lunes, 25 de octubre de 2010

Ruta de las alternativas.(Cornalvo)


Domingo 24 de Octubre de 2010

Asistentes a la ruta:

Emiliano Andrade
Manuel Barroso
Tomás David Casado
Paco Cidoncha
José Carlos Escobar
Antonio Indias
José Luis Jiménez
Alberto López
Moíses López
Andrés Nieto
Domingo Pablos
Santiago Sánchez
Francisco Velarde


Tiempo empleado: 3 h. 34 m.
Velocidad Máxima: 50,400 Km/h
Velocidad Media: 19,03 Km/h.
Parciales: 56,300 Kms.

Recorrido: Plaza de España, Cruce del Sajonia, Pista del Canal de Orellana, Cerros Verdes, cortijo Coto Quintano, Presa de Cornalvo, Cortijo de Campomanes, San Pedro de Mérida, pistas de Torrefresneda, N-430, Pista de Caballero, Plaza de España.


Comentario:

Un Domingo más nos reunimos un grupo de bicicleteros con ganas de marcha. Se decide realizar la ruta prevista por Antonio la semana anterior a Cornalvo.

El número de bicicleteros como otras tantas veces en este grupo vuelve a ser de trece. Se comenta que siguen faltando componentes, notándose su ausencia y saliendo en conversación con los comentarios mientras vamos pedaleando.

La uniformidad del vestuario presente durante toda la temporada Primavera-Verano se va rompiendo, por la aparición del frío matinal, que hace que cada cual se averigüe las prendas más apropiadas para sobrellevar los rigores del inicio Otoñal, ahora sobre todo por el fresquito mañanero.

Rodar alegre, con el personal con ganas de ir entrando en calor cuanto antes. Entre conversaciones, risas y sin anécdotas que reseñar nos ponemos en un plis plas en la cola del canal de Orellana, cerca de Torrefresneda.

En el descenso por los frutales de Cerros Verdes se forman dos grupitos, y por error se desvío el grupo de cola por un camino incorrecto teniendo que desandar lo andado.

El grupo de cabeza espera a la entrada del camino para rodar el grupo compacto, ahora ya por terrenos de dehesa con gran cantidad de encinar.


Ante la falta de mejor guía, entre unos y otros vamos tratando de recordar el camino trazado en otra ocasión, en que nos guío Pedro Carrasco por estos bellos parajes.

Que si :

“A la izquierda”,
. “Por aquí”
“Por la derecha”
. “Por allí”
“¡Espera, espera!”

Mientras, continuamos rodando por el entorno privilegiado del Parque natural de Cornalvo salpicado de alcornoques y encinas.

A lo lejos, en lo alto de una loma una zorra huye despavorida ante la legión de bicicleteros que se aproximan.

En el trayecto se rueda sobre lomas suaves, canchos de granito en mitad del camino, veredas, cauces secos de arroyos, alguna cuestecita y ruinas de viviendas en las que alguno, aventuraba con hacerse un chalet.


Vamos consiguiendo trazar la ruta prevista de forma correcta, y de manera sorprendente, al final entre alcornoques, encinas y más encinas conseguimos llegar a nuestro objetivo.

Al coronar la última loma en el cortijo Coto Quintano, aparece el embalse Romano de Cornalvo, a rebosar por las lluvias de la primavera pasada.

Reagrupados todos en la loma nos paramos un momento para coger aire y admirar las vistas y la gran obra de ingeniería con dos mil años a sus espaldas y aún en servicio.
Se decide rodear el embalse por la orilla, rodando entre jaras, encinas y algún que otro caballo que pasta suelto por el parque natural.


Llegados a la presa, nos hacemos la foto de rigor y nos reponemos cada cual con las avituallas que considera.


Para quedar constancia de la presencia del grupo en este paraje, un ciclista de Mérida se presto a realizar la instantánea.


Salimos rápido en dirección al cortijo de Campomanes, para a continuación desviarnos por una antigua vereda convertida en camino que llega a San Pedro de Mérida.


Sin llegar a parar en San Pedro de Mérida rodamos buscando la vía de servicio de la A-5, para a continuación dejarla y buscando, según decía Paco, por lo de la Condesa, en paralelo al discurrir del río Guadiana. En este trayecto pincho José Carlos.


Arreglada la rueda y con cierta rapidez por pasar cuanto antes por la N-430, llegamos a la pista de Caballero y sin más novedad a la Plaza.
En resumen, una preciosa ruta, con todos y cada uno de los ingredientes necesarios para disfrutar sobre una bici.

