ENTRE CEREZOS Y CASCADAS, ¡MENUDA GOZADA!

Foto de grupo antes de salir

PARTICIPANTE

Pedro Carrasco
Pablo Carrascosa
Triki Beltrán
Jorge
Toni
Pedro Antonio
José Luis
Diego Parejo
Blanco
José Noca
Juan Luis
Mario
Juanito
Javi Parejo
Tomás David
David Liviano
Diego Nieto

KM.- 78

Domingo, 23 de abril de 2013

Quiero recordar que la ruta se comenzó a gestar allá por la cena de navidad. David Liviano me comentó una ruta por el Jerte que había realizado Pedro Antonio y él en coche y que podríamos intentar hacerla en bici. La propuesta se concretó en la posterior Asamblea de fijación de rutas y quedó marcada para el día 23 de junio.

Hubo una avanzadilla en abril que cubrió parte del recorrido, comentándonos lo espectacular del mismo. Fotografías y comentarios nos pusieron a más de uno los dientes largos y el deseo de realizarla a toda costa. Tengo que decir, que tenía especiales ganas. El año pasado, debido a mis dolencias no pude hacer la ruta al Piornal, esta vez desde Jarandilla, y como los profesionales en las grandes “boucles”, la tenía marcada a fuego.

Algunos nos adelantamos el viernes, decidiendo aprovechar el fin de semana al máximo (David, Jorge, Javi, Pablo, José Luis, Mario, el que escribe y familias). Nos alojamos en el Camping “Río Jerte” (Las Veguillas), en la localidad de Navaconcejo. Nunca había estado en un camping y me parecieron espectaculares sus instalaciones: Bungalow, piscina, pista de pádel, pista de fútbol sala, baloncesto, y un largo etc., todo ello ubicado en un marco incomparable, como es el Valle del Jerte, a los pies del río Jerte y flanqueado por la Sierra de los Tormantos a un lado y la Sierra de Cruces Altas, coronada por el Puerto de Honduras, al otro. El lugar rezuma tranquilidad y sosiego por los cuatro costados. Vamos que una semanita lo propio para pegarle una patada a esa maldita lacra que nos hemos echado a nuestras espaldas, llamada ESTRÉS. Comentar que en dicho camping se encontraban alojados Noni y la hermana de Jaci “Pintiño”. Como para irte de fin de semana con la amante.

Noche de convivencia, buena comida, buena bebida y mejor compañía. El sábado por la mañana se decide hacer a pie la ruta de los pilones. Cuando arrancamos llegan Digo y Pedro Antonio. Es un recorrido de unos 6 km., ida y vuelta, de cierta dificultad, pero muy llevadera gracias por los parajes por los que transcurre (bosques de robles, sierras, gargantas), siendo lo más espectacular el destino, los famosos pilones: cavidades perfectamente labradas en la roca granítica por la fuerte corriente de las aguas de la Garganta de los Infiernos.

 Por la tarde actividades variadas: piscina, pádel, fútbol sala, y sobre todo destacar el espectacular partido de voleibol que nos marcamos. Esa tarde se unen a la peña los hermanos Nieto, Juan, Blanco y el Triki. Otra noche para el recuerdo.

Llega por fin el esperado día. Desde el pueblo se han pegado una soberana paliza Tomás David, Pedro Carrasco y Puerto para estar a la hora de partida. Como decía Tomás David, “ni que hubiéramos ido de matanza”, al tener que levantarse a horas tan intempestivas.

Primeras pedaladas para coger ritmo

Nos hacemos las fotos de salida e iniciamos la ruta. La mañana es propia del tiempo en el que nos encontramos. Cielo totalmente despejado y con una temperatura que augura que el día viene calentito. Salimos del pueblo de Navaconcejo dirección a Cabezuela del Valle. Desde el comienzo la carretera pica suavemente hacia arriba, siendo el pedaleo tranquilo. Será de los pocos momentos que permitirá la conversación relajada entre unos y otros. Entrados en Cabezuela se producirá el primer altercado del que seré, muy a mi pesar, protagonista. Ya a la salida del pueblo hay que cruzar un puente, estando separado el asfalto del brocal por unas barras metálicas, la primera de las cuales me la tragué enterita, quedando literalmente colgado sobre la misma. Físicamente el golpe prácticamente no me dejó secuelas, pero la bici si se vio afectada. Se rompió la sujeción de la bomba del freno con el manillar. Raudos y veloces, los mecánicos del grupo, llámese Javi y el apañao de mi cuñao, (no recuerdo si alguien más), en un pis pas hacen un montaje que funciona a las mil maravillas y, al menos, me permite hacer uso del freno trasero y de esta forma continuar. 

Averia y susto para el compañero Juan Luis, pero al final se pudo arreglar

A escasa distancia nos apartamos de la N-110, para iniciar la ascensión al Puerto de Honduras. Serán unos 4 km de pendientes de no excesivo porcentaje pero si muy sostenido.

 

 Primer puerto del día

 Nos reagrupamos para tomar el desvío que nos llevará a la localidad de Rebollar. Una de las características del recorrido que lo hacen muy atractivo es que lo mismo subes durante varios kilómetros como bajas a toda leche otros tantos.

