lunes, 6 de febrero de 2017

CUANDO EL VIENTO SOPLA, EL CHINO RESOPLA




La gran virtud de este mundillo de la bicicleta, es que tiene infinitas formas de vivirlo. Bien si quieres, puedes prepararte y entrar a competir contra otros ciclistas. O si tu nivel no da para eso, tomarte las competiciones como un reto de superación personal y competir solo contra tus límites. Puedes también salir a descubrir “esos mundos”, que tenemos a la vuelta de la esquina, pero que de otro modo que no fuese en bicicleta, nunca recorrerías. O por último, y como opción más recomendable, puedes juntarte con un grupo de locos como tú, porque al final, si te gusta esto de la bicicleta siempre tendrás un puntito de locura; y salir una mañana de domingo, a dar pedales, y lo que surja.
Y en ese “y lo que surja”, es en lo que estamos esta fría y aireada mañana de domingo. Una mañana a la que yo, doy comienzo  a las siete y media. Dos minutos y medio de microondas y café calentito que entra en el cuerpo, para posteriormente pasarme  otros dos minutos mirando a través de la ventana, como las nubes viajan arrastradas por la ventolera que nos ofrece el día. En esas, comienzo a vestirme, sin dejar de pensar en ningún momento en el aire que hace, y principalmente, a lo que le doy más vueltas, es a conjugar la ropa disponible, para pasar el menor frio posible.
A las nueve salgo marchando con la bicicleta para la plaza, donde de cabeza creo que habría unos catorce o quince perrigalgos más. Igual de abrigados y dispuestos, y sin que aun nadie se disponga a abrir la hoja de ruta, damos la pertinente vuelta de calentamiento a la plaza, que culminamos con la bajada a la calle de los muertos, y es que, hasta parece que las bicicletas se supieran el camino. De ahí en adelante la consigna es muy sencilla, con el aire que hace, lo importante es no ser el primero, ponerte tras la rueda de algún otro que te quite ese airecito que te frena, y te hace tener que dar dos pedales de mas. Pero hoy, además, hay otro problema, puesto que tenemos entre nosotros a los dos sicarios, que quizás, porque aun les sobran las fuerzas, o quizás por la inconsciencia de la juventud se ponen a tirar del grupo, lo que es aun peor para nosotros, puesto que encima que marcan un ritmo, un puntito más alto de lo deseable,  su volumen corporal solo quita el aire de un silbido, por lo que pronto se aprecia que estamos haciendo un mal negocio.





Pero la verdad es que no dio tiempo a valorarlo, porque a la altura de Iberitos, Antonio el chino, el que a la postre se convertirá en el actor principal de la película de hoy, observa que su rueda trasera anda algo floja, por lo que empiezan los primeros comentarios con relación a las SPECIALIZED y sus montajes. Pasado el rio, paramos para arreglar el desaguisado antes de que vaya a más, y el run run sobre la batalla de las marcas empieza ya a levantar ampollas. Es en este momento donde me doy cuenta de que aquí la gente va muy bien preparada para todo, lo mismo te cambian una rueda, que te realizan una operación a corazón abierto, o algo así debí pensar cuando veo que Antonio saca un par de guantes de látex para no mancharse las manos, con el consiguiente, ¡cómo no!, cachondeo del personal.



Desmontamos rueda, y con la maravillosa habilidad de no desperdiciar ni una gota del líquido anti-pinchazos, ponemos la cámara y volvemos a talonar la rueda.
Retomamos el camino dirección al Sajonia, con el grupo partido, y tal y como refería antes por el viento, con constantes tirones y paradas para reagrupar el pelotón. Subimos la cuesta del Sajonia y enfilamos hacia el cuadradillo, donde se les da el primer toque a los sicarios –niños, bajad un poquito que viene gente muy atrás-. Desde el camino del canal, hasta que comienza la subida a la famosa cuesta del cuadradillo, es como si sonase por lo bajo la banda sonora de una película de miedo, de esas, que casi que te están diciendo que va a llegar el asesino con un cuchillo, y te va a descuartizar poco a poco. Subimos la sufrida cuesta y aquí lo principal es no quemar cartuchos, llegar arriba y reponer algo de fuerzas bebiendo un poquito de líquido.
Es justo en este momento, donde al final se alza la voz de mando que nos dicta la ruta de hoy, así es que el amigo Diego, decide llevarnos contra el viento, para luego poder aprovecharlo y cogerlo a favor.
Comenzamos bajando desde el cuadradillo hasta la cuesta de la novia, la cual subimos y en cuyo lomo hacemos otra parada para esperar a los compañeros que vienen un poco más rezagados. Desde ese punto hasta la finca de las mezquitas, rodamos a un ritmo cómodo, que da la opción a charlar con los compañeros, y como no a contar alguna mentira, que las hay.


