El día que Dark Vaider se disfrazó de superman

Fotos:
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Track:
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Hay dos cosas en esta peña que son impepinables cuando uno vuelve tras un largo letargo, una es la soba que te metes y otra el título de “hacedor de crónicas” en la que me veo inmerso.

Después de un tiempo sin salir me decido por fin hacer acto de presencia con mis queridos perris con lo que me levanto tempranito y empiezo a prepararme para lo que parece va a ser una mañana fresquita. A las 9 me presento en la plaza con la esperanza de encontrarme algún inconsciente que ande mas o menos a mi nivel pero a las nueve y diez hay los que hay y las papeletas de cabrita coja las compro yo todas. Como no sabemos donde ir mi hermano recuerda que Pancho le dijo el otro día que hacía mucho tiempo que no íbamos a la morra del pajar. Como nadie pone pegas pues yo calladito y eso que se de mas donde lleva eso.

Dirección Sajonia todo trascurre como siempre, tranquilitos y hablando unos con otros. En un plis plas nos plantamos en el cuadraillo, donde una vez mas esa cuesta me marca el nivel que tendría hoy, y es que soy incapaz de superar los 9 km/h. Una vez arriba la peña comienza a quitarse ropa y mi hermano, como buen águila, nos comenta que ha visto a cinco jarones en lo alto del cuadraillo, yo lo único que pienso es en que no se les ocurra darles alcance y es que es muy pronto para gastar todas mis balas…

Seguimos para el entalle y nos disponemos a subir la siguiente cuesta que nos lleva a los castillejos pero antes de iniciar la subida Juanlu nos propone subirla por otro lado. La subida esa no la conozco y mira que hemos pasado veces en los casi diez años que llevamos pasando por allí. Tiene un firme muy bueno y una pendiente agradecida con lo que esa opción me estaba gustando mucho pero claro, tenía trampa…. La subida va a parar a un cruce conocido que no es otro que donde se cayeron los cuñados Lemos y Manolo. Ese camino tiene una cuesta que acaricia el 17% con lo que al final esa opción no fue la mejor para mi….

Continuamos hacia la infernal con un ritmo suave y un poco mas adelante nos desviamos a la derecha buscando la puerta que nos llevará a la sierra Morra del Pajar. Al llegar a la puerta vemos como los letreros nos avisan de finca privada, a si que iluso de mi, los comento que lo dejemos para otro día si no, pero nada, ni caso. Pasamos las bicis y llegamos al cruce que nos lleva arriba pero una vez allí los señores del garmin, maldito aparato del demonio, que por cierto, el garmin de Javi Camacho no funcionaba hasta que se dio cuenta de que había que dar al play, nos sugieren ir por la izquierda y así explorar caminos nuevos. En una primera instancia no me importó puesto que la subida de siempre la conozco y es dura de cojones por lo que no pongo pegas y accedo sin problemas, que pardillo….

Vamos rodeando la sierra y comenzamos un subebaja que me desconcierta, y es que lo mismo subíamos rampas duras como bajábamos cincuenta metros. Esa parte de la ruta es preciosa, el campo con estas lluvias ya se deja notar y el verde y la jara van haciendo acto de presencia. Despues de un rato subiendo y bajando nos reagrupamos justo en un camino que transcurre paralelo a la subida del quinto pino. Si la subida del quinto pino ya es dura de por si siendo alquitrán por camino ni te cuento. El primer tramo aparte de duro se hace mas difícil por el barro rojo que hay y que hace que algunos patinen y se queden en el intento, en el siguiente tramo me bajo de mi montura cuando mi reloj marcaba un 21% y ya en un tercer tramo hacemos un último esfuerzo y conseguimos coronar la mitad de la sierra con pendientes de hasta un 23%, no está mal.

Llegados a este punto ya andan con tiento a ver como me encuentro para saber si acortar o coronar del todo la morra. Como se que ellos andan bien y quieren subir no pongo pegas y nos vamos arriba. Una última subida buena y a comernos el plátano que ya hemos hecho hambre.

Después de nuestro avituallamiento nos disponemos ya a deshacer lo hecho y volver para el pueblo y como es costumbre también en nuestra peña después de comer cuesta al canto, esto es increíble, con lo que hemos subido ya… Bajamos, eso si, una cuesta que nos marca un 27% y nos vamos a la infernal, cuesta también conocida pero que vamos a acometer por dentro de la finca con lo que también es nueva para mi.  Ante lo desconocido y con el piloto de reserva encendido me tomo este tramo con tranquilidad acompañado por mi tocayo. 

En la puerta de Los castillejos el boca nos reagrupamos y nos dirigimos a la pista de Arroyomolinos donde tendrá lugar el percance o mas bien el susto del día. Arranco el primero y Paco me adelanta como un avión, el camino tiende para abajo e invita a darle caña a la bici, tiene buena visibilidad a excepción de una pequeña curva a derechas donde por desgracia venía un coche que no vimos hasta que estábamos prácticamente encima de él, a Paco le vi en lo alto pero no se muy bien cómo fue capaz de esquivarle y meterse casi en la alambrada. Yo que iba pegado a él frené y fui con la rueda arrastro hasta que vi que chocaba con Paco y tiré de freno de alante, con lo que la bici se clavó y di la vuelta entera. La bici salió disparada y cayó en lo alto del coche ante el asombro y susto de sus ocupantes. Por suerte no hay que lamentar daños solamente unos bollitos en el capó y el consiguiente susto del personal y en especial de Carmen que salía con los ojos brillantes a punto de estallar en lágrimas.

En estos momentos es donde te replanteas la importancia del seguro y es que de esto no estamos quitados nadie. Sin mas y viendo que tanto corcel como jinete están en perfecto estado seguimos hasta coger la pista de Arroyomolinos para volver a casita. Pista conocida de sobra y en la que si vas justo te acaba de agotar. A un ritmo  suave pillamos la pista de las monjas y en un momento estamos ya en el pueblo donde con 50 km y agotado del todo damos buena cuenta de nuestra jarrita de cerveza.

Buena ruta la de hoy donde hemos disfrutado de un buen día de pedaleo descubriendo caminos nuevos y espectaculares y disfrutando de la compañía que es la mejor que se puede tener, solo espero que no me aperre mucho y cojamos una regularidad que se agradece.

Nos vemos el sábado en la cena que en esa cuesta os prometo que no me teneis que esperar….

Chao chochines

Crónica Diego Parejo