Y como es habitual ya en la sede nos esperaban nuestro bocadillitos y refrescos

Y después de refresco y bocadillo cada mochuelo a su olivo.


Nota: Un saludo para nuestros lesionados compañeros y que tengan una pronta recuperación y poder rodar juntos de nuevo (mejor diremos pedalear).


Por Emiliano Andrade.
.

Ruta senderista de las Juderías. Cabezuela del Valle – Gargantilla - Hervás

Participantes:
Pablo Carrascosa Sánchez
Juan Luís Capilla Camacho
Nico Herrera
Juan Carlos Muñoz Tapia

Este fin de semana comenzaré el relato de esta crónica, senderista, saliéndose un poco de la habitual crónica ciclo-turista de los domingos, el viernes, ¿porqué este día? Pues porque asistí a la presentación por parte de ADEVAG (Asociación para el Desarrollo de las Vegas Altas del Guadiana) del Camino Mozárabe a Santiago de Compostela y las rutas Guadalupenses. A la presentación acudieron varios grupos que, unos a pié, otros en bicicleta, otros a caballo durante del mes de Octubre habían realizado alguna ruta hasta Guadalupe. El premio era de 150,00 € que nuestro grupo también tiene en la hucha. Pero de los miembros de la peña sólo estuvimos Domingo Pablos, yo y Juan Luis Capilla que hacía las veces de anfitrión, al ser gerente de ADEVAG.

De camino a casa me encontré con Lalo, que iba con el brazo en cabestrillo, pero con muy recuperado de las heridas sufridas en el rostro. Me alegré muchísimo de verlo y poder comprobar su positiva evolución. Me comentó que se había quedado con las ganas de poder venir a esta ruta senderista, al igual que otros miembros del grupo que por diversos motivos se han quedado con muchas, muchas ganas. Pero seguro que para el año 2.011 volvemos a repetir esta misma ruta o alguna parecida.

Para esta ruta salimos el sábado por la tarde, el recorrido desde Santa Amalia hasta el punto de salida, Cabezuela del Valle, se realizó en automóvil, haciendo una pequeña parada en Plasencia donde las féminas pudieron visitar las tiendas de la capital del Jerte. Una vez llegados a Cabezuela del Valle nos dirigimos al Hostal donde teníamos la dormida, en la cervecería de enfrente pudimos cenar y tempranito para la cama que al día siguiente había que madrugar. Nos extrañó bastante tras preguntar dónde podíamos desayunar al levantarnos a las 7 de la mañana, que no hubiera ningún establecimiento abierto hasta las 9 y media de la mañana. Sólo al parecer y no era seguro, había un lugar a unos 6 kilómetros, pero nos pareció demasiado alejado para arriesgarnos a hacer el viaje en balde.

A las 8 de la mañana puntualmente, todos estábamos preparados para la ruta, un café rápido en el mismo Hostal nos dio fuerzas para comenzar el día. Con bastante oscuridad comenzamos, con las farolas del alumbrado público aún encendidas, hasta el cambio de hora, a las 8 de la mañana se ve bastante poco. Al llegar a puente sobre el río Jerte se veía un poco más. La primera rampa se nos hizo la más dura, siempre ocurre lo mismo, nuestros motores deben ser diesel, les cuesta arrancar y romper a sudar. Atravesamos una zona de cultivo en bancales, donde a lo largo de los siglos los pobladores de la zona han ido haciendo terrazas en las faldas de la ladera del monte donde han sembrado los tan conocidos cerezos del Jerte, árboles cuyo fruto es la picota. El propio dueño del hostal nos comentaba que tras servirnos el café, se marchaba a podar sus cerezos. Normalmente las actividades turísticas y hosteleras son un complemento de la actividad agraria. Nos dijo que el precio de las picotas este año no ha sido muy bueno y que la rentabilidad del cultivo se ha resentido, hay mucha competencia. Nos contó que en una de las parcelas que atravesaríamos habían estado recogiendo picotas desde el mes de abril hasta hace pocos días, algo completamente atípico y que supone un record de productividad.

Tras la primera ascensión vimos el valle que dejábamos a nuestra espalda, el pueblo de Cabezuela, las montañas al fondo salteadas de fogatas humeantes donde los podadores queman las ramas que cortan de los cerezos. En algún rincón del camino pudimos ver incluso las brasas humeantes de un fuego que no se había apagado del todo.

