lunes, 30 de mayo de 2011

RUTA A LA BASILICA DE ALCUESCAR.-


Agustín Sosa
Pedro Cuesta
Javi Parejo
Diego Parejo
Julio Jimenez
Juanma Barroso
Manuel Barroso
Juan Luis Capilla
Pedro Carrasco
Tomás David
Antonio Aparicio
Santi Sanchez

Video;
primer video:
http://www.youtube.com/watch?v=cxrXzsQJGzU
segundo video:
http://www.youtube.com/watch?v=Uzrd1u0w3rM
tercer video:
http://www.youtube.com/watch?v=oXBRxq2-m6I
cuarto video:
http://www.youtube.com/watch?v=-GuLBEsvhyQ

Petición de videos:
quinto video:
http://www.youtube.com/watch?v=jAGgtjk0dCI
sexto video:
http://www.youtube.com/watch?v=OsEhk4LGV8k

Distancia; 70 Km Media;17.00 km.

Crónica Don Pedro Cuesta, Trovador de los Barrillos


Una mañana temprano de domingo
doce perrigalgos quedaron conmigo
retrasados dos perrigalgos vinieron
pues Juanma y su hijo se durmieron
excusa fácil y sencilla la que dieron
En marcha nos pusimos
camino de ese pueblo que escogimos
pedal a pedal empezamos a andar
hasta que a Anelka el velocímetro no le va.



Pasamos cuadradillo, dirección Valdelasyeguas
pues todos íbamos sin tregua
hasta que Pedro Carrasco hizo un fiasco
se le rompió la cadena y a quitarse el casco
Javi y yo empezamos el trabajo
pues Javi tiene experiencia en este tajo.
Arreglado el imprevisto surgido
nos pusimos de nuevo en camino
ya que Alcuescar era nuestro destino.
Por parajes y lugares ya conocidos
con el río Aljucen dimos
camino del citado pueblo
hubo que hacer otro arreglo.




Juanma había pinchado
Y su amigo le ha ayudado.
Proseguimos la marcha por esos caminos
que para la mayoría eran desconocidos
hasta que nos encontramos
la basílica de Santa Lucia del Trampal
y nos paramos a merendar
comida y foto de rigor.




Al pueblo de Alcuescar llegamos
y hasta la fuente nos aproximamos
de la fuente agua no salía
porque su truco tenía
una mujer amable nos enseño
como echar agua al bidón.


De nuevo la marcha iniciada
porque el tiempo apremiaba
atravesamos una dehesa encantada
pues Juan Luis en el suelo aterrizaba
no le había pasado nada
pues el solo se levantaba.
Ríos y tentaderos pasamos
para llegar a la recta final
pues a lo largo se veía
esa cuesta que ninguno quería.





Una anécdota que contar
que Anelka se pudo bañar
con pedaleo firme y sereno
nos adentramos en nuestro terreno.
Una oveja tuvimos que salvar
pues en un canadiense se quiso matar
tras ese bello gesto
tire de Javi y el resto.



Tranquilamente pedaleaba
Cuando tres ciclistas me adelantaban,
no pude resistir la tentación
y salte hasta su pelotón
a rebufo me coloque
y en el pueblo me encontré.
Sorpresa nos llevamos al entrar en Alejandro
pues la madrina nos tenía preparado
ese gazpacho que tanto habíamos deseado.

Pedro Cuesta.

miércoles, 25 de mayo de 2011

LA JERARQUIA AL PODER.


Participantes:
AGUSTIN SOSA
TOMÁS DAVID CASADO
PEDRO CARRASCO
JUANMA BARROSO
MANUEL BARROSO CARRASCO
JAVI PAREJO
JUAN LUIS CAPILLA
ÁNGEL TOMÁS TENA
DOMINGO PABLOS
FRANCISCO VELARDE
JESÚS BELTRÁN
ANTONIO APARICIO
JOSÉ MARIA ALMARAZ
PEDRO CUESTA
SANTIAGO SÁNCHEZ
TEODORO MARTINEZ "TITE”
COMPAÑERO DE
TORREFRESNEDA


Kilometros:42.400 Media:17. 00





Esta crónica le correspondía a Tite, pero por serle imposible realizarla, ahí me ha dejado
la breva, y con ella apechugo. Domingo, 22 de mayo, día en el que miles de poblaciones elegirán a sus representantes municipales. Nosotros, que consideramos que hay día para todo, siguiendo una buena costumbre, nos congregamos, 16 perrigalgos, en la plaza para realizar una nueva salida en bicicleta por nuestro entorno. Faltan insignes integrantes por motivos diversos: Comuniones, que están haciendo estragos, mesas electorales, achaques de cuarentañeros, ¿verdad cuñado?, y algún otro que desconozco.