Que gozada de subida, que paisajes

Las bajadas también tienen su encanto

 David nos da el alto para que nos deleitemos con un paraje situado a la izquierda de la carretera, denominado “La Nogaleda”. Una espectacular cascada de agua ubicada en una umbría que nos maravilla a todos. 

Cascaca de Nogaleda

Reanudamos la marcha. A la izquierda de la carretera observamos la impresionante imagen de la  Sierra de los Tormantos y a nuestros pies, desde las alturas, el rio Jerte jalonado por las localidades del Valle. Cerezos por doquier cargados del dorado y exquisito fruto (que se lo digan a Mario…y a los demás) que son recogidos afanosamente por los paisanos. Cruzado Rebollar nos dirigimos a El Torno. Antes de llegar a la misma realizamos una ascensión, a mi parecer, con las rampas más duras. En esta localidad paramos para cargar nuestros bidones de una fuente del pueblo. Un jovencísimo aficionado del lugar decide acompañarnos durante la espectacular bajada hasta un mirador en el que se encuentran unas esculturas humanas. La inscripción, quiero recordar, hace alusión a los olvidados por la Guerra Civil. Me causaron gran sensación esas esculturas de cuerpos aparentemente inertes, como en una especie de limbo. Es de agradecer que haya un recuerdo a aquellos que, voluntaria o involuntariamente se vieron involucrados en tan cruento episodio de nuestra reciente historia, y que por no pertenecer al bando de los vencedores, quedaron en tal olvido que muchos de ellos no tienen aún un lugar donde poder ser visitados por sus seres queridos.

Mirador del Torno

El chavalin del Torno, que nos acompaño desde el pueblo al mirador

Continuamos la impresionante bajada hasta llegar a la N-110. Tomamos dirección Plasencia y a poca distancia se encuentra el desvío a Casas del Castañar. Los que ya conocen el recorrido nos lanzan que hasta El Piornal son 16 km de subida, con desniveles no excesivos pero sin casi descanso. Casi ná. Es cuestión de tomárselo con filosofía y cada uno a ritmo. Se van formando pequeños grupos que harán la subida más llevadera. El calor aprieta y la escasa sombra complican, si cabe, la ascensión. Primero se cruza Casas del Castañar y la siguiente localidad será Cabrero. A unos tres kilómetros se encuentra el desvío a El Piornal. De ante mano se acuerda que los que tengan fuerzas suban a esta localidad y los que no esperarán en el desvío. El que escribe decide que ya a estas alturas, nunca mejor dicho, hay que llegar hasta arriba aunque sea a gatas. Nos juntamos un grupo de cinco perrigalgos  que al tran-tran conseguimos llegar al Balcón de Extremadura. La localidad extremeña ubicada a mayor altura (1.175 mts.). Hacemos una merecida parada en un mirador para coger aire, y cargar fuerzas. Al rato comienzan a llegar con cuenta gotas, un perrigalgo tras otro, hasta un total de 13 de los 17 de partida.

Segundo puerto del día

En el desvío nos esperan tres de los cuatro sherpas y el solidario Triki que decide hacerles compañía. Tras hacernos la foto, descendemos para reagruparnos con los que nos esperan. Allí nos encontramos con Diego que ha tenido problemas de calambres musculares y ha necesitado de atención.

Antes de continuar quiero hacer un inciso. Este grupo se ha caracterizado siempre por el compañerismo, por encima de todo. Si un perrigalgo necesita ayuda, lo primero es su atención. La competición creo que a todos nos queda lejos, por tanto, para quien aún no lo tenga asimilado, es de saber cuál es la primera de nuestras reglas no escritas, básica y fundamental, que ha hecho que este arraigado grupo haya pervivido durante tanto tiempo y así continuará.

Baño relajante en la cascada del Caozo

Reanudamos la espectacular bajada a tumba abierta, hasta que los guías nos indican que debemos detenernos a contemplar otro de los espectaculares parajes de estas tierras. La Cascada del Caozo. Lugar de parada obligatoria para el que venga al Valle. Impresionante. Los más atrevidos nos lanzamos a sus frías aguas que reviven a un muerto. Tras deleitarnos con la belleza del entorno nos hacemos la foto de grupo y reanudamos la bajada. El ímpetu nos hace confundirnos de itinerario lo que nos obliga a dar la vuelta, pero algunos compañeros no se encuentran finos como para realizar la totalidad de la ruta, motivo por el cual decidimos acortarla, bajando hasta la N-110 y tirar para Navaconcejo. Llegamos a buena hora para darnos un merecido baño en la piscina y tomarnos cervezas y refrescos con unas tapas, hasta el momento de la comida.

Ruta conseguida. Creo que será recordada, no sólo por el itinerario en sí, sino por todo lo que ha conllevado. Me quedo por encima de todo el espectacular ambiente que reina en este grupo (perrigalgos, perrigalgas y perrigalguillos)

Antes de concluir quiero dar la enhorabuena a Domingo y al nuevo abuelo de la Peña, Don Pedro Carrasco Cuesta.

Sin más tela que cortar, hasta la próxima. Juan Luis Capilla.