El Oro Rojo se terminó y la peña se reagrupó.

Crónica: Miguel Andrade

Asistentes:

-          Tite

-          Antonio Aparicio

-          Pedro Cuesta

-          Paco Cidoncha

-          Luís García

-          Andrés Nieto

-          Diego Parejo

-          Blanco

-          Juanma Barroso

-          José Luís Jiménez

-          Félix Nieto

-          Antonio Nieto

-          Julio

-          David Liviano

-          Antonio Indias

-          Santi

-          Ramón

-          Miguel Andrade
-     Angel Tomás Tena

Muy buenas compañeros, como bien indica el título de ésta crónica, una vez finalizada la campaña tomatera que a varios perrigalgos nos ha tenido “muy entretenidos” durante varios meses, toca el ansiado reencuentro con el pedaleo dominguero.

Hoy toca ruta especial marcada en el calendario anual, la coronación de las antenas de Montánchez, a ella parten a las 8.00 h. nueve de los mejores espadas del grupo, y a las 9:00 h. otra remesa de 18 perrigalgos entre los que me incluyo ,tenemos ruta alternativa y partimos de la plaza con dirección Dehesa Vera, destino éste marcado por Pedro Cuesta, tras mi petición y la de varios reincorporados de realizar una rutita corta y sin muchas sorpresas, a lo que el grupo responde con agrado.

Dicho y hecho, el grupo parte dirección Sajonia, con un rodaje alegre de 25 km/h, y sin novedades reseñables nos situamos a los pies de nuestra cuesta por excelencia, el Cuadraillo, alias “calientapiertas”, cada uno a su ritmo vamos coronando, los más rezagados son Antonio Indias y Santi, que junto con Ramón, que venía detrás nuestra desde el pueblo, pues había salido un poco tarde deciden dar la vuelta y realizar una rutita más light. El resto continuamos la marcha establecida, no sin antes beber un poco de agua para afrontar la bajada que nos espera, dejamos el entalle a la izquierda y continuamos por los castillejos, el grupo se estira, Tite y un servidor nos quedamos en la retaguardia, los compañeros nos esperan en la cancela final donde charlamos sobre realizar cambios en el recorrido en función de las fuerzas del pelotón, mientras Andrés soluciona los problemas técnicos que tiene “su” Antonio con el pedal izquierdo.

Con esto partimos hacia el cruce de la cuesta infernal, la pista tiene numerosos bancos de arena suelta que hacen que más de uno pongamos los pies en el suelo para evitar aterrizar, pues las ruedas se quedaban clavadas con cierta profundidad, llegados al cruce mencionado, decidimos atravesar la dehesa vera y evitar la infernal, para alegría de algunos.

La dehesa vera presenta el típico paisaje veraniego, pastos secos y caminos polvorientos con bancos arenosos, que imponen respeto a Tite, pues después de su lesión le pueden provocar algún que otro susto, a gran velocidad llegamos a la pista alquitranada de  La Parrilla, donde nos comemos el bocadillo y reponemos fuerzas, no sin echarnos unas risas con los gases de Antonio, el hijo de Andrés y la pseudo conversación de Pedro Cuesta con los conquistadores de las antenas de Montánchez, de las que teníamos una gran vista.

Realizada la foto de rigor, partimos dirección a la cuesta del Quinto Pino, cuesta de las que hacen afición (y no precisamente a montar en bici…), de nuevo en la retaguardia se quedan los mejores del grupo, Tite y un servidor que junto con los ánimos de José Luís, coronamos satisfactoriamente. Reagrupamiento y salimos lanzados para La Parrilla, ya no dejaremos el asfalto, llegamos a la autovía y decidimos seguir la pista del canal hasta el cruce del Cuadraillo, de nuevo al Sajonia y zumbando para la sede, el grupo entra unido en el pueblo, ruta muy tranquila, sin pinchazos ni percances. Son las 12:00 h y traemos en las piernas casi  50 km, a esto llamaría yo una “ruta perfecta”. Refrigerio, ración de patatas con ali oli y cada mochuelo a su olivo.