Nos acercamos al verano, y como es usual en nuestra tierra, el sol comienza a apretar de lo lindo, esperando que las inclemencias meteorológicas cesen de una vez, por el bien de los cultivos.
Como viene siendo habitual, cuando llega el momento de fijar la ruta, el personal hace “mutis por el foro” o “el longui “, hasta que alguien toma la iniciativa y los demás le seguimos sin rechistar. En este caso, ha sido Javi el que se me acerca y comenta que nos dirijamos hacia la, en su día, denominada “CUESTA DE PEDRO CUESTA”, y allá que nos vamos, pero sin marcar un itinerario determinado, lo justificará el título de esta crónica. Llegados a la pista del canal, surge la primera disyuntiva, que se resuelve acordando tirar por Alico. Cogemos el camino viejo, accedemos a la pista nueva y subimos la cuesta hasta el olivar. Allí se produce la primera deserción. Domingo por cuestiones personales nos abandona (está siendo muy reiterativo el Presi con esta costumbre) y el resto de integrantes continúa hacia el Pino de arriba, decidiendo bajar los cortafuegos, hasta el puentecillo que refleja ser construido en 1947.



La bajada del empinado cortafuegos, como suele ser habitual, por los más precavidos, o cagones, se realiza pie a tierra. Mientras esperamos la llegada de estos, observamos que por el cortafuegos que viene de El Borril, se acerca, bicicleta en mano, un colega de fatigas. Le preguntamos su procedencia y dice venir de Torrefresneda, cicloturista solitario que parece ser que en otras rutas con él nos hemos cruzado. Le invitamos que se una a nosotros y el hombre, seguramente le da la vuelta al dicho y piense que “mejor mal acompañado que solo”.

Subimos hasta la mesa del Capitán, bajamos la cuesta de la Novia, pasamos por el Entalle y antes de entrar en la casa de los Castillejos, nos apartamos para enfilar la Cuesta de Pedro Cuesta. En su momento, cuando la hicimos por primera vez, nos pilló a todos por sorpresa la corta pero dura subida y la mayoría pusimos pie a tierra, pero, como dicen, la experiencia es un grado, y el personal recortó platos y subió piñones para hacerla más llevadera. Siguiendo el camino trazado desembocamos nuevamente al camino de los Castillejos Reunidos, y es en este punto cuando empieza a desmadrase el asunto. A la derecha del camino, se empina un sendero desconocido por todos, pero nuestro espíritu aventurero no lleva a descubrirlo. En lo alto de la cuesta, en una “plantación de encinas” (se encuentran todas alineadas, como si de un campo de cultivo se tratara), se decide parar para reponer fuerzas y hacernos la foto de grupo. Antes de reanudar la marcha, comienzan la elucubraciones sobre hacia dónde nos llevará este nuevo camino. Se realiza la bajada y nos topamos con una valla que tenemos que saltar para coger otro nuevo camino, igual de desconocido que el anterior y que enfilamos intuyendo hacía donde nos podía conducir, que no es otro que el sendero que hicimos en la ruta, cuya crónica Pedro Carrasco tituló “Jara y Pedal”. Otra vez a subir, bajar, subir, bajar. ¡Qué paren esto que yo me bajo!


Pasamos por la explotación porcina de Los Castellos, y llegamos a la puerta de entrada que desemboca en el camino de Cuadradillo. En este lugar se produce una situación digna de mención, propia de los mismísimos Pepe Gotera y Otilio. Javi propone que cómo vamos a saltar esa verja, con el esfuerzo que ello supone, si dando un rodeón de kilómetro y medio, más
menos, podemos acceder nuevamente al camino de Cuadradillo. Surgen voces discordantes, pero sin mucha presión, lo que nos conduce a optar por la “sabia” propuesta y a deshacer lo andado para coger por un camino desconocido (otro más), subir la enésima cuesta, y cuando llegamos a la cima, el camino se corta. La opción es bajar por un tramo arado hasta, como no podía ser de otra forma, dar con nuestras monturas con una nueva valla que tenemos que, esta vez si, saltar para, por fin, acceder el camino de Cuadradillo. Pero como diría Súper Ratón, no se vayan todavía, aún hay más. En lo alto de la cuesta Antonio se da cuenta de que la rueda delantera de su espada está pinchada, y es que las bicicletas nobles pinchan al igual que las plebeyas. Terminado el arreglo, cuando voy a echar mano a la orbea, la mía ha corrido la misma suerte. Hacía más de un mes que no tenía un percance y no es cuestión de mal acostumbrarse. En éstas Javi, por lo bajini, reconoce que la suya también pierde aire. ¿Quién da más?.


