Fotos:
Relive:
Participantes:
Javi Camacho
Javi Parejo
Pedro Carrasco
Paco Cidoncha
José Noca
Pablo Carrascosa
Juan Luis
José Luis
David Liviano
José Luis Petete
Diego Nieto
Pancho
Pana
Santi
Diego Parejo
Javi Foz
Después
de un largo periodo de ausencia de salidas con los compañeros Perrigalgos y
después de hacer la pretemporada con las chicas Perrigalgas, decido
incorporarme a disfrutar y sufrir de las mañanas domingueras con el grupo,
donde no es difícil presagiar que tanta inactividad con el grupo se notaría la
falta de ritmo, pero bueno alguna vez tenía que ser y después de tanto escuchar
un dicho que ya se ha puesto de moda entre nosotros el cual dice “QUE NO TE LO
CUENTEN”, decido volver a vivir y disfrutar de esas mañanas entre vosotros y
así ser yo quien pueda decir que no te lo cuenten y dar envidia al personal que
no ha salido y haberse perdido todo lo que concurre durante la mañana que de
verdad no es poco. Risas, mucha guasa, disfrutar de la naturaleza en todo su
esplendor, el sufrir encima de la bici y sobre todo de la convivencia.
Retrocedo
en el tiempo al día anterior (Sábado) el cual se celebró la tradicional
convivencia campestre que la peña realiza todos los años. No fuimos muchos pero
los que asistimos pasamos un día estupendo en compañía de las mujeres y niños.
Todo transcurrió en la casa de campo del compañero Paco Cidoncha que se ofreció
a hacer de anfitrión y hizo que pasásemos un día cojonudo.
De
vuelta al domingo me presento en la plaza acompañado de mi mujer, que había
quedado con su grupo para realizar su salida. Nos saludamos conforme va
llegando el personal al tiempo que se empieza a debatir el destino de la ruta.
Que yo me enterase hubo dos proposiciones, el amigo Diegui propone ir a visitar
el salto del Guadamez, que por lo visto no lo conocía, y eso que ha habido tres
expediciones que se han espetado a verlo, y otra que es la que se decide hacer
que es ir a las trialeras del Ortigas.
Decidido
la ruta observo que Pablo Carrascosa y varios más están revisando su bici la
cual fallaba en los cambios y al no poder dar solución al problema lo soluciona
cambiando de burra. En ese momento el grupo sale dirección a la rotonda de
Antonio López punto en el cual se une Pablo para ya todos los integrantes
partimos dirección a Medellín por la pista del cordel. En ese tramo empiezan a
caer las primeras gotas del día y el personal ni se inmuta, se colocan el
chubasquero y para adelante. Y digo yo si empieza a llover al lado de casa y no
dudan en seguir para adelante, como se van a dar la vuelta en mitad de la ruta.
Entre
charlas nos presentamos en la localidad vecina de Medellín, atravesándola hasta
la altura del desvío de la carretera que otras veces cogemos para ir dirección
Mengabril. Esta vez no giramos a la izquierda una vez pasada la vía del tren,
continuamos recto hasta el cruce. Lo atravesamos y por una pista cogemos
dirección a la alquitranada del canal del Zujar.
Andamos
varios kilómetros por la pista del canal hasta llegar al túnel que atravesamos
para coger dirección a las cruces. Hasta ese punto ya informo a alguno que ese
desvío nos supone hacer casi tres kilómetros más, vuelve a hacer acto de
presencia la lluvia y que más da seguimos. Continuamos en grupo y llegamos a la
carretera de Don Benito – Valle de la Serena. En ese punto el compañero Diegui
nos pregunto que dirección tiene que coger para ir en solitario al salto del
río Guadamez. Yo me quedo atónito ante tal decisión y es Javi Camacho quien le explica que desvío coger. No se que tal le fue
y si llegó sin ningún contratiempo.
Nosotros
seguimos nuestro itinerario marcado y atravesamos la carretera y nos adentramos
en el monte. Empieza lo complicado de la ruta primera subida que cada uno
afronta a su ritmo, continuamos por un sube y baja hasta llegar a la subida de
los Guzmanes. Esa si que te pone al límite. Tramo de aproximadamente un
kilómetro que la pendiente mínima no baja del 14 %. Corazón en la boca y el
motorcillo silbando como la válvula de seguridad de una olla express cociendo
garbanzos.
