LA RUTA LA PUSO BELTRÁN Y…¡SORPRESA!, NOS LLEVO A SOPETRAN

Participantes:

Jesús Beltrán
Agustín Sosa
Ángel Tomás Tena
Pablo Carrascosa
Juan Luis Capilla
Emiliano Andrade
Juan Carlos Muñoz

Recorrido: 50 km.

Esta crónica debo iniciarla dando la enhorabuena a nuestro ILUSTRE Perrigalgo, D. PEDRO CARRASCO CUESTA, que en la noche del sábado, 25 de junio, presentó su libro “SÓLO ANTE EL PEDAL”. La gran afluencia de público pone de manifiesto el interés de las gentes de Santa Amalia por este libro de relatos, que seguro será un deleite para todos. Desearle todas las suertes, aunque con certeza no le harán falta.
Siguiendo en esta línea de felicitaciones, dar, igualmente, la enhorabuena a nuestro Presi, Domingo Pablos, que el mismo día casó a su hija María.
Dicho esto, pasamos a la crónica de la jornada. Mañana calurosa, propia de la estación en la que ya nos encontramos, aunque algo más subida de temperatura, debido a la ola de calor que sufrimos. En la Plaza, engalanada con juncias para la procesión, nos encontramos siete Perrigalgos. Corto número, teniendo en cuenta la afluencia habitual.
En descargo, hay que informar que el GRUPO DE LAS 7 (como habrá que comenzar a llamar a los integrantes de la peña que, de un tiempo a esta parte, tienen la costumbre de iniciar la actividad cicloturista a esta temprana hora), ha tomado la decisión de asistir a la Ruta de Cogolludo. Comprenden este grupo Javi, Diego, Pedro Cuesta, Tomás David, Lalo y Mogollón. Sobre este respecto y dentro de lo posible, sería aconsejable, como buena práctica, utilizar el blog o el correo electrónico para informar de cualquier evento extraordinario, por si fuera de interés para cualquier compañero.
No habiendo previsiones de más asistentes, hay que tomar cartas en el asunto y decidir hacia dónde dirigirnos. Existe un condicionante a la ruta, y es que hay alguno que otro que tiene intención de asistir a la procesión del Corpus Christi, motivo por el cual hay que estar de vuelta a temprana hora. Y como estamos tratando de un motivo religioso, quien sino que Beltrán para tomar la iniciativa, que propone ir a la Ermita de Sopetrán. El resto decimos “AMÉN”, pero después del ultimátum reciente, tras ir a Las Cruces, en esta ocasión la sentencia es ya firme y el Triki está condenado e inhabilitado a proponer ruta durante nosecuanto tiempo y un día.
Enfilamos rápidamente por camino del Huerto Juárez, que nos llevará a las Monjas y de ahí a la pista del Canal en dirección hacia Almoharín. El ritmo es bastante bueno y a la vez permite conversar. El recorrido es muy rutinario ya que transcurre en su mayoría por asfalto y es totalmente llano, algo que a la mayoría de la peña no es que le agrade, pero hoy tocaba alquitrán. Alguno de los compañeros, al divisar tan cerca la subida de LA BOLA, y ante la falta de otros alicientes, se envalentona y se arranca por realizar la hazaña pero, en cuestión de segundos, la cordura regresa al pelotón y ya llegará el momento de cumplir con ese compromiso.
Seguimos nuestro recorrido hasta llegar a la Ermita de Sopetrán. Una vez allí realizamos la parada para avituallar, y nos resguardamos a la sobra del soportal de esta bonita Ermita. Relatar un hecho curioso y a la vez llamativo: Para evitar que los pájaros aniden en el interior, alguna cabeza pensante ha ideado un artilugio, altavoz conectado a una batería, que emite, según alguno de los entendidos en ornitología del grupo, los estridentes chillidos de un cernícalo. Sin embargo, el resultado no ha sido el esperado, pues al fondo se observa el nido de una golondrina que ha desafiado al engaño. Mientras permanecemos en este lugar, se decide hacer callar al pajarraco, desconectando las pinzas de la batería.
Reanudamos la marcha rápidamente por caminos que nos conducen a Conquista del Guadiana, cruzamos la autovía y enfilamos por el camino de los viveros con dirección al puente del Búrdalo. Como íbamos bastante bien de hora, al llegar a la altura de la fuente, se propone subir a San Isidro para romper la monotonía del llano y el personal se pone manos a la obra sin oponer resistencia, salvo Emiliano, que en este punto decide seguir hasta el pueblo. En lo alto del cerro, como dato informativo, a las 11,30 horas, el termómetro de mi bicicleta márca 35,5 º C. a la sombra. La bajada la realizamos por la pared y ya si cogemos la carretera hacia Santa Amalia. El único incidente de mención fue el pinchazo de Angelillo a la altura de la fábrica de Iberitos, que nos obligó a detenernos para su arreglo. De ahí, a la sede para tomarnos el correspondiente refrigerio y el bocadillo.
Sin más tela que cortar, hasta la próxima.

JUAN LUIS