Una vez pasada la zona de cultivo de cerezos, comenzábamos a adentrarnos en un bosque de robles, alejándonos cada vez más de la civilización y del impacto de la mano del hombre sobre la naturaleza, ahora el bosque cada vez se hacía más espeso, los caminos se estrechaban, las señales aunque bien colocadas, costaba localizarlas entre la maleza formada de helechos verdes por la humedad de la umbría de la gran montaña que teníamos enfrente. Por una vereda estrecha llegamos hasta un pequeño puente propio de la época en que Hispania estaba poblado por los Celtíberos, pueblos Celtas de Hispania, al igual que los Galos, a la derecha del puente una cascada de aguas frías y cristalinas, con un rumor que junto con la luz solar que se colaba a través de las copas de los arboles en forma de haces de luz le daban al lugar un aspecto casi mágico, parecía que habíamos retrocedido en el tiempo. De lo más espeso del bosque tras los haces de luz solar emergieron dos extraños personajes, uno bajito con bigotes y el otro grueso y pelirrojo que traía un jabalí bajo cada brazo. Al encontrarse delante de nosotros dijo el más grande, “mira que romanos tan raros, déjame que les atice”, “No, Obelix, que llegamos tarde, no te entretengas”, “están locos estos romanos, como se atreven a adentrarse en nuestro bosque, con lo que les atizamos” y tal y como aparecieron desaparecieron tras la espesura y la luz del bosque. En este puente paramos para tomar un primer bocado, beber agua del propio arroyo y atarnos bien las botas, que a partir de ahí comenzaba lo más duro de la ascensión al puerto de Honduras.

Por un camino serpenteante que a través de muchas pasadas se ha ido conformando en una especie de escalones naturales, subimos al mismo tiempo que la vegetación y el bosque de robles y castaños desaparecía a nuestro alrededor, a pesar de que lucía un sol espléndido, éste no calentaba lo suficiente como para desprenderse de la segunda capa de ropa que llevábamos y de vez en cuando un aire bastante fresquito nos hacía subir las cremalleras.

A medio camino de la cima, una caída espectacular de agua hizo nuestras delicias, la habíamos visto al salir del robledal. No sin asumir cierto riesgo nos acercamos todo lo posible pero por prudencia nos hicimos un par de fotos rápidas y volvimos al sedero oficial, ya que esta cascada se aleja unos metros del camino.

De esta forma, entre parada y parada para llenar el calderín de aire, y el estómago con algo de comer y beber, fuimos llegando a la cima de puerto de Honduras, donde nos encontramos con un grupo de cazadores que se quejaban de cómo les había ido la mañana, aunque nosotros escuchamos algún que otro disparo.

Una vez que llegamos al refugio que corona la cima y después de hacernos un par de fotos comenzamos la bajada, ahora estábamos en el valle del Ambroz al otro lado de la cresta de la montaña. El camino era estrecho y pedregoso, bastante incómodo para las articulaciones al tener que esquivar la numerosas piedras, y materia orgánica (vamos caca de vaca) de las vacas que andaban pastando por estas laderas, bueno más que vacas parecen cabras, pastando en laderas con bastante desnivel, seguro que se suben al camión que las transporta sin necesidad de rampa ni muelle de carga.

Tras reponer fuerzas en uno de los recodos del camino, dando buena cuenta de nuestros bocadillos y del vino de pitarra que nos había traído Pablo Carrascosa, continuamos la bajada que a mí personalmente se me hizo dura para los pies poco acostumbrados a este tipo de terreno.

Entramos en Gargantilla, donde acaba oficialmente la ruta de las juderías, pero como somos más “machotes” que nadie, teníamos previsto seguir hasta la localidad de Hervás. Tras preguntar, al haber perdido la señalización del sendero, seguimos por una carretera asfaltada, rodeada de un bosque de castaños, en la que se alternaban las subidas y bajadas. Con la fatiga llamando a nuestra puerta que nos provocaba algún que otro tropezón y caída de bastón, lamentando alguno de nosotros el alargamiento de la ruta, llegamos a nuestro destino. Un pueblo que se ve moderno y dinámico. Tras encontrarnos con el resto del grupo que no había realizado el recorrido, comimos, bebimos, tomamos café que nos vino de muerte. Y emprendimos el camino de regreso hasta Santa Amalia.

Un abrazo muy grande para todos. Especialmente para los lesionados.

