Domingo, 22 de septiembre de 2013
La edición anterior tuvo lugar a finales de abril, pero debido a que en marzo de este año organizamos la Ruta Cicloturista del Frutal en Flor, era necesario buscar una fecha más alejada en el tiempo. Finalmente se acordó que a finales de septiembre sería una época adecuada para el desarrollo de este evento, concretamente el día 22 de septiembre.
Antes de continuar, en nombre de ADEVAG, debo dar la gracias al Ayuntamiento de Santa Amalia, por ceder las instalaciones del Pabellón Polideportivo, al Ayuntamiento de San Pedro de Mérida, encargado de facilitar bebidas y pastelitos para el avituallamiento, a la Policía Local de Santa Amalia, que nos acompañó en la parte inicial y final del recorrido, a Protección Civil de Santa Amalia que nos acompañaron durante todo el recorrido en el coche de asistencia técnica (el blancomóvil), a la empresa de Andrés que repartió barritas y como no, a mi/la Peña Cicloturista Amaliense, que como es habitual, colaboró activamente en la organización y en el desarrollo de la ruta.
Con anterioridad al día fijado para desarrollo de la ruta, ya teníamos conocimiento de que 223 personas estaban interesadas en asistir a la misma, lo que superaba con creces las expectativas inicialmente marcadas. Faltaba por concretar cuántos realmente acudirían a la cita.
Las previsiones meteorológicas indicaban temperaturas elevadas para esta época del año y vaya si se confirmaron, aunque cierto es que la mañana se presenta con una temperatura agradable. Son las ocho y media cuando hemos quedado la gente de la peña en el Pabellón. Cuando llego, ya había ciclistas forasteros esperando rubricar en la hoja de firmas. Se organiza el personal y todos prestos para los prolegómenos de la ruta. La llegada de cicloturistas es constante y continua. Entre medias, Andrés y Tite, ataviados con unos cartelones, como si de hombres-anuncio se trataran, publicitan el número de lotería que vende la peña, a la vez que sacando los cuartos a unos y otros. Y es que tal ocurrencia sólo podía ser propia de este par de ellos, que como diría José Mota, “tienen menos vergüenza que un gato en una matanza”.
Hecho el recuento son 202 los participantes en esta edición de la Ruta Cicloturista Camino Mozárabe. ¡Qué pasada!. Aficionados de poblaciones lejanas como Villafranco del Gudiana, Lobón, Calamonte, Casas de Don Pedro Talavera la Real, La Garrovilla, Torremejía, o más próximas como Mérida, Orellana, Navalvillar De Pela, Alange, Trujillano, y de la comarca, Villagonzalo, Valdivia, Madrigalejo o Villar de Rena, a los que se unen los asiduos, como las peñas del Trébol, Cruzcambike, Ruteros del Ortiga, Los Perdíos, Club Ciclista Miajadas, y entre los asistentes, mención especial a las tres mujeres que nos acompañan, destacando a nuestra campeona, María Jesús. Mi más sincero agradecimiento a todos por esta masiva participación que no hacen sino consolidar este ruta como un evento de interés para el cicloturismo de la comarca y más allá.
Estoy un poco de los nervios, porque controlar a tanta gente y que no ocurran incidentes de importancia me resulta, a priori, harto complicado, aunque por otro lado, me tranquiliza saber que cuento con unos magníficos colaboradores que estarán al quite en cada momento.
Tras una breve exposición de la ruta, son entorno a las 9:45 cuando iniciamos la marcha. Previamente recorreremos algunas calles de Santa Amalia, cruzando la travesía del pueblo, para torcer a la derecha por la C/ Reyes Huertas, nuevamente a la derecha por la C/ Madroñero, hasta la Plaza, para bajar por la Calle “de los Muertos” y, una vez en la carretera, por la EX- 206, no siguiendo el camino trazado para el Mozárabe, por la ribera del Búrdalo, con el fin de evitar tener que circular por la N-430. En este trayecto me percato de que por fin Mario dispone de su mega-máquina de no sé cuántos miles de euros y de sólo 9 kilos de peso (que ruina p´al chatarrero). Espero poder detallarla con más detenimiento. En el tramo de la carretera ya se empieza a estirar el grupo y desde la cola, observo a los primeros descolgados. Un destacamento compuesto por Blanco, Rotri, Juanma, El Triki, Pedro Cuesta y yo permanecemos a la cola para evitar que nadie quede abandonado a su suerte. Durante este tránsito, Blanco me muestra el maletero del coche-escoba, que entre ruedas, llantas, bombas, otros aparejos y los ocupantes, Marcos, Ana y Mari Cruz, más bien parece el camarote de los Hermanos Marx.
Giramos a la izquierda, por la pista que transcurre paralela a la autovía hasta el cruce con la N-430. Llegados a Torrefresneda el grupo se encuentra detenido para reagruparse, lo que aprovechan algunos para solventar algún problema mecánico y evacuar aguas. Continuamos por el tramo de Camino Mozárabe, propiamente dicho que va sorteando de un lado a otro la autovía. En una de las rectas nuevamente se detiene el pelotón, esta vez motivado por una caída múltiple, circunstancia esta corriente cuando rueda tal multitud, pero que a mí me hiela la sangre hasta comprobar lo ocurrido. El peor parado es un chavalín que se ha quedada parte del pellejo del antebrazo en el asfalto y se encuentra algo mareado. Tras las oportunas curas de los integrantes de Protección Civil, el muchacho pretende continuar, pero considero oportuno que ocupe plaza en el coche hasta San Pedro, con el fin de que se tranquilice y luego, ya se verá.
