martes, 3 de mayo de 2011

LA CUESTA MADRE. ¡¡¡MADRE, QUÉ CUESTA!!!



Participantes:
Agustín Sosa
Pedro Carrasco
Ángel Tomás Tena
Tomás David Casado
José Luis Jiménez
Javi Parejo
Pablo Carrascosa
Andrés Nieto
Domingo Pablos
Juan Luis Capilla
Juanma Barroso
Manuel Barroso
Jesús Beltrán
Santiago Sánchez
Francisco Velarde “Pancho”
Emiliano Andrade
Antonio Aparicio
Pedro Cuesta
Juan Carlos Muñoz


Distancia: 46.2

Crónica de Pedro Carrasco.


Como tenemos por costumbre, cuando se aproximan las nueve de la mañana del domingo, una “trouppe” de Perrigalgos confluyen en el paseo desde los cuatro puntos cardinales.
En esta ocasión el grupo ronda la veintena. Enseguida sale a colación la sempiterna pregunta: “¿Adónde vamos hoy?”. El Triqui se arranca con su recurrente ruta de Las Cruces, propuesta a la que, como casi siempre, no se le hace ni puto caso.
Andrés pide que la ruta sea corta porque tiene que estar en casa a las doce u media, una pejiguera del vicepresidente que tampoco encuentra mucho eco.
El grupo de ocho o diez jóvenes que se han enganchado a la peña es como el Guadiana: tan pronto aparecen como desaparecen. Tan solo Manuel, Tomasito y Agustín acuden fieles a cada cita.
Entre dimes y diretes, cuando por fin llega el camastrón de Emiliano, arrancamos sin saber dónde.



Es Javi el que, tirando por la calle de en medio, ha decidido la ruta por su cuenta y riesgo.
Cuando pasamos por Las Lomas, camino de La Parrilla, el Capi comenta: “No sé por qué me da en la nariz que ya sé adónde vamos”. Y en efecto, nos encaminamos a la sierra El Saltillo, a ascender la dificultad orográfica más dura (si obviamos La Bola) conocida por la peña: LA CUESTA MADRE.
Pronto se produce el primer y odioso incidente: un pinchazo. Ha sido Antonio el Negro el que nota cómo su rueda delantera pierde presión a ojos vista. Mientras lo arreglamos, Emiliano decide adelantarse; inteligente y solidaria decisión, para no hacer esperar al grupo en los repechos, pues lleva dos semanas sin salir y su estado de forma es más precario que de ordinario.



Torcemos a la derecha abandonando la pista de asfalto, y al poco llegamos a la primera dificultad. Es la cuesta llamada EL SOMIER, nombre que tomó en su día por el oxidado somier que hay puesto en una valla, a modo de cancilla. Se trata de un corto pero duro repecho que cada cual sube a su ritmo, y son pocos los que tienen que echar pie a tierra. Pasamos una alambrada y cruzamos un trecho de camino, donde la maleza casi lo ha hecho desaparecer. Nos arañamos las piernas con las zarzas; yo me caigo tontamente con la bici de la mano…
Al pasar por la cuesta IMPOSIBLE (como su nombre indica, está excluida para siempre por su mal firme…y por sus rampas del 23 % de desnivel) la miramos de reojo, pasando adelante.
Al llegar a la base de la sierra, y por ende el inicio de la cuesta, vemos en un cercado el mismo burro que la otra vez que subimos. Antonio el Negro se pone a mear mirando para el jumento, y Juanma dice, guasón: “¿Os las estáis comparando?. A lo que responde Antonio: “A grande no, pero a negra…”



El presi, Domingo, que en las dos veces anteriores que hemos subido se dio la maña para evitarla (la primera se volvió en la mitad de la etapa para ir a ver al Santa Amalia, y la segunda se ofreció voluntario para volver con un muchacho al que se le había averiado la bici), no encuentra escapatoria en esta ocasión y, resignado, arranca para arriba. Son dos kilómetros con un porcentaje continuado de un 16 %. Los primeros quinientos metros son los peores, ya que a la empinada pendiente en sí, se suma la traba de la gravilla y las piedras sueltas, lo que hace que haya que aunar habilidad y fuerza para tener posibilidades.
Un reguero de Perrigalgos, con mayor o menor suerte, se lanzan a la escalada. Algunos hacen trechos andando, otros se caen, quien más y quien manos se lo toman con calma y, los más fuertes (o testarudos) la vencen con éxito. Se cruzan comentarios distintos y dispares. El Negro dice: “¿La Cuesta Madre, o la madre que la parió a la cuesta?”. Pancho, sudoroso y acezando, apostilla: “Si la otra era la del SOMIER, esta es la del colchón”. Y Pedro Cuesta, que no la conocía, exclama simplemente, tras coparla: ¡¡Bueniiiisima!!”



Toca recobrar el resuello, recuperar fuerzas con el tentempié y retratarnos. En el grupo, uniformado con el maillot verde de la peña, desentona, y yo diría que hasta chirría, el Triqui, con uno del año catapún de los colchones Flex.
Arrancamos de nuevo y recorremos un kilómetro por la cresta de la sierra. A la derecha, la panorámica es espectacular: una gran extensión de encinas con la presa de la Dehesa Vera en medio.



Almoharín a la derecha y Arroyomolinos a la izquierda.
Giramos a la derecha e iniciamos el pronunciado descenso y el grupo se divide entre los “cagaleras” (ahí me encuentro yo) y los temerarios, que disfrutan con el subidón de adrenalina.
Llegamos a una valla cerrada con un candado. Cuando nos aprestamos a saltar las bicis por encima, vemos venir un todoterreno a toda mecha, marcha atrás. Todos temíamos una airada riña de quien creíamos podía ser el dueño de la finca. Sin embargo, el chaval que se baja con un manojo de llaves, se apresta a abrirnos con toda amabilidad, no solo esta valla, sino otra más adelante junto a la casa de La Tocona, como dice que se llama la finca.
Volvemos para casa a todo trapo por el canal de Orellana. El personal tiene prisa por motivos diferentes y somos varios los que nos vamos a casa directamente, sin pasar por la sede.
En fin, que en un buen día, pasamos una mejor etapa de ciclismo y volvemos contentos y felizmente cansa2.
Nos vemos en los caminos. Hasta la próxima, “correliebres”.


Pedro Carrasco Cuesta.

4 comentarios:

  1. La Cuesta Madre otro de nuestros peculiares nombres, pero va teniendo varios nombres ya que nuestro compañero Pancho la define como el k2, pero bueno lo importante es disfrutar de esos paisajes desde la cima. Un saludo Javi Parejo.

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  2. FELICIDADES JAVI QUE PASES UN BUEN DIA DE CUMPLEAÑOS Y QUE TE REGALEN MUCHAS COSITAS, LA VICTORIA DEL MADRID, PA EL AÑO QUE VIENE. UN ABRAZO

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  3. HABER SI ME ENTERO DE LA RUTA Y LA HAGO ALGUN DÍA ANTES DE QUE SE SEQUE MAS EL MONTE, ES UNA PASADA

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  4. Gracias Gran Julius, lo de la ruta cuando quieras, ya te daré las cordenadas haber si tienes un rato y te pasas por aqui, meree la pena hacerla. Un abrazo.

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