Reagrupamiento
en lo alto y continuamos por la pista que allí mismo salía a la izquierda. Baja
rápida, giro a la derecha y enlazamos con una zona de piedras muy peligrosa la
cual nos tomamos con calma para no llevarnos ningún disgusto. Ya estamos
inmersos en zonas de trialeras rápidas, el cual disfrutamos todo el mundo.
Continuamos por continuos subes y bajas, el grupo anda un poco estirado y en
ese momento del día solo unos cuantos (David Liviano, Santi, Pana y yo)
contemplamos en directo un precioso ejemplar de Lince Ibérico paseando
tranquilamente a escasos metros de nosotros. Es lo que tiene ser cabrita coja,
que puedes presumir de tener más tiempo para observar al no poder llevar el
ritmo de la Elite. Pana fue el encargado de retratar al ejemplar sin tener
éxito.
Reagrupamiento
de nuevo y comenzamos una bajada en dirección a las minas del lobo, en ese punto
me mosqueo un poco porque en dicho cruce en el cual nos reagrupamos, si
hubiésemos girado a la izquierda esa pista nos llevaría al puente de la pared,
pero continuamos de frente y después de un corto trayecto giro de 180 grados y
transitamos por una pista algo pesada con leve trayectoria descendente que nos
llevaría directamente al punto de avituallamiento. Otra variante en la cual nos
hizo sumar más kilómetros, pero merecieron la pena.
Nos
sentamos sobre las piedras de granito y observando como corre el río cada cual
repone fuerzas con los víveres que llevamos. Foto de rigor debajo del puente y
otra vez a las monturas.
Cogemos dirección al molino que esta río abajo por la
vereda del margen izquierdo. Una senda en la cual tuvimos muchos tramos de
tener que poner pie en tierra ante la imposibilidad de pasar montado. Llegamos
a la zona del molino y decidimos hacernos otra foto en la presa que allí existe
en la cual al rebosar por arriba nosotros también tuvimos la suerte de ver otra
cascada, no como la que iba a visitar Diegui, pero cascada al fin al cabo.
Observen la foto como prueba.
Nos
dejamos de recrear y el grupo sale dirección hacia el camino blanco que nos
lleva a la carretera de Don Benito – Valle de la Serena pasando antes por el
albergue que en dicho camino existe. En dicho tramo Juan Luis tiene problemas
con el cambio, momento que decido adelantarme para tomarme ese trayecto con más
calma acompañado por David Liviano. Eso sería por poco tiempo porque antes de
llegar a la carretera ya los teníamos encima.
A partir de ese momento todos
juntos, aunque de vez en cuando dando algún tirón de orejas al personal para
hacer la vuelta más amena a los más castigados, nos presentamos en Mengabril,
continuamos por la pista que llevamos de costumbre para subir al puente de la
vía del tren, cogemos dirección Medellín y se decide volver por la carretera.
Entre charla y algún que otro tirón de nuevo de orejas nos presentamos en
nuestro destino final con 63 km. que en mi caso que quedó el cuerpo suave.
Aunque reconfortante por la mañana disfrutada.
Llegamos
a la sede para tomarnos nuestro merecido refrigerio acompañado de unas patatas
con pomada (alioli) que nos sentaron de vicio. Sin más nos vemos el próximo
domingo el cual tenemos una prueba de orientación que nuestro antiguo
perrigalgo José Carlos Escobar nos tiene diseñada, la cual y a buen seguro
disfrutaremos un monton.
No se como te haces tanto de rogar con lo bien q se te da la pluma, casi igual de bien q las matemáticas. Ya iba siendo hora q volvieras al redil a ver si ya es pa siempre compañero. La ruta, por cierto, espectacular
ResponderEliminarCrónica de diez Luis al igual que la ruta.
EliminarQuien va al Ortigas y no sube los Guzmanes es como el que tiene novio y no le toca los esparabanes