Enfilamos por fin el camino hasta el canal. En este punto el compañero de Torrefresneda, que no sé si habrá quedado con devoción de repetir, se despide. Todavía no reanudamos porque tenemos que esperar a que Pedro Carrasco infle su rueda, pues también tiene un leve pinchazo.
Desde aquí llegamos al pueblo, ya sin incidente de mención. Después de esta ruta, no muy larga pero intensa, muy intensa y desmadrada, nos tenemos merecido el deseado bocadillito que nos tiene preparada nuestra Madrina. Algunos proponen que un gazpachito no vendría mal, y pienso que puestos en este plan, a Mari Carmen sólo le quede mostrarnos la carta para que el personal elija lo que mejor le venga al paladar. Sin más tela que cortar, hasta la próxima.
JUAN LUIS

martes, 24 de mayo de 2011

lunes, 9 de mayo de 2011

Ruta al Embalse de Cornalvo






Participantes:
AGUSTIN SOSA .
TOMÁS DAVID CASADO
PABLO CARRASCOSA
JUANMA BARROSO
MANUEL BARROSO CARRASCO
JAVI PAREJO
JUAN LUIS CAPILLA
ÁNGEL TOMÁS TENA
DOMINGO PABLOS
FRANCISCO VELARDE
DIEGO PAREJO
ANTONIO APARICIO
JOSÉ MARIA ALMARAZ
PEDRO CUESTA
JUAN CARLOS MUÑOZ
TEODORO MARTINEZ "TITE"


Videos:




Distancia: 57.2 Km.


Crónica Juan Carlos Muñoz


En una mañana de Domingo muy soleada, en contra de los pronósticos meteorológicos, y algo fresca a primera hora aunque para algunos valientes no hacía falta llevar manguitos. Nos fuimos congregando donde siempre nuestra querida Plaza de España, una vez que esperamos a los mismos rezagados de siempre que apuran hasta el final los minutos y los segundos de sueño.
Se decide hacer una nueva ruta al embalse romano de Cornalvo, luego decimos que Jesús Beltrán siempre pone la misma ruta a las cruces, ¡¡que cruz!!, pero esta de Cornalvo ya la tenemos más que amortizada, aunque es su favor hay que decir que pasamos por uno de los paisajes más bonitos que tenemos por nuestros alrededores y que podemos visitar un monumento considerado Monumento Nacional ya en el año 1.912. De autor desconocido, levantado por el Imperio para abastecer de agua a la ciudad de Emérita Augusta en el año 130 después de Cristo y que 1.800 años después sigue en funcionamiento. El nombre del paraje obedece a que desde lo lejos al reflejarse los rayos de sol sobre la superficie del agua esta se torna de color blanco como si fuera un lago de plata blanca, cornalvo significa el cuerno blanco.


Yo como siempre tengo el sentido de la orientación desajustado y la mayoría del recorrido ando como perdido sin saber por qué parajes pasamos exactamente, el GPS no me lo pusieron de serie, no relataré la etapa paso a paso y pasaré solo por aquellos putos que a mi juicio y entendimiento me parecen más reseñables.
Recorrido muy bonito en lo que se refiere al paisaje, no había mucho barro en los caminos excepto en aquellos puntos en los que los arroyos aún continúan corriendo y se acumula el barro, pero la verdad es que hacía mucho tiempo que no llegaban nuestras bicicletas tan limpias. Solo se mojaron de verdad en el entalle y en aquellos arroyos por donde aún corre un poco de agua embarrada. Bastante duras salen con la tralla que les metemos.


Nuestro compañero Diego Parejo a base de ahorrar en aceite se propuso cambiar de montura y le prestaron una de segunda mano, que según el juicio de los 20 probadores anónimos de la misma han juzgado que es una buena máquina, aunque algún ruidito suelto le queda por ajustar. Teníamos el preceptivo permiso de la tienda de bicicletas de Carlos Cuadrado para ponerla a prueba y al límite, de esta forma intentamos sacarle todos los defectos posibles antes de tomar la decisión de compra. Y por supuesto ahora él conoce mejor que nadie cual es la diferencia entre unas bicicletas del grupo y otras, pues el al mismo tiempo que dejaba la suya cogía otra de un compañero, vamos que estuvo toda la etapa como culo de mal asiento, en este caso culo de mal sillín.