Es en la puerta de la finca de las mezquitas donde veo que ya hay un cambio generacional, ni siquiera la bicicleta motorizada de Javi ha podido llegar antes que uno de los sicarios, creo que Pablo hijo, que es quien abre la puerta. Creo que a estas alturas se me habrá venido la frase de “juventud, divino tesoro” como siete u ocho veces a la cabeza.

Otro momento divertido de la mañana se avecinaba, y era la bajada de la cuesta de las mezquitas, todos lo sabíamos y lo quisimos aprovechar cada uno a su manera, pero lo cierto es que el suelo mojado y resbaladizo no estaba para muchas florituras y era preferible no apretar a poner los dientes en el suelo.
Desde ahí hasta el rugidero todo fue rodar tranquilo, hasta llegar al que para mí, es uno de los senderos más bonitos de todo el parque de cornalvo, junto con la vereda que sale al lado derecho de la presa.
En concreto esta vereda va desde el aparcamiento del rugidero hasta el observatorio de aves del embalse de las muelas. En el strava (la aplicación de móvil que utilizo) me sale que el primer clasificado de ese segmento lo ha recorrido en siete minutos. Yo ayer con esta panda, tardé veintiún minutos, pero que veintiún minutos…
Todos habréis escuchado esa frase que dice, “si quieres ir rápido ve solo, si quieres llegar lejos ve acompañado”, pues yo además le añadiría “y si encima te lo quieres pasar bien ve con los perrigalgos”.
Vamos a ser sinceros, compañerismo hay. Mucho además. Pero cachondeo… pobre Chino, el tramo es muy técnico y exige mucho y parece ser que la cadena de su bici no tenía para tanto y rompió. Rompió además justo en la zona anterior a una bonita subida, y si ya de por sí, el cachondeo del “clan de la viruta” tenía suficiente con la rotura de la cadena y los slogan tipo –si quiere una bici mejor, compre una Scott-. El hecho de que encima subiera la cuesta que he dicho antes, con el coche de San Fernando, ya sabéis, ese de un ratito a pie y otro andando. Le dio a más de uno chiste para rato.
Como son las cosas que ahí también tuve una avería, que gracias a Juan Luis que me dejo un par de bridas pude solventar sin ningún problema, y puesto que todos seguían dándole caña a Antonio, lo mío paso totalmente desapercibido.
Retomamos la marcha hacia el embalse, y la verdad que este habría sido un buen relato, si al llegar, y a la pregunta que hizo alguien de ¿pues estos tardan mucho en llegar?, Diego no hubiera respondido –pues para chasco que el chino no haya roto otra vez, entonces es que me meo-. Y oye, como caído del cielo, llego uno de los sicarios, Antonio y a voces le viene diciendo a Javi, -Javi, que el chino ha roto otra vez-. Quiero recordar que ya nadie dijo nada, solo fueron risas y chismes, y quizás algún otro slogan.
En el mirador de las aves del embalse, aprovechamos para tomarnos un refrigerio y hacernos la pertinente foto, foto que hubiese sido como la de Puerto Hurraco si el chino hubiera llevado la escopeta encima, porque entre Luis, Diego, Javi, Pablo, que coño, entre todos le dieron la del pulpo.