Juan Carlos Muñoz Tapia.

lunes, 18 de octubre de 2010

Una Bonita Ruta


Domingo, 17 de Octubre de 2010

Participantes:

Emiliano Andrade
Manuel Barroso
Tomás David Casado
Paco Cidoncha
José Carlos Escobar
Antonio Indias
José Luis Jiménez
Julio Jiménez
Juan Carlos Muñoz
Domingo Pablos

Recorrido:
Plaza de España, Cruce del Sajonia, El Cuadradillo, EL Entalle, Los Castillejos, Cuesta Infernal, Carretera de Arroyomolinos, Mina de la Parrilla, Pista de las Monjas, Finca de Malmedra, Río Búrdalo, Puente del Río Búrdalo y a la Plaza.

Tiempo empleado: 3 h. y 2 min.
Diatancia Recorrida: 41,5 km.
Velocidad media: 17,9 km/h
Velocidad máxima: 56 km/h

Comentario:

Atrás quedaron los días en que Emiliano me envió las instrucciones de cómo se imprimía el folleto informativo que nos repartíamos (siguiendo la costumbre de maese Flore) los domingos por la mañana, de las corredurías de la ruta anterior. Fue la primera vez que salí con el grupo, y lo que son las cosas, fue prácticamente la misma ruta. Ahora de nuevo, me toca hacerla, aunque esta vez, y como los tiempos van requiriendo, a través de la web.

Pues bien, como de costumbre esperamos en la plaza (no se cuantos) valientes con más frío que un perro "mojao" (ya que estamos en la época tonta del año y no sabe uno como acertar con el vestuario) a que fuesen las nueve y cinco y llegara Emiliano para poder salir.

Decidimos tirar para el monte, como las cabras, en dirección Cuadradillo para así reencontrarnos con nuestras "queridas amigas" las cuestas. Después de saludarlas llegamos al Entalle, donde nos hicimos la prematura foto de grupo, ya que Paco se tenía que marchar.



Sin saber qué camino tomar, Julio sugirió ir en busca de la cuesta infernal, ya que le habían hablado de ella y tenía ganas de saber cómo era. Yo le apoyé, ya que ante la otra opción, prefiero cuestas a cuernos. De esa manera continuamos subiendo hasta encontrarnos con ?la bicha?. Muy inteligentemente me coloqué el primero para no se molestado por nadie, y haciendo un alarde de voluntad, equilibrio y profesionalidad, conseguí, por fin, subir la cuesta que tanto se me resistía.


¿Donde esta Wally?



Una vez arriba, y habiendo aparcado la bici, procedí a buscar mi corazón que debía estar tirado entre las jaras, para ponérmelo y así animar a los que me seguían. Al poco tiempo empiezo a vislumbrar los otros perrigalgos empujando la burra, hasta que veo a Manuel, apretando los dientes para superar el escalón final y así coronar el monte como un campeón.







Después de las felicitaciones, nos fuimos a comer el tentempié a la puerta de los Castillejos (creo), situada en la carretera de Arroyomolinos, donde comentamos los avatares de la ruta.





Ya con más tranquilidad si cabe, nos fuimos dirección la Parrilla,
donde el historiador Domingo nos dio otra clase de historia (valga la
redundancia) a los que estábamos allí, decidiendo finalmente bajar por ella, ya que había algunos que no la conocían.

Una vez hubimos salido de allí, nos fuimos sin prisas, en busca de la merecida recompensa: los bocadillos de Mari Carmen, donde comentamos cómo se puede hacer una ruta bonita, distendida, sin prisas, con subidas, bajadas, llanos y lo que es más importante, SIN VACAS.

Ahí queda eso.

PD: Un saludo a los lesionados.

Por José Carlos Escobar

miércoles, 13 de octubre de 2010

MEDIA RUTA CON SUSTO INCLUIDO:

Distancia recorrida 33 km.

A las nueve de la mañana, poco a poco iban llegando los compañeros a la Plaza de España, después de haber sido convocados por e-mail, para hacer esta ruta en un día poco habitual para las salidas del grupo. Se presentaba como nueva incorporación, mi amigo, Tomás David Casado, que después de haberse estado preparando durante buena parte del verano se ha visto con fuerzas suficientes como para unirse al grupo, que ya por su fama despierta cierto temor entre los menos fogueados. Ha tenido que esperar dos fines de semana para incorporarse al haber coincidido su decisión con dos salidas a las que no era muy aconsejable su bautismo. Hace tres fines de semana fuimos a Guadalupe, con un recorrido de 90 km, y el siguiente subimos a la temida Bola con más de noventa kilómetros.

