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Crónica Javi Parejo
Hoy toca de nuevo una de nuestras últimas rutas marcadas en rojo, se trata de Las Villuercas vamos a realizarla acompañados de un grupo de amigos de Guadalupe. Como nos tenemos que desplazar la hora de salida es a las 7:00 de la mañana, se presenta fresquita y con niebla con lo que cuando llego a la plaza están algunos perrigalgos bien abrigados y los coches cargados de bicicletas en sus portabicis.
Nos dirigimos a Guadalupe, antes de llegar me llama Urbina, nuestro enlace allí, los cuales son los que nos guiaran por esas maravillosas sierras. Le digo que vamos por el cruce de Cañamero que en diez minutos estamos allí. También nos esperan nuestros ya nuevos compañeros Utrilla, Paco, Javi, Pruden, José Manuel que con Urbina hacen que seamos 26 el número de participantes en la ruta de hoy.
Después de las presentaciones y con nuestras burras listas comenzamos la ruta dirigiéndonos a la Plaza,
continuamos dirección la Ermita del Humilladero pero todo esto desde que salimos de la estación de autobuses es subir y subir.
Dicha ermita
se sitúa en el cerro de las Altamiras, a unos 4 kilómetros de la puebla y constituye un excelente mirador.
La ermita del Humilladero, cuyo verdadero nombre es de la Santa Cruz, fue comenzada a finales del
siglo XV para que los peregrinos pudieran orar al ver el
santuario de Guadalupe.
Miguel de Cervantes trajo aquí sus cadenas de cautiverio en
Argel, para ofrenda de la virgen de Guadalupe.
Está construida en ladrillo plantillado y tiene bóveda de crucería. Su estilo mudéjar “gótico de ladrillo” se aprecia en sus ventanales de tracería y rosetas. En su construcción se usaron las mismas normas que en el templete del claustro mudéjar del monasterio de Guadalupe. Fue declarada Monumento Nacional en 1931 y Bien de Interés Cultural.
Nos explican que más o menos por donde va a transcurrir la ruta, cogemos el camino de peregrinación de Madrid- Guadalupe,
una pequeña bajada abrimos una cancela y otra vez para arriba, nos metemos en un bosque de castaños precioso.
Esto, esto es lo que estábamos buscando, esto es lo que nos ha traído aquí que maravilla de sitios tenemos en Extremadura y si no fuera por la bici no lo veríamos, eso es lo que voy pensando mientras me empapo en el paisaje y hecho fotos.
A continuación una bajada larga con el firme un poco peligroso y camino de la izquierda que damos de bruces con otro cancela la abrimos, atravesamos un puentecito que atravesaba un arroyo de agua cristalina.
En ese momento me acuerdo de varios compañeros que no han podido venir como Pedro Carrasco o David Liviano, que pena otra vez será. Nos reagrupamos para cerrar la cancela y nos damos de bruces con la carretera que transcurre de Guadalupe a Navalmoral de la Mata, transitamos por ella un kilómetro y de nuevo nos metemos en el camino del Monte Cubero .
Toda esta finca es de la Junta de Extremadura y la ruta está marcada con unas flechas blancas, mientras las seguimos vamos subiendo y subiendo por unos parajes que van cambiando entre robles, castaños y pinos,
de pronto una manada de ciervos delante nuestra pero como vamos muchos y haciendo ruido se pierden de vista en segundos,
que maravilla.
Esta cuesta es de ocho kilómetros
lo que hace que el grupo se estire bastante con lo que cuando llegamos a una carretera asfaltada nos paremos un momento para reagruparnos. Nuestros compañeros de Guadalupe dicen que es mejor parar en otro cruce que esta unos dos kilómetros más adelante con lo que decidimos continuar la marcha.
Llegados a ese cruce paramos para reagrupar y reponer fuerzas, allí se veía de todo plátanos, barritas y una especia de jarabe que se tomo Paco que no estaría muy bueno por la cara que puso mientras se lo tomaba .
Foto de rigor y a continuar por un camino que faldeaba la sierra dirección La Calera, el grupo se vuelve a estirar y nos volvemos a reagrupar pasada una alambrada. Nos hicimos varias fotos más y para abajo, que no todo va a ser subir. Ahí tuvimos el único incidente, esta vez me toca a mí reviento la rueda trasera de mi bici y van dos veces en dos semanas (que racha). Arreglado el entuerto llegamos a la pedanía, llenamos los bidones en dos fuentes, la primera está situada en una callejuela a la entrada del pueblo.
Es allí donde está la vieja del visillo vigilándonos desde su puerta, con lo que seguimos bajando hacia la plaza, donde por casualidad había mercadillo con lo que nos acordamos de nuestro compañero Triki Beltran. Acabamos de llenar los bidones y cogemos la carretera que nos lleva ya directos a Guadalupe. Aquí la vegetación cambia se parece más a la nuestra con grandes alcornoques y encinas.
Pero la carretera tiene varias rampas, que vamos sorteando y que para algunos son ya demasiado, con nosotros ha venido el conocido “Tío de la Marra” y a unos les ha dado de lleno y a otros de respajilón, con lo que las rampas ya hacen mellas en el pelotón, después de superarlas una bajada de infarto que ponía a pruebas nuestros frenos, con algún susto que otro con salida de pista incluido y a continuación el postre la última pero la más temida un rampón que no se el tanto por ciento que tendrá pero tenía que ser bastante
porque las piernas se agarraban de lo lindo. Una vez superado llegamos a Guadalupe y todos juntitos para la plaza, donde justo antes de llegar hacemos el Stop correspondiente y Diegui nos deleita con su porrazo semanal, no podía faltar. Llegamos al Monasterio y nos llevamos una grata sorpresa, está allí Tite esperándonos en las escalinatas, con lo que le toca a él hacernos la foto de grupo.
De ahí para el aparcamiento de la parada de autobuses para montar las bicicletas, y poder tomarnos nuestras cervecitas o refrescos y comentar la ruta con los anfitriones. En fin hemos realizado una de las rutas más bonitas que podemos hacer en Extremadura.
Un saludo Javi Parejo.
PD: Agradecer a nuestros anfitriones la amabilidad que han tenido con nosotros y espero que hayan cogido el guante que le lanzamos y los veamos pronto por aquí.