En algunos puntos del recorrido el camino desaparece y pasamos prácticamente campo a través entre unos campos que este llamado mes de la flores están llenas de ellas, aunque entre flor y flor, de vez en cuando aparece una plasta de vaca traicionera, de las buenas vamos, que prefiere uno saltarla antes que rodearla, cuando esto es posible ya que de vez en cuando se veían algunas con rodadas que las partían por la mitad, como para reparar un pinchazo en tales circunstancias.
Llegados a éste punto hay que decir que solo hubo dos pinchazos, a pesar de rodar parte del camino por asfalto, cosa que no garantiza quedar libre de los amigos de una de nuestras etapas, el trumulus, más conocido abreojos.



Como podemos constatar de manera empírica que el andar por pistas alquitranadas no nos libra de estos nuestros viejos amigos. Sufrieron el aguijonazo inesperado nuestro compañero Tite por un abreojo, y Javi Parejo ya en la mima presa del parque una vez hecha la bajada que nos lleva hasta la misma presa por unos caminos serpenteantes en los que tuve el presentimiento de que íbamos a pasarle por encima a cualquier pobre senderista que no anduviera fino de reflejos, pues el ritmo de baja fue alto por parte de la mayoría del grupo. Al buscar el pinchazo, que fue descubierto después de la parada oficial y correspondiente foto, pudimos constatar que estaba en la parte interna de la cámara cosa bastante rara y que nos llevó a la conclusión de que éste podía deberse aun llantazo en las piedras afiladas que bordean el camino de bajada hasta la mencionada presa.
En el camino de retorno pudimos saludar varios pescadores que en las orillas del agua embalsada disfrutaban de un día plácido de pesca. Más adelante nos cruzamos con un par de ciclistas con sus correspondientes bicicletas de montaña. La verdad es que la temperatura y la belleza del entorno hacen de estas tierras un lugar idóneo para la práctica del senderismo y de las rutas de bicicleta de montaña, no nos damos cuenta muchas veces del tesoro natural que tenemos justo al lado y que muchas veces nos pasa desapercibido. Con todo esto y sin más incidentes comencé a reconocer el terreno y estábamos ya subiendo la cuesta del cuadradillo, pero al revés, desde allí cogimos la bajada que nos lleva directamente hasta a la autovía. Como siempre la jornada terminó entre los bocadillos que nos prepara nuestra madrina Mari Carmen en el bar Cidoncha.




Además casi se me olvida, ya nos han registrado como asociación deportiva nuestros estatutos, en la Dirección General de Deportes por lo que oficialmente ya somos la Peña Cicloturista Amaliense. En esta semana en que entra se los remitiré con el permiso de nuestros Presidente y Vicepresidente quien faltó a la cita igual que nuestro campeón a la regularidad del pasado año, que por lo visto ha decidido jubilarse en la cumbre, no quiere cuenta con las cabritas cojas este año, llevamos un ritmo endiablado, Emiliano te echamos de menos tus compañeros de la cola del pelotón, vuelveeeee!!!!!!

Un saludo para todos.

martes, 3 de mayo de 2011

LA CUESTA MADRE. ¡¡¡MADRE, QUÉ CUESTA!!!



Participantes:
Agustín Sosa
Pedro Carrasco
Ángel Tomás Tena
Tomás David Casado
José Luis Jiménez
Javi Parejo
Pablo Carrascosa
Andrés Nieto
Domingo Pablos
Juan Luis Capilla
Juanma Barroso
Manuel Barroso
Jesús Beltrán
Santiago Sánchez
Francisco Velarde “Pancho”
Emiliano Andrade
Antonio Aparicio
Pedro Cuesta
Juan Carlos Muñoz


Distancia: 46.2

Crónica de Pedro Carrasco.


Como tenemos por costumbre, cuando se aproximan las nueve de la mañana del domingo, una “trouppe” de Perrigalgos confluyen en el paseo desde los cuatro puntos cardinales.
En esta ocasión el grupo ronda la veintena. Enseguida sale a colación la sempiterna pregunta: “¿Adónde vamos hoy?”. El Triqui se arranca con su recurrente ruta de Las Cruces, propuesta a la que, como casi siempre, no se le hace ni puto caso.
Andrés pide que la ruta sea corta porque tiene que estar en casa a las doce u media, una pejiguera del vicepresidente que tampoco encuentra mucho eco.
El grupo de ocho o diez jóvenes que se han enganchado a la peña es como el Guadiana: tan pronto aparecen como desaparecen. Tan solo Manuel, Tomasito y Agustín acuden fieles a cada cita.
Entre dimes y diretes, cuando por fin llega el camastrón de Emiliano, arrancamos sin saber dónde.