Las conversaciones del grupo “perri-galgo” se centraban en las ofertas del ALDI, de las que pocos miembros del grupo estaban informados. Después de esperar a algún que otro rezagado y al promotor de la ruta, Emiliano, que finalmente nos dio plantón, al tener mejores ofertas que la nuestra a las 9 de la mañana, y tan amigo que como es nuestro compañero del mundo onírico, este amigo parece que duerme con sabanas “El burrito Blanco” y llega siempre a última hora, por este motivo se le esperó hasta el último momento.

La ruta anunciada de forma electrónica, era la visita a la Plaza de Toros de Entrerríos, más conocida en las chazas de los perrigalgos como “La Monumental de Entrerríos”. Sorprende que una localidad tan pequeña tenga una plaza de toros fija, de ahí la porfía entre varios compañeros, sobre si era una plaza portátil o si era una plaza fija. Por lo que se pudo ver en televisión es mixta, la parte exterior es fija mientras que los graderíos son portátiles.

Y entre todas estas cosas comenzaba la ruta con algo de fresco en el rostro pero que sin duda no es nada para lo que nos espera este invierno, y poco a poco se van desempolvando las prendas de que hemos tenido arrinconadas o que son de estreno de esta misma temporada, casi todas ellas de LIDL o ALDI, vamos que según algún que otro compañero somos el equipo ALDI el equipo LIDL.

La mañana transcurría sin novedad hasta que pasando la rotonda con la autovía que va hasta Villanueva de la Serena, justo enfrente del antiguo “Mercoguadiana” tuvo lugar el accidente que supuso el mayor susto que hasta ahora se ha llevado el grupo desde que comenzamos a salir todos juntos. Nuestro compañero Lalo sufrió una aparatosa caída de la que su cabeza y rostro fueron las partes que salieron peor paradas.

Inicialmente todos nos asustamos bastante a quedarse completamente inmóvil y permanecer aturdido durante algún tiempo. Algunos vehículos pararon para ayudarnos permaneciendo todo el tiempo con nosotros el propietario de uno de los vehículos, que la verdad sea dicha, se portó muy bien ayudando en todo momento al lesionado.

A los pocos minutos apareció un furgón de mantenimiento de la carretera, que situándose justo antes de lugar del percance, consiguió señalarlo con bastante claridad, evitando el peligro para las personas que ayudaban en la asistencia. También apareció un Guarda Rural del Ayuntamiento de Don Benito, convenientemente equipado con chaleco reflectante, quien junto con el furgón de mantenimiento de carreteras y a algunos miembros del grupo reguló el tráfico para evitar nuevos accidentes hasta la llegada de la Guardia Civil de Tráfico.

En todo este tiempo pasaron por este punto de la N-430 bastantes vehículos de Santa Amalia, que por lo visto iban a Guadalupe, y todos ellos al reconocer al grupo ciclo-turista, se alarmaron bastante. Uno de estos vehículos conducido por Antonio García y su esposa e hijo llegaron a parar algo asustados. La mujer de Antonio es hermana de nuestro compañero Domingo Pablos, y al ver que faltaba su hermano de entre los ciclistas verdes, que estaban en pié, pensó no sin motivo, que el accidentado era Domingo, pero ese día nuestro compañero Domingo faltó a la cita, por lo que una vez informados de este extremo, y tras seguir las indicaciones de la guardería rural, y alguno de nosotros, el vehículo siguió su marcha pues estaba estacionado de manera algo peligrosa.

Al poco rato llegó la ambulancia del 112 quienes enseguida dieron a asistencia al accidentado y se lo llevaron dentro del vehículo, donde tras comprobar exactamente la gravedad de las lesiones y ver que no eran de gran importancia como para trasladarlo al hospital en el propio vehículo de emergencias, llamaron a otra ambulancia de transporte de heridos menos graves para desplazarlo hasta el Hospital Don Benito Villanueva, donde se le practicarían más pruebas médicas. En el momento de montar en el vehículo se le veía mucho mas recuperado.

