miércoles, 30 de diciembre de 2009

¿Dónde vamos?


domingo, 27 de diciembre de 2009 )
Asistentes a la ruta:

Emiliano Andrade Rodríguez
Juan Manuel Barroso Morcillo
Jesús Beltrán Simón
Florencio Benítez-Cano
Juan Luis Capilla Camacho
Pablo Carrascosa Sánchez
Paco Cidoncha Carrascosa
Pedro Carrasco Cuesta
José María Garrido Parejo
Moisés López Calle
Andrés Nieto Cortés
Domingo Pablos Bautista
Javi Parejo Jiménez
Diego Parejo Jiménez
Santiago Sánchez Díaz
Francisco Velarde Dorado

Tiempo empleado: 3 h. 18 m. 56 sg.
Velocidad Máxima: 38,6 Km/h.
Velocidad Media: 14,9 Km/h.
Parciales: 49,500 Kms

Recorrido: Plaza de España, Carretera de Cáceres, Huerto Juárez, Las Monjas, Canal de Orellana, Camino de la Cruz de Castro, La Parrilla, Huerto de los Castaños, Fuente Collado, Rodriguillo, Malmedra, Huerto Juárez, Carretera de Cáceres, Plaza de España.

Comentario

­-¿Quién pone hoy el recorrido?
-Pancho Velarde.
Y Pancho Velarde, en compañía de Pancho Cidoncha, emprendieron la marcha sin decir ni pío.
Así que al llegar a la carretera, después de dar la obligada vuelta a la plaza, comenzaron las especulaciones y las preguntas pertinentes:
-Me parece que vamos camino de Cuadradillo.
-¿Dónde vamos hoy?
-¿Dónde vamos hoy?
-¿Dónde vamos hoy?
-¿Dónde vamos hoy?
-Ya veremos.
Y nadie tenía respuestas a estas preguntas. Todo era un misterio. Los ponentes de la ruta seguían sin soltar prenda.
Pero al llegar a la altura de la Sierrecilla, torcimos a la derecha, camino del Huerto Juárez, así que sde desvanecieron las pesquisas de ir para Cuadradillo, y seguían los interrogantes de dónde podíamos ir.

Paco Cidoncha por fin dijo algo pero que sólo el aludido entendió:
-Flore, sabe dónde vamos.
Pero yo tampoco dije nada, porque aunque tenía una ligera idea, supuesta por cierto, no lo tenía seguro y cerré el pico.
Varios días anteriores había llovido y hoy había salido una niebla intensa que impedía controlar a los que se quedaban rezagados.
Pedaleamos un buen trecho por el Canal Principal de Orellana, y de pronto torcimos a la izquierda, tomando un camino desconocido para mí, haciendo el comentario pertinente de que me parecía que era más adelante, pero nadie me hizo caso, y continuamos la marcha. Yo sabía que no era el camino correcto porque no vi por allí la nave que conocía de tras veces, con los frutales, pero pensé que aquel camino llevaría también al mismo sitio.
Paco Cidoncha paró un momento para limpiarse las gafas, pues se le había olvidado colocarse el “limpiagafas”, y una vez que pudo ver algo más, a pesar de la intensa niebla, dio un grito de alarma, diciendo que no era el camino correcto. Marcha atrás todo el mundo.
En el próximo camino torcimos de nuevo, y al ver la citada nave con los frutales, pudimos comprobar que ahora sí que íbamos por el sitio convenido.
Con la lluvia de los días anteriores, los caminos estaban embarrados y llenos de múltiples charcos, algunos de ellos de considerable hondura y extensión, abarcando prácticamente toda la anchura y algo más del camino. Pronto comenzaron a ponerse las bicis embarradas y algunas espaldas que otras, sobretodo la del pequeño Moi, que después de mucho tiempo hoy nos había acompañado, que al cabo de un rato estaba totalmente embarrado de los pies al casco.

Había multitud de arroyuelos que llevaban agua y corrían después de tantos tiempo más secos que el ojo de Inés.
Lugares muy bonitos con buenas encinas y buenos jarales y ovejas pellejas, que no se podían divisar con toda su nitidez debido a la espesura de la niebla. Tal era así que cuando paramos a comer concluimos en que este recorrido lo teníamos que hacer otra vez, pero por supuesto “de día”.

Llegamos por fin a un lugar conocido, a la pista asfaltada de Arroyomolinos de Montánchez. Paramos a ver un barranco de la antigua mina de la Parrilla, y luego emprendimos el camino hacia la casa balneario o casa castillo de la Parrilla. Desde allí tomamos uno de los caminos alternativos y poco después paramos a comer “a la sombra de una buena encina”, acompañados por un cariño perro que rondaba por la casa de los señores y que se vino detrás de nosotros.
Y siguió luego de la comida, cuando reanudamos la marcha, viniéndose un par de kilómetros hasta que por fin desistió del intento.

Pasamos por un lugar donde había algunos castaños y Pancho me comentó que venía todos los años a recoger castañas de aquel lugar.
Luego, a trancas y a barranca, fuimos al Fuente Collado y por fin llegamos de nuevo al Canal de Orellana, tomando el camino de Rodriguillo hasta la autovía y por Malmedra llegar de nuevo al Huerto Juárez.

Un recorrido sin incidentes, salvo las dos equivocaciones, que también forman parte de la aventura, con mucha niebla y mucho barro, y con el deseo de parte de todos de volverlo a repetir en condiciones más favorables para poder admirar el paisaje, y a ver si para entonces, con lluvia caída, ha crecido la hierba y las ovejas pellejas están de mejor ver.

¡¡Hasta el próximo año!!
Salud y felicidad.
Flore.

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