jueves, 6 de agosto de 2009

Ruta Cicloturista
Castillo de Magacela

( domingo, 2 de agosto de 2009 )

Asistentes a la ruta:
Jose Maria Almaraz
Pedro Cuesta
Andres Nieto
Javier Parejo
Emiliano Andrade
Juan Luis Capilla
Pablo Gallego
Marcos Nieto
Juan Manuel Barroso
Antonio Indias
Juan Carlos Muñoz
José Carlos Escobar

Tiempo empleado: 2 h. 54 m.25 s.
Velocidad Máxima: 60,300 Km/h
Velocidad Media: 22,03 Km/h.
Parciales: 66,300 Kms.

Recorrido A: Plaza de España, Ctra de Medellín, Medellín, Don Benito, La Haba, Magacela, La Haba, Don Benito, Medellín, Plaza de España.

Recorrido B: Plaza de España, Ctra de Medellín, Medellín, Don Benito, La Haba, Don Benito, Medellín, Pista de Cerro Remondo, Pista de Ruta de los Abreojos, Caseta de Guardacanal de la N-430, Pistas de Patilla, traseras de la Coop. Amalia de Sajonia y a casa.


Comentario:
Al llegar a la Plaza de España de mañanita dominguera y de post-sábado trasnochador y debido a la poca puntualidad que me caracteriza, al incorporarme al grupo voy escuchando los comentarios del personal sobre la ruta a trazar ese día. Empiezo a captar que la ruta que se planteaba era el subir al Castillo de Magacela, " ¡casi ná! ".

Parte el grupo en dirección a la Ctra de Medellín para ir atrochando terreno e ir reservando fuerzas para lo que se avecinaba, que si bien el terreno no es excesivamente duro hasta llegar a las postrimerías del propio Castillo de Magacela, si lo es, por la longitud del recorrido.

El grupo rodaba con alegría y acompañado de una temperatura óptima y unas condiciones climáticas muy adecuadas para la práctica del cicloturismo. Se rodaba a una velocidad considerable, pero el grupo no llego a romperse en este trayecto.

Al llegar a la altura del puente del Arroyo de la Galapagera, se comenzó a oír en la distancia los últimos rescoldos de la música de la feria de Medellín, que ya se antojaba en las últimas, entonces al llegar a la entrada del puente Medieval el grupo giro hacia Medellín, para ver el posible ambiente que pudiera encontrar al cruzar el Pueblo.
Pero como era de esperar, el ambiente era desolador. Tan solo restos de alguna cuadrilla de metelinenses en condiciones deporables, después de una larga noche de juerga, que como suele ser habitual, al pasar junto a ellos, nos animaron a abandonar las bicicletas y unirnos a su fiesta.

Saliendo de Medellín, el grupo va adquiriendo gran velocidad de rodada y en un “plis-plas” no ponemos el equipo al completo y sin romperse en Don Benito, el cual bordeamos por la Ctra de La Haba, enfilando la misma carretera hasta llegar a la población que da nombre a la carretera.

Pero mi salvación venía de la mano de mi buen amigo Andrés, que yo creo que ha sabiendas de lo acusado de mi esfuerzo hasta llegar a este punto, comenta que tiene que dar la vuelta, ya que debe estar a cierta hora en Santa Amalia y no puede demorarse, por lo cual el grupo se parte en dos.

Por un lado nos quedamos Andrés, el que escribe (Emiliano) y José Carlos , que una vez tomado un tentempié en la rotonda de La Haba, damos la vuelta por donde habíamos venido, y por otro parte, el grueso del grupo que quieren completar la subida al Castillo de Magacela, como así se había propuesto inicialmente.

En base a notas facilitadas por Marcos y Javi
paso a narrar la Ruta A:

Después de la huida de los tres mencionados, estuvimos esperando un rato en el ayuntamiento de La Haba, ya que habíamos quedado para hacernos una foto todos juntos, pero un malentendido hizo que estuviéramos esperándonos ambos subgrupos durante un rato, para partir cada uno en una dirección, ignorante de la espera del otro.