Al resto del grupo se nos quitaron las ganas de seguir pedaleando, por lo que decidimos volver a la sede social, donde después de beber algo no dedicamos a recabar información para el resto de compañeros. Lo que son las cosas, en el pueblo ya mucha gente conocía que se había producido el accidente, pero la gravead del suceso había sido aumentada por el boca a boca, éstas son cosas habituales de pueblos pequeños como el nuestro. Por el BAR Cidoncha aparecieron algunos compañeros que no habían acudido a la ruta, como los hermanos Parejo, Diego y Javier, Marcos Nieto Dorado y Emiliano, Juan Luís Capilla y Paco, que habían decidido hacer otra ruta. Todos quedamos a la espera de noticias, y cada cual se fue a su manera a su casa.

Por la tarde tras llamar a Andrés Nieto, éste me comentó que nuestro compañero estaba dado de alta, que se encontraba bien, pero que tenían que hacerle radiografías del pómulo, pues era posible que tuviera alguna pequeña fractura en esta zona.

Así sin más que contar a todos los miembros de la peña y resto de personas que se informan en esta página, desearía enviar un cordial saludo a nuestro compañero Gerardo Muñoz, más conocido por todos como “Lalo”, deseándole una pronta recuperación y que pronto vuelva a pedalear junto al grupo.

Un abrazo para todos.
Juan Carlos Muñoz.

lunes, 11 de octubre de 2010

¡ ¡ ¡ De turismo ¡ ¡ ¡


Domingo, 10 del 10 de 2010

Asistentes a la ruta:

Emiliano Andrade
Manuel Barroso
Jesús Beltrán
José Carlos Escobar
José Luis Jimenéz
Andrés Nieto
Domingo Pablos

Hora de salida: 9:00 h.
Hora de llegada: 11:35 h.
Tiempo empleado: 2 h y 35 min
Velocidad Máxima: 37,00 Km/h.
Velocidad Media: 18,9 Km/h.
Distancia recorrida: 32,400 Kms.



Recorrido: Plaza de España, Ctra Ex 206, Cruce del Sajonia, Camino de Álico, carretera vieja de Madrid, Conquista del Guadiana, Pista de Malmedra, Puente Río Búrdalo, Ctra Ex 206, Plaza de España.

Comentario:
Ruta turística por la zona, pasando por Alico, La Venta La Guía, visitamos el pueblo de Conquista del Guadiana y para casa, sin caernos ni una sola gota de agua.




"Carretera vieja de Badajoz a Madrid"






"EL interior de la Venta"










"Los primeros charcos de la temporada"







"En la Plaza de Conquista"


Desde este nuestro blog, mandamos un saludo y le deseamos una pronta recuperación a nuestro compañero Evaristo, que ha tenido un problema de salud, pero gracias a Dios se va recuperando. Un abrazo

martes, 5 de octubre de 2010

Artículo sobre el uso de la Bicicleta y Señal de tráfico




Señal de tráfico de Precaución ciclistas creada por un club ciclista de Cáceres
http://www.hoy.es/multimedia/fotos/ultimos/64436-cuidado-ciclistas-0.html

La Bola y La Terrona


¡¡¡ Prueba Superada !!!
CON LA BOLA AL FONDO
(domingo, 3 de Octubre de 2010 )

Asistentes a la ruta:

Emiliano Andrade Rodríguez
Juan Manuel Barroso Morcillo
Manuel Barroso Carrasco
Jesús Beltrán Simón
Florencio Benítez-Cano
Juan Luis Capilla Camacho
Pablo Carrascosa Sánchez
Paco Cidoncha Carrascosa
Pedro Carrasco Cuesta
Pedro Cuesta Flores
José Luis Jiménez Dorado
Evaristo López Masot
Gerardo Muñoz Lozano
Juan Carlos Muñoz Tapia
Andrés Nieto Cortés
Javi Parejo Jiménez
Diego Parejo Jiménez

Tiempo empleado: 5 h. 14 m. 6 sg.
Velocidad Máxima: 71,9 Km/h.
Velocidad Media: 18,9 Km/h.
Parciales: 99,36 Kms

Recorrido: Plaza de España, Carretera de Cáceres, Huerto Juárez, Pista de Malmedra, Pista del Canal Secundario, Ermita de San Bartola, Almoharín, Valdemorales, La Zarza, Estación de Radar y regreso.