Ya de vuelta a casa, pasamos por encima de la presa de las muelas, donde el aire te decía que había que pasarla andando si no querías acabar con los lomos o en el suelo, o en el agua.
Después aprendimos que el vocabulario del ciclista es amplio y rico, existen expresiones como bicicleta poni. O por ejemplo se pueden traducir frases como “compañero, mira el habilidoso ciclista, que a bordo de su bicicleta sube ese cancho tan alto y recubierto de musgo en el que podría caerse” en una frase que en léxico ciclista sería algo como “acho mira Pablo como sube, ia ia ia ¡!!Que cabron¡¡¡”, por cierto las ruedas con recubrimiento de sikaflex y cemento cola, ya están en trámite de patente.
Desde ese punto hasta el pueblo, fue tan solo seguir la carretera de Trujillanos y volver por la cuesta del cuadradillo, aprovechando claro está, el tramo desde el Sajonia hasta el pueblo en el que nos soplo el aire a favor, para darle un poco de velocidad al asunto, y cerrar el día con un poquito de pique entre los compañeros.
Yo por mi parte tengo poco más que añadir, habiendo pasado una gran mañana, con muy buena gente, y siendo designado como autor de la crónica. Con lo que me convierto casi que a buen seguro, en el perrigalgo con mayor índice de rutas/crónicas de todos, puesto que de dos rutas completas, dos crónicas es el 100 por cien.
De todos modos muy orgulloso de que así sea, y de seguir compartiendo historias con vosotros.
Nos vemos dando pedales.
Crónica Juanma

7 comentarios:

  1. Impresionante cronica Juanma, que soltura y habilidad con la pluma. Has narrado lo acontecido el domingo digno de pelicula con esa forma de contarlo y cebandote de esa forma tan guasona con el amigo Antonio Chino. Enhorabuena a sabiendas que seguramente te has mordido un poco la lengua y no quisistes hacer mas sangre con el protagonista.

    ResponderEliminar
  2. Muy buena crónica lo que me he reído recordando lo sucedido el domingo, la verdad que estos días son los que se recordaran en el tiempo. Bienvenido a la nuestra familia.

    ResponderEliminar
  3. Pedazo de crónica. Si ya la anterior fue una grata sorpresa, ésta no hace más que confirmar la calidad que atesora el escribiente. Cronista en nómina. Enhorabuena.
    A pesar de las inclemencias, no hay ruta que no destaque por algo y esta le ha tocado sobresalir, negativamente, al Chino. Son rachas, compañerete, que algunos ya hemos sufrido en nuestras carnes. El problema es que se prolonguen en demasía, y ahí ya tenemos arrascaera. Mas, con lo guerroso que es el personal, deseando de oler sangre…Pero vamos, que eso se arregla con bici nueva y ya está (propuestas hay varias).

    ResponderEliminar
  4. Muchisimas gracias, la verdad es que fue una ruta muy bonita y entretenida, y encima con el buen ambiente que tenéis, y en el que se puede llevar este cachondeo entre los compañeros para pasar un buen rato da gusto. Nos seguiremos viendo. un saludo Juanma

    ResponderEliminar
  5. Desde luego Juanma que soltura tienes con la pluma, que bien has plasmado todo lo acontecido en una jornada marcada por el aire y el malfario de alguno, cuidaros las espaldas los que os metisteis con él que a ese no se le olvida, gracias que el viento me echó para atrás y no salí si no tambien le hubiese dao un poquito de cera, a ver si el próximo domingo hace bueno y salgo de una vez....jajajajaja

    ResponderEliminar
  6. Si señor, un hallazgo de escribidor!!!
    Antonio, conociéndose parece que te estoy viendo echando pestes y, encima, esos cabrones descojonandose de la risa. Más te hubiera valido haberte quedado hartandote de churros

    ResponderEliminar
  7. Pedazo cronica Juanma. Desde luego me has quitado el puesto en lo de las cronicas. Pues llevando un poco mas que tu, llebo ya varias. Pero la cosa esta en ponerse y tampoco es tan complicado. Relato sencillo y ameno. Enhorabuena. Aparicio lo siento otro dia tocara a otro. Bienvenido al grupo Juanma.

    ResponderEliminar