Después proseguimos hacia Mígasela con un orden descomunal, de uno en uno, no por ir en formación obligatoria por la carretera, si no por que la cuesta hizo que el grupo se estirara. La verdad es “La Cuestecita” te calienta las piernas de lo lindo.

Una vez en Mígasela, creíamos que todo iba ser coser y cantar, ya que Domingo había dicho que era menos duro que la cuesta del Castillo de Medellín, pero para mi es bastante más dura la de Mígasela.

Antes de subir el primer repecho del Castillo, a Pedro se le salió la cadena con lo que se quedo rezagado.

La subida al Castillo la hicieron del tirón Javi, Pablo, Juanlu, Jose Mª, Juanma y Marcos, y los demás se quedaron con Pedro solucionando los problemas en la cadena.

Estuvimos visitando el castillo y el cementerio que hay dentro y de paso comiendo y bebiendo que no veas que manera de sudar.

Una vez echa la visita al Castillo, a punto de partir a toda velocidad cuesta abajo, nos dimos cuenta que el camino que habíamos subido estaba infectado de abreojos. Antonio nos puso sobreaviso de que venia pinchado, porque la calzada del Castillo estaba nuestro archienemigo “El Abreojo”.

Revisando las ruedas de nuestras monturas nos dimos cuenta que habíamos caído casi todos. Una vez arreglado el entuerto bajamos como auténticos posesos en busca de la gasolinera de La Haba para inflar las ruedas.

Algunos mantuvieron los abreojos clavados, inflamos las ruedas y llegamos hasta la gasolinera de Don Benito, donde Antonio había vuelto ha pinchar. Vuelta ha inflar y tomamos rumbo ha Santa Amalia, cuando apareció un tractor que nos adelanto a la altura del puente de la vía del tren, con lo que todos nos pusimos a rebufo de él.

Todos menos Marcos, que le falló el cambio y no fue capaz, con lo que el Grupo se volvió a partir en dos:
José Mari, Juan Luis, Antonio, Juanma y Javi con el Tractor y Pedro, Juan Carlos, Tato y Marcos a relevo para que no los sacáramos mucho tiempo.

Antonio decía que ojala el tractor llegara hasta Santa Amalia ya que íbamos a 36 Km./h sin despeinarnos, pero todo lo bueno se acaba pronto y a la altura de Medellín se desvío y el aire nos dio una bofetada, aminoramos el ritmo para reagruparnos y una vez todos juntos cogimos un ritmo de 27 Km./h hasta la plaza de España. Bocata, Refresco y pa casa.


Sub-Ruta B:

Una vez tomado el mencionado tentempié en la rotonda de La Haba nos damos la vuelta por donde habíamos venido Andrés, Yo (Emiliano) y José Carlos, en un abrir y cerrar de ojos nos pusimos en Don Benito y enfilamos en dirección a Medellín.

Andrés como tenía prisa, tiraba con saña, pero ahí aguantábamos como jabatos, hasta que en el descenso del puente de la vía del tren de la Ctra de Medellín pincha José Carlos. En este punto, Andrés comenta que no se puede esperar, y en vista que no era problema grave, decide tirar solo y nos quedamos solos José Carlos y Yo.

Una vez solucionado el pinchazo reemprendemos la marcha, pero al llegar al puente nuevo de Medellín comentamos que podíamos ir por el cerro Remondo y enganchar con la pista del canal que sale de la caseta de guardacanal de la N-430, próxima a Hernán Cortés y así lo hicimos, encontrándonos un firme en perfectas condiciones y recién arreglado.

Llegados a la mencionada caseta, buscamos caminos para llegar a Santa Amalia sin pisar la N-430 y ante alguna duda, conseguimos ir enganchando caminos en distintos cruces, no sin preguntar a algún pasante en la zona, hasta llegar a las traseras de la Coop. Amalia de Sajonia y después, directos a casa, que la hora ya apremiaba.
El recorrido total de este subgrupo fue de 62 km.
(“Que ya esta bien”)

Por Emiliano Andrade

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