jueves, 15 de septiembre de 2011

EL PUERTO DE LA CABRA AL PUCHERILLO…Y AGUSTÍN PERDIÓ EL AMARILLO.




Participantes:

Pedro Carrasco
Pedro Cuesta
Juan Luis Capilla
Diego Parejo
Javi Parejo
Juanma
Diego Barroso
Antonio Aparicio
Lalo
Santi
José Luis
Domingo
Domingo Junior
Andrés
Tomás David
Pablo Carrascosa
Paco Cidoncha
Angel Tomás Tena


Km 50


Videos


primer video:http://www.youtube.com/watch?v=hiWZt2jV9g8


segundo video:http://www.youtube.com/watch?v=Jmf20OzWh50


tercer video:http://www.youtube.com/watch?v=x8L37LXNwa4


El domingo pasado quedó definida la ruta a realizar, que no es otra que la que nos lleva al Puerto de la Cabra. Es inédita para esta Peña y había ganas de ascender este puerto, de referencia para los cicloturistas La Serena, que faltaba por engrosar el currículum de cumbres coronadas por este grupo.


Nos reunimos 18 perrigalgos en la Plaza, media hora antes de lo habitual, en una jornada con que comienza parcialmente nubosa y una temperatura muy agradable, premonitoria de la pronta llegada del otoño y que, por tanto, el veranito va tocando su fin. La sorpresa del día la protagoniza un ausente. Agustín, que no ha faltado este curso ni una sola vez (me corrija alguien si me equivoco), no está entre los presentes, lo que provoca el asombro del personal y, aunque no lo manifieste, el regocijo de Tomás David, que se veía avocado a ejercer de segundón y, de buenas a primeras, se convierte en el nuevo líder de la regularidad. Shandi lo va a tener crudo para recuperar el puesto, pues Tomás David está duro como la “roílla” de una cabra.En esta ocasión, al tratarse de una distancia larga para realizar desde Santa Amalia, se opta por montar las bicicletas en el camioncillo de Pablo y algún coche y dirigirnos hacia Las Cruces, para iniciar desde allí la etapa. Una vez llegados a nuestro punto de salida, Pedro Carrasco, que por haber realizado con anterioridad la ruta, la tiene perfectamente ubicada en su privilegiado GPS, es quien toma el mando y determina por donde dirigirnos. Tomamos un camino que sale a la izquierda de la carretera del Valle de la Serena, evitando la cuesta del Reventón. Transitamos por caminos que se encuentran en un estado formidable y permiten un pedaleo alegre. Se divisan a la derecha la sierras de Manchita, que un no ha de tardar mucho, tenemos que recorrer con los colegas de la Peña La Pájara. Al ser territorio desconocido, me cuesta ubicar nuestro paso por los estos bellos parajes, que a poco que caigan algunas aguas deben rebosar de verdor. Acierto a leer algunos letreros que indican que transcurrimos por la finca de la Bóveda, cruzamos por dos veces el río Guadámez, que por estos lugares se encuentra más seco que el ojo de la Inés. Cuando llegamos a un letrero que reza “Finca Cantaelgallo”, giramos a la izquierda y accedemos a la carretera del Valle, justo por donde transcurre el arroyo Los García. En este punto debemos volver hacia a tras, por la carretera, durante unos dos o tres kilómetros, hasta tomar un camino que sale a la izquierda, dándonos de bruces con el inicio de la Sierra de la Lapa.


Comienza un continuo subir y bajar por una serie de pistas forestales, que nos permiten disfrutar zonas rocosas, en cuyas laderas predomina el pinar y los eucaliptos. El personal va capeando el temporal con cierta soltura, a pesar de que algún integrante, Antonio y José Luis, están recién llegados de sus vacaciones en las playas onubenses y se les nota que aún tienen las gambas blancas en el buche. En este subir y bajar se vislumbra el Puerto de La cabra o monte Arrazauces (que alguien me explique la diferencia). Por fin llegamos a una caseta que indica, grabada en azulejos, el nombre del Puerto. Hacemos un pequeño alto para hacernos la primera foto de grupo, antes de iniciar la parte dura de la subida.

No es más de un kilómetro y medio o dos, pero exigente, que nos lleva, por fin, a la cumbre, en la que se encuentra una torre de vigilancia forestal. Las vistas son increíbles: Montes, depresiones, llanuras, dehesa, poblaciones. Tenemos la Comarca de La Serena a nuestros pies. Una vez avituallados, toca decidir por donde volver. Pedro Carraco, en su anterior ruta, tomó un sedero que conduce por las minas del Lobo, lo cual implica dar un cierto rodeo para llegar a Las Cruces.

Aprovechando que el guarda forestal se encuentra en su puesto de vigilancia le preguntamos por el camino más corto, indicándonos la dirección a tomar. Hecha la foto de rigor que plasma que esta cumbre ya está en el puchero, iniciamos la bajada hasta la caseta, acometiendo, a mi parecer, la principal dificultad de la jornada. Tenemos que bajar por una vereda, con una fuerte pendiente, repleta de pedruscos sueltos durante unos dos kilómetros. No sé si será este uno de los motivos de la denominación del Puerto, pues por allí sólo se le ocurriría transitar a las cabras. ¡Qué tensión!. Lo gordo ha pasado, el camino Cabezaredonda está en perfecto estado y nos quedan unos pocos kilómetros para llegar a Las Cruces. El único incidente reseñable lo protagoniza el Yanki, en una de las pocas subidas que hay, se le ha enganchado la cadena y se ha ido de lado al suelo, quedándose como un galápago panza arriba. Una vez en Las Cruces, montamos las bicicletas y para Santa Amalia. En el Bar Cidoncha, unos buenos bocadillitos y bebida a elegir, lo mejor que entra en barriga.


Sin más tela que cortar, hasta la próxima.


Juan Luis Capilla Camacho

3 comentarios:

  1. Te has adelantado Javier, bueno que se vayan mirando los perrigalgos lo de la equipacion...así QUE todos los que ascendisteis al puerto la cabra sois unos CABRONCETES... por el artículo 33, otro título más..

    ResponderEliminar
  2. Gran Julius, envidia cochina, eso es lo que tú tienes.

    ResponderEliminar
  3. una muy buena aventura la escalada de ese puerto, el de la cabra. estaremos atentos a la cronica de la semana que viene y desde aqui muchos abrazos ,perrigalgos..!!!!! bonitas las fotos desde las alturas.

    ResponderEliminar