miércoles, 29 de abril de 2015

RUTA PARA LUCHAR, LA SIERRA DEL PAJAR





 Fotos


Domingo 26 de abril, 8:15 hora “zulú” suena el despertador,  salgo al corral y parece que hoy el día esta un poco revuelto, veo en el grupo de whatsApp que David (San Pedro) viene de camino, así que me armo  de valentía y me enfundo mi equipación de los perrigalgos, por que es domingo y toca lucirla. Salgo hacia la plaza sin olvidar el chubasquero, había que prepararse para el combate, contra mas miraba el cielo más seguro tenía que íbamos directos a una cruzada, pero en fin. Llego a la plaza y, tres sorpresas, una es ver que hay perris valientes para combatir contra la lluvia, otra es ver a Esther, mujer de Diego que también se armaba de valentía alistándose a las tropas perrigalgas, y la más grata para mí, ver a mi gran e incondicional amiguete Miguelito que me hace recordar con nostalgia tiempos pasados en los que el grupo “bobillos” pedaleábamos juntos. Bueno, uñas al guarro, 15 perrigalgos, una perrigalga, un perrigalguillo y un “tee-coffe” salimos a la batalla, la expedición del alférez Diego Parejo la configuran, él mismo, Esther la valiente y David (Valdehornillos) tienen su ataque fijado, El Rugidero. Nosotros decidimos ir a batallar a la Morra del Pajar, y hacer una circular por dicha sierra. Dicho esto, vuelta a la plaza, salimos dirección a la calle de los muertos y ponemos rumbo hacia la carretera de San Isidro.



 Entre conversación y conversación nos espetamos en el Sajonia, cruzamos la autovía y tomamos dirección a cuadraillo, ya en el camino de la citada finca se podía observar por las lluvias caídas el sábado que la pista presentaba numerosos charcos. Encaramos la cuesta y cada uno a su pellica, en lo alto de cuadraillo reagrupamiento del escuadrón perrigalgo y a ponerse el chubasquero, comenzaba la batalla.



 Nos lanzamos dirección al entalle, sin  miedo, pero con cautela por que comenzaba a chispear y las gotas dificultaban la visión. Llegados a este punto cae una trompa de agua que nos hace presagiar que el combate de hoy va a ser mojado y cruel, el sargento Pancho, después de pensárselo dos veces se atreve a ponerse el chubasquero para no mojarse. Aquí la brigada del alférez  Diego, llevándose en sus filas al combatiente Miguelito se separan, nosotros giramos en el entalle a la derecha en busca de nuestro adversario y cada vez se dejaba de caer más el jodio, hacemos la subida y llegamos a los castillejos, seguimos recto para ir a la infernal, y llega el primer incidente Pablo jr. le resbala la rueda de adelante, se le cruza el manillar y da con los tocinos en el barro, caída sin incidencia y a seguir en la escaramuza.



 Reanudamos la marcha, hacemos la bajada y reagrupamiento en la infernal, para ir todos en masa, sigue lloviendo a cántaros, continuamos, y en el cruce de caminos giramos a la derecha, proseguimos por el camino y a la derecha topamos con una cancela, reagrupamiento del pelotón y a tirar los carros de combate por encima de la puerta y saltar, la cancela está con el candado puesto.



 El aguacero que esta cayendo es mayúsculo. Continuamos por la pista hasta que aparecemos casi en la entrada del cuartel de los “schuster”, reagrupamiento del destacamento “los patas-calá”. 

Reanudamos la marcha, iniciamos la subida que hay que emplearse a fondo por el barro, agua, y jaramagos, la fatiga va mermando las piernas, pero el honor y el corazón puede más que el agotamiento. Giramos a la izquierda, sufrimos una emboscada, una fuerte pendiente ayudada por los juncos y las trincheras echas por el agua nos obliga a poner el pie a tierra pero este escuadrón se formó en infantería, así que, vencimos pronto a la encerrona que nos preparó la pendiente y logramos encaramarnos en nuestras monturas para seguir con la batalla. Sigue diluviando. 




Continuamos la subida contemplando vistas espectaculares creados por nuestro enemigo hoy, La Lluvia. Seguimos ascendiendo por el empedregado y dificultoso camino y por fin conseguimos abordar nuestro destino, Sierra Morra del Pajar. La circular se a anulado por la gran oposición de nuestro adversario. Mientras nos comemos la merienda podemos observar en el horizonte que nuestro enemigo parece que empieza a dispersarse, nos hacemos la foto el escuadrón al completo y zumbando para abajo para seguir con la brega. Hacemos la bajada y el subteniente Javi Parejo sufre un sobresalto, se le engancha el manillar en una retama y a punto esta de derribarle, pero éste, a combatido en muchos campos de batalla y se hace con su carruaje con mucha pericia. Volvemos a pasar por la base de los “schuster” nos topamos con la verja y toca saltar la valla para continuar por el camino que viene de la infernal.



