miércoles, 25 de mayo de 2011

LA JERARQUIA AL PODER.


Participantes:
AGUSTIN SOSA
TOMÁS DAVID CASADO
PEDRO CARRASCO
JUANMA BARROSO
MANUEL BARROSO CARRASCO
JAVI PAREJO
JUAN LUIS CAPILLA
ÁNGEL TOMÁS TENA
DOMINGO PABLOS
FRANCISCO VELARDE
JESÚS BELTRÁN
ANTONIO APARICIO
JOSÉ MARIA ALMARAZ
PEDRO CUESTA
SANTIAGO SÁNCHEZ
TEODORO MARTINEZ "TITE”
COMPAÑERO DE
TORREFRESNEDA


Kilometros:42.400 Media:17. 00





Esta crónica le correspondía a Tite, pero por serle imposible realizarla, ahí me ha dejado
la breva, y con ella apechugo. Domingo, 22 de mayo, día en el que miles de poblaciones elegirán a sus representantes municipales. Nosotros, que consideramos que hay día para todo, siguiendo una buena costumbre, nos congregamos, 16 perrigalgos, en la plaza para realizar una nueva salida en bicicleta por nuestro entorno. Faltan insignes integrantes por motivos diversos: Comuniones, que están haciendo estragos, mesas electorales, achaques de cuarentañeros, ¿verdad cuñado?, y algún otro que desconozco.


Nos acercamos al verano, y como es usual en nuestra tierra, el sol comienza a apretar de lo lindo, esperando que las inclemencias meteorológicas cesen de una vez, por el bien de los cultivos.
Como viene siendo habitual, cuando llega el momento de fijar la ruta, el personal hace “mutis por el foro” o “el longui “, hasta que alguien toma la iniciativa y los demás le seguimos sin rechistar. En este caso, ha sido Javi el que se me acerca y comenta que nos dirijamos hacia la, en su día, denominada “CUESTA DE PEDRO CUESTA”, y allá que nos vamos, pero sin marcar un itinerario determinado, lo justificará el título de esta crónica. Llegados a la pista del canal, surge la primera disyuntiva, que se resuelve acordando tirar por Alico. Cogemos el camino viejo, accedemos a la pista nueva y subimos la cuesta hasta el olivar. Allí se produce la primera deserción. Domingo por cuestiones personales nos abandona (está siendo muy reiterativo el Presi con esta costumbre) y el resto de integrantes continúa hacia el Pino de arriba, decidiendo bajar los cortafuegos, hasta el puentecillo que refleja ser construido en 1947.



La bajada del empinado cortafuegos, como suele ser habitual, por los más precavidos, o cagones, se realiza pie a tierra. Mientras esperamos la llegada de estos, observamos que por el cortafuegos que viene de El Borril, se acerca, bicicleta en mano, un colega de fatigas. Le preguntamos su procedencia y dice venir de Torrefresneda, cicloturista solitario que parece ser que en otras rutas con él nos hemos cruzado. Le invitamos que se una a nosotros y el hombre, seguramente le da la vuelta al dicho y piense que “mejor mal acompañado que solo”.

Subimos hasta la mesa del Capitán, bajamos la cuesta de la Novia, pasamos por el Entalle y antes de entrar en la casa de los Castillejos, nos apartamos para enfilar la Cuesta de Pedro Cuesta. En su momento, cuando la hicimos por primera vez, nos pilló a todos por sorpresa la corta pero dura subida y la mayoría pusimos pie a tierra, pero, como dicen, la experiencia es un grado, y el personal recortó platos y subió piñones para hacerla más llevadera. Siguiendo el camino trazado desembocamos nuevamente al camino de los Castillejos Reunidos, y es en este punto cuando empieza a desmadrase el asunto. A la derecha del camino, se empina un sendero desconocido por todos, pero nuestro espíritu aventurero no lleva a descubrirlo. En lo alto de la cuesta, en una “plantación de encinas” (se encuentran todas alineadas, como si de un campo de cultivo se tratara), se decide parar para reponer fuerzas y hacernos la foto de grupo. Antes de reanudar la marcha, comienzan la elucubraciones sobre hacia dónde nos llevará este nuevo camino. Se realiza la bajada y nos topamos con una valla que tenemos que saltar para coger otro nuevo camino, igual de desconocido que el anterior y que enfilamos intuyendo hacía donde nos podía conducir, que no es otro que el sendero que hicimos en la ruta, cuya crónica Pedro Carrasco tituló “Jara y Pedal”. Otra vez a subir, bajar, subir, bajar. ¡Qué paren esto que yo me bajo!


Pasamos por la explotación porcina de Los Castellos, y llegamos a la puerta de entrada que desemboca en el camino de Cuadradillo. En este lugar se produce una situación digna de mención, propia de los mismísimos Pepe Gotera y Otilio. Javi propone que cómo vamos a saltar esa verja, con el esfuerzo que ello supone, si dando un rodeón de kilómetro y medio, más
menos, podemos acceder nuevamente al camino de Cuadradillo. Surgen voces discordantes, pero sin mucha presión, lo que nos conduce a optar por la “sabia” propuesta y a deshacer lo andado para coger por un camino desconocido (otro más), subir la enésima cuesta, y cuando llegamos a la cima, el camino se corta. La opción es bajar por un tramo arado hasta, como no podía ser de otra forma, dar con nuestras monturas con una nueva valla que tenemos que, esta vez si, saltar para, por fin, acceder el camino de Cuadradillo. Pero como diría Súper Ratón, no se vayan todavía, aún hay más. En lo alto de la cuesta Antonio se da cuenta de que la rueda delantera de su espada está pinchada, y es que las bicicletas nobles pinchan al igual que las plebeyas. Terminado el arreglo, cuando voy a echar mano a la orbea, la mía ha corrido la misma suerte. Hacía más de un mes que no tenía un percance y no es cuestión de mal acostumbrarse. En éstas Javi, por lo bajini, reconoce que la suya también pierde aire. ¿Quién da más?.


Enfilamos por fin el camino hasta el canal. En este punto el compañero de Torrefresneda, que no sé si habrá quedado con devoción de repetir, se despide. Todavía no reanudamos porque tenemos que esperar a que Pedro Carrasco infle su rueda, pues también tiene un leve pinchazo.
Desde aquí llegamos al pueblo, ya sin incidente de mención. Después de esta ruta, no muy larga pero intensa, muy intensa y desmadrada, nos tenemos merecido el deseado bocadillito que nos tiene preparada nuestra Madrina. Algunos proponen que un gazpachito no vendría mal, y pienso que puestos en este plan, a Mari Carmen sólo le quede mostrarnos la carta para que el personal elija lo que mejor le venga al paladar. Sin más tela que cortar, hasta la próxima.
JUAN LUIS

2 comentarios:

  1. como siempre una buena ruta, a veces ,es mejor ser un cagon bajando un cortafuegos que romperte el brazo o la crisma como le paso a un compañero nuestro ,por no decir una de las tragecias de un biker ,al romperse el bazo y fallecer .tener cuidado ..!!! saludos de ginetas bikers.

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  2. Hola Ginetas. Los comentarios de la crónica se realizan de forma distendida, sin intención de ofender a nadie, y si alguien lo entiende de otra forma, que me perdone. Mi mayor respeto a la forma en que cada uno afronte las cuestas, tanto subiendo como bajando.

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