Es Javi el que, tirando por la calle de en medio, ha decidido la ruta por su cuenta y riesgo.
Cuando pasamos por Las Lomas, camino de La Parrilla, el Capi comenta: “No sé por qué me da en la nariz que ya sé adónde vamos”. Y en efecto, nos encaminamos a la sierra El Saltillo, a ascender la dificultad orográfica más dura (si obviamos La Bola) conocida por la peña: LA CUESTA MADRE.
Pronto se produce el primer y odioso incidente: un pinchazo. Ha sido Antonio el Negro el que nota cómo su rueda delantera pierde presión a ojos vista. Mientras lo arreglamos, Emiliano decide adelantarse; inteligente y solidaria decisión, para no hacer esperar al grupo en los repechos, pues lleva dos semanas sin salir y su estado de forma es más precario que de ordinario.



Torcemos a la derecha abandonando la pista de asfalto, y al poco llegamos a la primera dificultad. Es la cuesta llamada EL SOMIER, nombre que tomó en su día por el oxidado somier que hay puesto en una valla, a modo de cancilla. Se trata de un corto pero duro repecho que cada cual sube a su ritmo, y son pocos los que tienen que echar pie a tierra. Pasamos una alambrada y cruzamos un trecho de camino, donde la maleza casi lo ha hecho desaparecer. Nos arañamos las piernas con las zarzas; yo me caigo tontamente con la bici de la mano…
Al pasar por la cuesta IMPOSIBLE (como su nombre indica, está excluida para siempre por su mal firme…y por sus rampas del 23 % de desnivel) la miramos de reojo, pasando adelante.
Al llegar a la base de la sierra, y por ende el inicio de la cuesta, vemos en un cercado el mismo burro que la otra vez que subimos. Antonio el Negro se pone a mear mirando para el jumento, y Juanma dice, guasón: “¿Os las estáis comparando?. A lo que responde Antonio: “A grande no, pero a negra…”



El presi, Domingo, que en las dos veces anteriores que hemos subido se dio la maña para evitarla (la primera se volvió en la mitad de la etapa para ir a ver al Santa Amalia, y la segunda se ofreció voluntario para volver con un muchacho al que se le había averiado la bici), no encuentra escapatoria en esta ocasión y, resignado, arranca para arriba. Son dos kilómetros con un porcentaje continuado de un 16 %. Los primeros quinientos metros son los peores, ya que a la empinada pendiente en sí, se suma la traba de la gravilla y las piedras sueltas, lo que hace que haya que aunar habilidad y fuerza para tener posibilidades.
Un reguero de Perrigalgos, con mayor o menor suerte, se lanzan a la escalada. Algunos hacen trechos andando, otros se caen, quien más y quien manos se lo toman con calma y, los más fuertes (o testarudos) la vencen con éxito. Se cruzan comentarios distintos y dispares. El Negro dice: “¿La Cuesta Madre, o la madre que la parió a la cuesta?”. Pancho, sudoroso y acezando, apostilla: “Si la otra era la del SOMIER, esta es la del colchón”. Y Pedro Cuesta, que no la conocía, exclama simplemente, tras coparla: ¡¡Bueniiiisima!!”



Toca recobrar el resuello, recuperar fuerzas con el tentempié y retratarnos. En el grupo, uniformado con el maillot verde de la peña, desentona, y yo diría que hasta chirría, el Triqui, con uno del año catapún de los colchones Flex.
Arrancamos de nuevo y recorremos un kilómetro por la cresta de la sierra. A la derecha, la panorámica es espectacular: una gran extensión de encinas con la presa de la Dehesa Vera en medio.



Almoharín a la derecha y Arroyomolinos a la izquierda.
Giramos a la derecha e iniciamos el pronunciado descenso y el grupo se divide entre los “cagaleras” (ahí me encuentro yo) y los temerarios, que disfrutan con el subidón de adrenalina.
Llegamos a una valla cerrada con un candado. Cuando nos aprestamos a saltar las bicis por encima, vemos venir un todoterreno a toda mecha, marcha atrás. Todos temíamos una airada riña de quien creíamos podía ser el dueño de la finca. Sin embargo, el chaval que se baja con un manojo de llaves, se apresta a abrirnos con toda amabilidad, no solo esta valla, sino otra más adelante junto a la casa de La Tocona, como dice que se llama la finca.
Volvemos para casa a todo trapo por el canal de Orellana. El personal tiene prisa por motivos diferentes y somos varios los que nos vamos a casa directamente, sin pasar por la sede.
En fin, que en un buen día, pasamos una mejor etapa de ciclismo y volvemos contentos y felizmente cansa2.
Nos vemos en los caminos. Hasta la próxima, “correliebres”.


Pedro Carrasco Cuesta.