Llegamos a San Pedro de Mérida, lugar previsto para el avituallamiento. Como vamos los últimos, el personal se encuentra ya bebiendo aquarius (más bien del tiempo) y palmeritas que ha facilitado el Ayuntamiento de esta localidad. Cuando voy a echar mano de mi parte correspondiente, contemplo la caja está vacía y se lo comento a Andrés, el Alcalde. Éste me responde, encogiéndose de hombros, que ha comprado 240 unidades. Si 2+2 son 4 y las matemáticas no engañan, alguno se ha machacado su palmerita y la mía. ¡El ansia viva!.
Reanudamos la marcha y salimos de San Pedro por la calle Cornalvo, que da a una pista que nos conducirá al pantano, ya por caminos. El verano ha sido seco, y el polvo de los caminos está suelto. El transitar de un pelotón tan numeroso, levanta tal polvareda como si una manada de ñus por el Serengeti se tratara. Los averías y pinchazos se suceden a lo largo del camino, formándose grupillos aquí y allá que intentan solventar los entuertos. Pero el percance más grave se produce en las proximidades del pantano. Un una bajada, un muchacho se ha pegado un buen costalazo, con golpeo en la cabeza incluido, lo que ha provocado que llegue incluso a aturdirse. Cuando llego a su altura me preocupo por su situación, que inicialmente parece preocupante, aunque poco a poco parece restablecerse y decide continuar en bici hasta la presa. Una vez llegados allí, con el pelotón reagrupado considera, más que nada por precaución, subirse al coche.
Gracias a las lluvias caídas durante el invierno y primavera, el pantano presenta un buen nivel de agua. A pesar de la sequedad del verano, Cornalvo muestra una bella estampa, resultando un paraje que merece la pena visitar en cualquier época del año. Recorremos él mismo por la margen izquierda hasta la finca El Mentidero, para tomar posteriormente el camino que transcurre por el Rugidero y la finca de las Mezquitas hasta los límites del Parque Natural. La elevada temperatura castiga a los más cortos de forma que quedan retratados por su casino pedalear. A la sombra de una encina nos espera uno que manifiesta haber pinchado por segunda vez. Su intención no es solucionar el problema, sino subirse al coche escoba, lo que justifica que el pinchazo gordo se ubica en los pulmones. Poco antes de llegar al Entalle, y previendo que el grueso del pelotón debe encontrarse próximo al canal, decido adelantar posiciones para poder contactar con alguien de cabeza. Consigo por fin telefonear a Javi a quien solicito que detenga al grupo en el canal y envíe una avanzadilla al Pabellón, con el fin de tener bebidas y bocatas a punto. En el trayecto voy dejando atrás a los más rezagados, llegando hasta la altura de dos ciclistas que se encuentran detenidos. Al interesarme por ellos, reconozco al señor de bigote que en la Ruta del Frutal en Flor, a la salida de Villar de Rena, tuvo una sobrecarga muscular que le impidió continuar. En esta ocasión presenta los mismos síntomas. El susodicho me pregunta insistentemente si puede subir al coche escoba, lo que le confirmo, pero para mis adentros considero que tendremos un problema, pues tres de Protección Civil, más dos que se han subido durante la ruta, suman las cinco plazas del vehículo. Posteriormente preguntaré a Blanco por la solución al conflicto. Éste, con su peculiar desparpajo, me responde que obligó mover el culo al del pinchazo pulmonar, que tuvo que realizar el resto del recorrido en bici, para dejar sitio al del bigote. Cuando llego al canal, la mayoría del grupo espera a la sombra. Teniendo en cuenta la hora que es, procede continuar ya hasta el Pabellón y no esperar a los rezagados, quedándose un grupo de la peña para conducirlos.
La policía municipal nos espera al inicio de la carretera, acompañándonos hasta nuestro destino. Ahora que me coloco en posiciones delantera, impresiona ver un pelotón tan numeroso. En torno a las 13:30 finalizamos el recorrido. A ducharse, él que lo considera oportuno y a repartir bebidas y bocatas.
Por fin todo ha concluido sin incidentes de importancia, lo que resulta un alivio para mí. Realizando una rápida evaluación, hay algún aspecto que podría mejorarse, pero en definitiva, considero que el resultado ha sido positivo.
Sin más tela que cortar, hasta la próxima.
Se me olvidada: Cambio camiseta por calcetines.
Juan Luis Capilla
Estupenda crónica Juan Luis, bien detallada.
ResponderEliminarEstoy contigo en que hay algunas "cosillas" factibles de mejora. Con la ayuda de todos seguro que se van mejorando.
Felicidades
Estupenda crónica Juan Luis, bien detallada.
ResponderEliminarEstoy contigo en que hay algunas "cosillas" factibles de mejora. Con la ayuda de todos seguro que se van mejorando.
Felicidades
Un cronista como tú debe pronunciarse mas a menudo, buena crónica Juanlu, venga dame tu camisa y te doy los calcetines de mi Raúl de la comunión, solo le tienes que quitar las dos bolitas de algodón que le recuelga....
ResponderEliminarJuan luis como siempre estupenda crónica, la verdad es que resulto todo bien, siempre se puede mejorar pero se mejora a base de porrazos, como digo yo. La próxima será mejor y más bonita.....
ResponderEliminarClaro que todo es mejorable, pero por este precio difícilmente. Enhorabuena a todos los que habéis hecho posible esta convivencia deportiva, sois un ejemplo a seguir para los que amamos este mundo.
ResponderEliminarJuanlu los calcetines son del bautizo, anda que no le he puesto yo años a mi niño, jajajajaja
ResponderEliminarMuy buena crónica y muy buen dia el que pasamos todos junto a la Peña Amaliense. Enhorabuena y no dejeis de ser los que sois.Gracias por todo en nombre de MTB LOS PERDIOS
ResponderEliminarJavi(Averia)
http://losperdios.jimdo.com