarios me hacen reír, aunque la idea de volver a casa si sillín no me agrade. Con empeño de Jose Luis al ver lo incomodo que iba me convence para parar e intentar reparar la pieza y así poder seguir la ruta con normalidad.
Seguimos rodando pasando por el entalle y de nuevo por cuadraillo, donde a Miguel sufre un cansancio enorme (tanta fiesta). Llegamos al canal y con un ritmo prudente enfilamos el camino hacia la sede, donde degustamos de nuestro refrigerio y aperitivo.
Para terminar dicho relato, os quería agradecer estos buenos momento vividos a lo largo del año; y desearos una Feliz Navidad y un prospero Año Nuevo.
Lo que te has hecho de rogar para escribir esta buena crónica. Como se nota que has sido tú el autor. Al igual que Pedro te ha ayudado a nombrar la cuesta, yo te hubiera asesorado con el título: "Una tija sin sillín, ¡qué gustirrinín!".
ResponderEliminarBUENA CRÓNICA MARIO. NO TE QUEJES MUCHO QUE TRES CRÓNICAS AL AÑO NO ESTÁ MAL. EN 2014 A SUPERARSE, JEJEJE... ENHORABUENA POR TU HAZAÑA !! Y TAMBIÉN DESEAR A TODO EL MUNDO UNAS FELICES FIESTAS Y PROSPERO AÑO NUEVO. LOS REYES NO SÉ COMO VENDRÁN PUESTO QUE HEMOS TENIDO MUCHOS JOCICOS PARA COMER LOS DOMINGOS...JEJEJE...
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