Videos:
primer video:
http://www.youtube.com/watch?v=yaSGytGOoiE
segundo video:
http://www.youtube.com/watch?v=RXFBcxZy5Gc
tercer video:
http://www.youtube.com/watch?v=jZEVXGPpjtY
cuarto video:
http://www.youtube.com/watch?v=7vQ38zH94bI


Comentario

Con los ánimos encendidos por el viaje a Guadalupe del pasado domingo, los Perrigalgos a bien tuvieron lanzarse al fuego de una vez, porque iba ardiendo ya en la sangre tanta polémica con la dureza de la dichosa subida a Cancho Blanco, como dice el amigo Pedro Carrasco (léase La Bola), y proponer de esta guisa el recorrido de este primer domingo de octubre a dicho promontorio.

Hubo que salir temprano, como en el anterior recorrido, pues era más largo de lo habitual, rozando, según se pudo comprobar, los cien kilómetros, con el agravante de la citada subida del Puerto de Valdemorales, en primera instancia, y más tarde el de la subida a la Estación del Radar. A las ocho menos cuarto, con puntualidad absoluta partimos desde la Plaza un grupo de diez personas, con las luciérnagas rojas en las espaldas, los que las llevaban, y a rebufo suyo el resto de los componentes del grupo, pues aún la claridad del alba era más bien escasa.


En la ermita de San Bartolo se nos unirían, algo más tarde el resto de los componentes del grupo que se detallan anteriormente, y con la novedad de un nuevo acompañante, en este caso el amigo Evaristo López, que a la postre no tuvo mucha suerte porque poco después de incorporarse sufrió un reventón que no se pudo arreglar de ninguna manera (me gustaría que alguien pudiera explicar exactamente lo que pasó con la historia de la válvula) y hubo de quedarse en la ermita de San Bartola esperando al resto de los componentes.




Las primeras pedaladas fueron muy emotivas, pues aún la gente no sabía a lo que se enfrentaba, y sólo reinaba en el grupo la ilusión de partir a ese objetivo tan manoseado por la cháchara y la controversia de la dureza del mismo, tanto y cuanto por ciento de desnivel y tal vez porque hacía bastante fresquillo y animaba a dar pedales. Nos fuimos por el Huerto Juárez y por la pista de Malmedra, para abandonar ésta, casi al final, antes de incorporarse a la autovía, y tomar otra pista de tierra, que en tiempo nos enseñó Juan Manuel Barroso, auque algunos ya la conocían, y que pasa por debajo del puente de la autovía a la orilla misma del río Búrdalo. Dicha pista o camino va a salir al Trescientos Uno, y de allí tomamos de nuevo otra pista asfaltada, la del canal secundario o pista del Palomar, hasta llegar a la carretera de Cáceres, a la altura de la ermita de San Bartolo.


Allí nos esperaban el resto de los componentes del grupo, como he indicado anteriormente, y rápidamente se incorporaron al compás de nuestras pedaladas, acción que no duró mucho tiempo, porque Paquito pinchó tan pronto cruzó el puente del río. ¡Vaya por Dios, primera incidencia del día!

Y durante el corto espacio que duró enderezar aquel entuerto, las mente no tuvieron otra cosa que relajarse y pensar en aquel macizo montañoso que se divisaba al frente, al tiempo que algunos comentaban: - ¡Menos mal que hay niebla y no se ve la Bola! o ¡Cojones, sí que estará alto que ni se ve la Bola! En fin no quiero ser pájaro de mal agüero, pues ya toda ha pasado, y anotaremos una bonita página de nuestros recorridos en el blog, pero me dio la impresión que a partir de aquí hubo unos momentos de desaliento, en los que las bicicletas parecían estar paradas y los caracoles matutinos gateaban por los radios de las bicicletas.


"La Bola oculta bajo las nubes"

Y cuando parecía que se iba animando la cosa, pues habíamos comenzado la subida del primer puerto, y había que dosificar el esfuerzo y los ánimos, tuvimos el percance antes aludido del reventón de Evaristo que hubo de darse la vuelta. Para entonces el pelotón ya se había desmadrado en exceso y nadie sabía muy bien lo que pasaba.

Intenté regresar para unirme a los del final del grupo, me iba cruzando con todos, y no me enteraban muy bien de lo que me decían, el caso es que me tuve que dar la vuelta porque ya no veía a nadie. Luego miré para atrás y ve que venía uno de los nuestros y paré un poquito la marcha para que me adelantara. Era Javi Parejo que fue el último que se quedó para auxiliar a Evaristo y el que me explicó lo que había pasado, pero que como indico anteriormente, no me enteré muy bien.