 En este punto parece que nuestro enemigo empieza a mostrar sintomas de debilidad y empieza a retirase. Llegamos a la pista de La Parrilla y la patrulla perrigalga empieza a rodar como jabatos hasta llegar a la altura de la mina, leve pausa para el reagrupamiento del escuadrón y parece ser que la montura del sargento Pancho sufre heridas de guerra que son subsanadas por el subteniente Javi. 



Continuamos la marcha para cruzar la autovía, llegamos a las mojas  y aquí parece que vuelve a manifestarse tímidamente el contrario,  pero parece que por fin logramos vencerle. Seguimos la pista hasta el camino de malmedra, continuamos por éste, hasta llegar al puente del búrdalo y seguimos por la carretera hasta llegar al pueblo. Al entrar algunos vecinos nos miran como diciéndose, “quien serán estos sujetos”. Subimos la cuesta del cuartel y en la esquina de la carretera con la calle groizard comienza el pelotón a dispersarse, hoy parece que no hay ganas de aperitivo en la sede. 

La batalla a acabado y el escuadrón perrigalgo a vencido con solvencia en un día duro quedando exhausto y sobre todo calado hasta las patas.

P.D. Lo de hoy a sido una locura, pero hay que romper la monotonía y de vez en cuando hacer cosas como esta para disfrutar de lo que nos regala la vida


Comentar también que esta abierto el plazo para inscribirse en la ruta del gran Jose Miguel, 10 de mayo 

Crónica Pedro Collado "Rony"

martes, 21 de abril de 2015

¡REVENTÓN EN EL CALAVERÓN!







 Fotos:


Suena el despertador, a esto de las 8:30, decido levantarme, ponerme la vestimenta y viandas para la jornada de hoy. Tiro para la plaza sobre las nueve de la mañana y me encuentro un gran número de perrigalgos, en total 21. Entre risas y charlas decidimos salir. Pregunto hacia dónde nos dirigimos, nadie sabe dónde vamos. 


Tiramos dirección al Sajonia, mis compañeros comentan que vamos hacia el cuadraillo, pero en lo alto del puente deciden tirar a la derecha, sobre unos 500 metros más abajo, tiramos a la izquierda, por un camino que no conozco, comenta algunos perros que en verano hay abreojos como puntas del cinco. 




Seguimos y enganchamos por el camino Real, si no me confundió, llegamos al confesionario y nos reagrupamos. Cogemos el camino del borril, que nos espera una cuesta que nunca había subido, ¡vaya tela de cuesta que nos hace sudor que no veas! 




Todos los perris arriba proseguimos y nada más 500 metros cogemos dirección hacia las mezquitas. En un radar tranquilo escuchó un comentario que esto todo es nuevo. Llegamos al Rujidero, seguimos en nuestro andar, dirección Cornalvo, por una verea nueva.






 Comentan que es nueva, yo la desconozco, pero se rueda muy bien. Antes de llegar a la presa de Cornalvo nos comemos las barritas y bocadillos y solucionamos alguna avería a nuestro abuelete Triki. Nos hacemos la foto de Rigor, nos la hicieron unos paseantes que pasaban por allí. Entre risas y buen royo seguimos nuestro andar por esos caminos de dios, tomamos dirección al Calaverón, pero en una bifurcación los perris se confunden y tiran por la izquierda y por la derecha ¡Como se nota que falta el GPS! Don Pedro, que por cierto no nos acompaña, no se el motivo y el señor Capi tampoco.





 Seguimos nuestra marcha hacia el Calaverón, llegamos al camino y decidimos tirar hacia la derecha, tiramos para arriba, de pronto sale las encinas el guardián de la finca, que con el bigote que tenía, que parecía un bigote arroce, nos dice que no se puede pasar. Otra vez para la izquierda, bajamos al Calaverón, cuando de pronto oigo una explosión, y es que nuestro amigo Antonio India ha reventado, paramos a solucionar el percance.



 Nuestro amigo Tite nos cuenta unos chistes, nos dirigimos para el pueblo y pasamos por el cerro Pelao, cogemos dirección hacia el canal cuando nuestro amigo Merino se le rompe el sillín, es que las cosas de los chinos salen cara. Seguimos para el pueblo y nos encontramos a dos perris plantando tomates, Tomas David y su cuñao Javi.


 En la piscina nos reagrupamos todos, tiramos unos para casa y otros para las cervecitas. Sin mas que contar, se despide Petetazo, espero que al ser la primera crónica, os allá gustado.


 

Crónica, Petete José Luis Barroso