ASISTENTES
Julio
Pablo
Juan
Javi
Foz
Tite
Santi
Yanqui
José
Luis Petete
José
Luis
Oscar
Hermano
de Moi
Juan
Luis
Km:
66
Domingo,
13 de agosto de 2016
Conocidos es por todos
lo complicado que resulta conseguir que un perrigalgo relate lo acontecido en
una ruta, circunstancia esta que se incrementa en verano. En esta ocasión, como
así expondré, la autoría de la misma tuvo alternancias, hasta que finalmente le
fue adjudicada al que escribe. Sin más dilación procedo a la redacción de los
hechos producidos en una típica ruta estival con poca chicha.
Las elevadas
temperaturas que estamos sufriendo en verano provocaron que en su momento se
acordara adelantar en media hora el horario de salida, circunstancia esta que
no es de mi agrado, aunque reconozco que permite evitar que nos pille de lleno
el calor. Sin embargo, no escondo mi deseo de que pronto retomemos las buenas
costumbres en cuanto a la partida se refiere.
La mañana se presenta
con ligera brisa, aunque conforme avance el día la previsión es de temperaturas
por encima de los 37º C. Cuando llego, son varios los perrigalgos arremolinados
en la barandilla de la Plaza, número que se incrementará notablemente en los
minutos siguientes a mi llegada, hasta conformar un total de 11 unidades. Como
suele ocurrir, entre charlas, cuando se decide partir queda pendiente por
determinar el itinerario de la ruta. Tras aguardar unos instantes sin que nadie
tome la iniciativa, propongo realizar una la que se puede considerar ya como
clásica del verano: Dirigirnos a Villagonzalo. Nadie pone objeción y, como
“ponedor de ruta”, ya interiorizo que la crónica está más que adjudicada.
Bajamos por la calle de
la Reina para continuar por el camino de la Bomba y seguir por la margen del
río Búrdalo hasta el puente de hierro en la N-430, es decir, seguir el curso de
la ruta Mozárabe hasta San Pedro de Mérida. A la altura de Torrefresneda, Tite
me comenta cuál es el itinerario a seguir, pues es conocedor de una variante
que nos llevará igualmente a Villagonzalo.
Como de lo que se trata es de disfrutar de nuevos trazados, se opta por
seguir la nueva propuesta, pero este requiebro en el itinerario, ¿justificaría
que el relato lo asumiera el nuevo proponente?.
El recorrido sigue
siendo el mismo hasta justo el paso de la vía de servicio bajo la autovía. En
este punto, en lugar de dirigirnos a San Pedro de Mérida, giramos a la
izquierda por una pista inicialmente asfaltada hasta, según el proponente, un
badén que cruza el Guadiana. Cuando nos aproximamos al badén, un cartel
herrumbroso nos pone a todos de orejas y nuestros peores presentimientos se
confirman: El paso está totalmente derruido. Y aquí surge la disyuntiva: O Tite
hace tiempo (mucho tiempo) que no pasa por aquí, o un seísmo de no sé cuántos
grados en la escala Richter ha tenido lugar hace poco y no nos hemos coscado.
Ante la imposibilidad de continuar, no queda otra que volver por nuestros
pasos, retoma el inicial itinerario y, sí, la crónica en forma de pelota,
vuelve a mi tejado, si es que alguna vez dejó de estarlo.
Llegados a San Pedro,
cruzamos la autovía y dirección a Valverde de Mérida a unos cien metros,
tomamos un camino que sale a la izquierda para continuar en un constante sube y
baja hasta llegar a una plantación de almendros que por lo crecidos que se
encuentran me generan dudas del camino a seguir, aunque pronto me ubico y
encontramos a nuestra izquierda la senda que nos conducirá a la margen del
Guadiana que seguiremos hasta el badén derruido, este si conocido por varios de
los que ya hemos realizado esta ruta.
En dirección a nuestro destino seguimos
por el camino paralelo a la carretera y al río, que esta ocasión se encuentra
bastante más despejado de camalote que en años anteriores. Antes de volver a
tomar la carretera, en medio del camino nos encontramos un árbol caído que
impide nuestro paso. Al final, la teoría del seísmo va a resultar cierta.
Llegamos a la plaza de la localidad con bastante adelanto del habitual,
refrendado por la ausencia de feligreses en la iglesia, que en ediciones
anteriores escuchábamos entonando cantos litúrgicos.
Tras el almuerzo y la
foto de rigor, nos ponemos en marcha para volver, como de costumbre, por la
colada de Valdetorres que transita por numerosas heredades en las que podemos
encontrar toda la variedad de cultivos de nuestra zona: Frutales, almendros,
olivares, maizales, tomatales, arrozales...Cruzamos la carretera de Valverde de
Mérida a Guareña y seguimos pisteando a un paso llevadero hasta la localidad de
Valdetorres.
Dirección a Yelbes, José Luis, va notando la falta de salidas con
la Paña, y suplica la necesidad de meter en el cuerpo un reconstituyente, de
esos que ya conocemos. Pablo le ofrece un tubito y el interfecto le mira como
diciendo que con esto no rellenamos ni el hueco de la muela y es que, por lo
visto, debe existir una correspondencia entre cantidad y el cuerpo del
afectado, lo que implica que para el susodicho se necesitaría una dosis más
contundente. Para evitar tener que soportar el tráfico existente en esta época
por la carretera de Yelbes, Tite propone, nuevamente, realizar una variante por
una pista de tierra que nos conducirá a
las charcas del Voluntario. Llegamos al pueblo justo cuando la campanas
anuncian las 12 horas del mediodía. Buen horario para reponer fuerzas en “Ca
Moni”.
Aprovecho que redacto
la crónica para agradecer a la Gran Familia Perrigalga las deferencias tenidas
conmigo y mi familia.
Sin más tela que
cortar, hasta la próxima.
Juan Luis buenísima crónica veo que nadie se ofrece a hacerlas y este año te vas cargando en este apartado, vamos que vayan saliendo voluntarios o al final esto se dejara de hacer y creo que no debería ya que esto nos sirve de hemeroteca. Por mi parte animar al personal a salir ya que el número va siendo bajo
ResponderEliminarSupercronica para una ruta anodina sin chicha ni limona
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