Por fin, en el cruce de la Zarza, por suerte nos esperaban todos los componentes del grupo y así fuimos pedaleando ligeramente hacia la localidad de la Zarza, que tienen una poquita de bajada.
Ya en el pueblo paramos de nuevo a la altura del crucero de piedra que está a la altura de la carretera donde comienza la subida a la Bola.

Reagrupamiento en Zarza de Montánchez

Se meó, se comió, se repusieron energías, se hicieron comentarios de todo tipo y por fin se comenzó la subida, que al principio es casi llaneo y a los dos kilómetros empieza a empinarse paulatinamente, hasta alcanzar aquellas rampas tremendas donde el grupo se rompió totalmente y ya cada cual puso el desarrollo que le pareció oportuno para subir a su ritmo.


"Vaya tela, "casi na", un 14%"

Dispersos todos por doquier poco puedo contar de las penalidades que cada cual sufriera, pero estoy convencido de que al final estas penalidades se tornaron en unas sensaciones tremendas cuando se pudo comprobar y cada cual pudo comprobar que tuvo un final feliz, ya que absolutamente todos, incluidos los más pesimistas, consiguieron su objetivo, y algunos incluso más de su objetivo, porque posiblemente algunos pensaban conformarse con llegar a la Zarza.


Nos acompañaba en la subida un chaval de Mérida, Manuel Liberal, conocido de mi hermano Aurelio, que había viajado hasta allí para hacer dicha subida y no pudo tener mejor compañía. Sinceramente pensé, y ahora me arrepiento de haberlo pensado siquiera, que algunos no llegarían, al verlos pedalear penosamente por las primeras endiabladas pendientes, pero al parecer superaron aquellos primeros momentos de penuria, según comentaban algunos: -¡Hasta que coges el ritmo, luego ya es coser y cantar! – y por fin consiguieron salirse con la suya.






Pablo Carrascosa estaba tremendamente fuerte y tiraba como una locomotora, pero no conseguía perderle de vista y eso me animaba y me daba fuerzas. Por fin llegó a mi vera, Pedro Carrasco, mi compañero de aventura, la locomotora Diesel, que me acompañó unos momentos hasta que tuvo que tirar para ver si daba alcance a la primera locomotora. Javi Parejo, se quedó tan sorprendido cuando vio aquellas vistas tan impresionantes, que en lugar de tirar con los dos primeros, se recreaba haciendo fotografías a unos y a otros, y al paisaje que no cesaba de sorprenderle, unas fotos preciosas por cierto.


Paquito también iba muy fuerte y aguantó aquella avalancha que se le echaba encima, hasta que tuvo que relajarse un poco y subir a su ritmo. Yo me encontraba muy bien y trataba de seguir la estela de los endemoniados de la cabeza, pero sabía que debía mantenerme al margen de aquella disputa, y seguir a mi ritmo, por lo que me enganché al tira y afloja de Javi, ora pegaba un buen tirón, ora se relajaba para hacer una foto.

Tuve la suerte también de que un lugareño que iba por allí con una guadaña me diera ánimos que venían bien y me dijera que ya faltaba poco, aunque ya era consciente de ello porque me conozco bien dicha subida. A la llegada, Javi nos fue haciendo sendas fotografías a los que íbamos llegando y algunas fotografías y algunas llegadas fueron verdaderamente emotivas.













"Con la Bola al fondo"
Reagrupados por fin todos nos hicimos la foto al completo y poco después se procedió a bajada con sumo cuidado a pesar de que alguno me da la impresión que bajaron como salvajes a tenor de los comentarios que se hacían al final.

Cruz en Zarza de Montánchez
Se propuso, yo pienso que con la euforia que tenía el personal, que fuéramos a ver al Encina Terrona, y allí no espetamos, para hacernos otra foto y regresar enseguida que ya se iba haciendo tarde.

"En la Terrona"

"El objetivo cumplido en la cumbre"

Se comentó, al parecer, que los que tenían que ir en bicicleta hasta el pueblo tirarían para delante sin esperar.

Pero yo que no escuché aquella observación, me quedé esperando a Emiliano para ir juntos hasta el cruce, donde esperaban los compañeros que irían en el camioncillo desde San Bartola.
Así que del regreso bien poco puedo contar, ya que vine solo todo el camino luchando no solo con mi soledad, a la que estoy acostumbrado, sino contra el airazo que hacía, que a este sí que no me acostumbro.

La próxima al Piornal.

Por Flore